Por los caminos de las pulperias y algo mas…

Dijo Emi…

Alla por agosto del 2019 salí por primera vez con el Grupo, ni me imaginé que poco más de un año después estaría saliendo para pasar todo un fin de semana “Full Acampe” (como diría el otro Emi), pero así fue.
El Domingo pasadas las 9 arrancamos todos juntos con rumbo a Payró, camino inicial clásico de muchas salidas: 137, vías del tren, Correas y Mansilla. Evitamos la clásica parada en la estación de servicio de Bavio para no generar aglomeraciones, pero sobre el camino nos encontramos otro grupo y nos dispersamos un poco, reagrupamiento en el primer desvío para que nadie termine en Arditi y seguimos hasta Payró.
El día estaba espectacular, en la famosa Pulpería de Payró nos estaban esperando con la primera vuelta de empanadas y anécdotas del gran Favaloro que solía visitar esa zona. Terminamos de almorzar y salimos. Un rato después nos despedimos de una parte del grupo que volvía a La Plata, y otros tantos seguimos hasta la estancia Los Charitos para la primera noche de acampe. Según Ponti eran 12 kilómetros ¿?, pero a mí me parecieron un poco más, quizás fue por el hecho de ir acompañado de un “insignificante” ruidito en mi rueda trasera.
Llegamos a Los Charitos, el Tucu nos baño con alcohol al 70%, armamos las carpas, fuimos a conocer el quincho, las parrillas y la pequeña pileta. Mientras Agustín y el Tucu intentaban arreglar lo imposible en mi maza trasera, Hernán iniciaba su nuevo grupo de cicloturismo V.I.P. con reglas de ingreso bastante cuestionables…
Al otro día algunos disfrutaron de la pileta, otros las clases de yoga, y el Tucu seguía arreglando cajas pedaleras.
Cuando bajó un poco el sol, salimos por la ruta 11 con destino a La Vasquita para el segundo día de acampe, esta vez si eran pocos kilómetros pero mi bici no resistió, dejé todas mis cosas al cuidado de Ale y me fui en lancha ¿? a La Plata. Dos horas después estaba volviendo con la idea de subir todo en el auto y volverme, pero ni bien bajé del auto, todos se preocuparon en saber si había llegado bien, si necesitaba algo, hasta Mabel y Ale habían guardado un lugar para armar mi carpa, no me quería ir. En 3 minutos tenía todo listo para pasar la noche ahí, este grupo hace que quieras quedarte aunque no puedas pedalear.
La noche siguió con cena al asador, un fogón con varias historias, un par de estrellas fugases, un poni satánico y el canto nocturno de dos simpáticos patos. Al otro día, algunos aprovecharon para pasar la mañana en el rio y ni bien el sol lo permitió el grupo emprendió la vuelta a La Plata.
De más está agradecerle a todos por la buena onda y las ganas que le meten en todo momento!
Emi T.

Dice Goiti

Intentar ser breve después de unos días cargados de experiencias en el camino,no es tarea sencilla. El dia arranco el domingo 6 cargados de alforjas y con muchas ganas de pedalear,los días supieron acompañar por suerte con las temperaturas,pero todo el camino a payro fue muy llevadero entre charlas y risas al mismo tiempo que nos acercabamos a la clásica pulperia de Payro. Esta primera parada fue acompañada de las clasicas empanadas que preparan en el lugar,sin duda una joya. No fue hasta que nos comenzamos a separar ,entre quienes volvían a la Plata y quienes nos quedábamos a acampar,que entendí la real dimensión de lo que sucedia. Nuestra primera noche en los charitos entre carpas,pile y todo ese ritual propio del acampe. Al día siguiente una vez nuevamente equipados volvimos a salir a al ruta,llegando a la vasquita. La recibida fue de maravilla,tan hermosa como el lugar en si mismo. Esa noche del lunes 7 no sólo nos acompañó una cena al asador, sino también mi propio cumpleaños,lo que no faltó algunos cantos y la alegria de compartir con un marco imponente como aquella noche tan estrellada. Seguro que me quedan muchas experiencias fuera de este breve relato,pero me queda algo que no puedo dejar pasar por alto. Ese detalle es la manera en que funciona un grupo,acompañando,solucionando desde una pavada a cuestiones más serias,entre charlas y tiempos que compartimos. Invito a quienes no la tuvieron a poder tener esta experiencia, sin duda única.

Saludos Goiti!

El cruce de los miedos

  El anuncio de “el acampe es inminente” fue más rápido de lo esperado, creía no estar preparada, pero esa semana  dispuse toda mi energía en organizarme lo mejor  posible. En la noche anterior la ansiedad me desbordaba, la bicicleta ya estaba montada, solo quedaba esperar.

¡¡¡¡¡Por fin llego el día!!!! Agarre mi bicicleta, me pesaba bastante, cruce el portón y el miedo me inundo el cuerpo, pero debía cumplir el horario de encuentro con mi compañera. Carreteando un poquito logre estabilizarme y arrancar. Fueron diez cuadras donde no podía mermar las lágrimas de miedo, nervios y emoción  que afloraban sin control. En mitad del camino me cruza un motoquero que toca bocina y hace un gesto dándome aliento, en esa complicidad que solo reconocemos los aventureros. Clau ya estaba lista. Primer pequeño desafío cumplido.

Al llegar al punto de encuentro, unos ajustes técnicos de los más experimentados, algunos consejos y arrancamos. Rogaba que los coordinadores no nos llevaran por el camino de las vías. ¿Cómo iba a hacer con todo ese peso, me iba a caer, iba a romper la bici? El miedo de nuevo. Y ahí estaban las vías y yo mirándonos desafiantes. Respire hondo, tome coraje y con la paciencia mía y de mis compañeros logre atravesarlas.

Al armar la carpa y disponer de mi espacio, me di cuenta que lo que me había enseñado mi viejo en aquellos veranos de camping, estaba intacto. Una gran caricia al alma.

Luego de eso, todo fue disfrute, anécdotas y risas, muchas risas. Cada lugar de acampe fue particularmente hermoso!!!

Finalizando el finde, en casa me recibieron con un gran ramo de rosas, muchas felicitaciones y matecitos. Ya relajada, era momento de reflexionar y reconocer lo que me había otorgado esta experiencia.

Me hizo entender que tengo que tener confianza en mí misma porque puedo lograrlo, que tengo que valorar mi capacidad de superación porque con mucho esfuerzo, en un año pase de no saber andar en la calle y no resistir más de diez cuadras a disfrutar una experiencia de kilómetros y que pertenezco a un grupo, conducido por personas que yo llamo “maestros de la vida”, aquellos que comparten su saber y acompañan de forma totalmente desinteresada y que te hacen sentir grande.

Rocio S. Malter

Zingoni comenta…

Hola!! Les quiero contar mi experiencia del acampe del finde, la verdad re linda, superó mis expectativas y cada vez me siento más afianzada con el tema de las alforjas y el armado de la carpa. El domingo nos encontramos en el punto de encuentro y fui acompañada por mis amigas Fabi y Clo ( que las conocí en este grupo de cicloturismo y nos hicimos muy amigas) ellas no podían ir acampar pero querían pedalear y compartir con el grupo, así que salimos rumbo a Payro …. después de almorzar ahí entre charlas, fotos y risas el grupo se dividió los que volvían a La Plata y nosotros que seguíamos al primer lugar de acampe ” Los Charitos” divino el lugar donde disfrutamos de la pileta, del quincho, de todo y con la buena onda del grupo….al otro día salimos rumbo al segundo lugar de acampe ” la pulpería la Vasquita” sin olvidar la atención que nos dieron en los dos lugares excelente, obviamente acá la pasamos bárbaro, hasta se armó un fogón y más….este lugar como tiene salida al río aprovechamos para ir al río a matear….. imposible ser breve en contar lo que hicimos… Pero le quiero agradecer al grupo por estos días lindos por todo, y por el compañerismo que es fundamental y agradecer al Tucu y a Ponti por la organización, impecable y por su buena predisposición…sin olvidarme de Marcos y de Agustín y a todos los que vivimos estos días juntos…. gracias!!!!!

Cecilia Zingoni