DOMSELAAR, pinchazos misteriosos y algo mas…

DIJO PONTI

“Siglo veinte, cambalache problemático y febril…
el que no llora no mama y el que no PINCHA es un gil..”

 

“En casa de herrero, espina de palo”.

 “Cuando el gato no está, pinchan los ratones”.

 “Donde hubo espinas, pinchazos quedan”.

 “El que no pincha, renguea”.

 “Lo que mal pincha, mal acaba”.

 “El que no llora, no pincha”.

 

Como veran la palabra pinchar esta en todo orden de la vida, no importa cuantas veces sean, ella siempre esta.

Ahora vamos a lo nuestro, que es el relato de los fines de semana y es lo que alimenta a este hermoso grupo, lo que nos da calor y nos cobija ante los problemas de la vida (la semana tiene esas cosas, que uno muchas veces quiere olvidar o dejar de lado o superar, y uno vive esperando ese ansiado domingo, para pedalear, respirar y sentirse cual caballo salvaje en la pradera yendo y viniendo respirando libertad, claro que sin pinchar, jejejejeje.

Para mi pinchar es una forma de vida, al decir verdad nunca habia pinchado tanto y al final del día es agotador.

Pregunta: ya sobre la 44, me preguntaron cuantas veces pinchaste?

Yo: a lo que respondi, nose, perdi la cuenta, ni idea.

Bastaron hacer 50 metros y estaba pinchando de nuevo, puta madre dije, me he convertido en un gran pinchador, el bicicletero feliz, mi deuda es de 15 parches y tres camaras.

Pero no me quiero desviar con el relato, sino van a creer que soy un pinchador precoz.

Salimos del estadio Unico, hoy Diego Maradona, y emprendimos viaje a DOOMSELAR, se suponia que llegabamos a Destino e ibamos a hablar del Fantasma de Felicitas, Samara 16, los pedales que no fueron pedales, etc, etc. pero el camino nos iba a deparar otro destino.

Nuevos sobrenombres de calles, la calle de los sinCUENTA pinchazos y asi se dio durante todo el camino.

En un momento habia pinchado y alguien se me acercaba y me decia..

Huuuu pinchaste..

Y Yo: Si hoy me toco, y detrás de ese aparecia otro y te decia

Pinchaste….

Y yo decia: si pero tranqui es la ultima vez ( a los cincuenta metros, volvia a pinchar)

Despues de muchas horas de pinchar, llegamos a Doomselar, en el lugar donde siempre paramos ya no quedaba comida (sandwich de crudo y queso), pero eso no importo para que la buena onda reinara y compartieramos queso, chorizo seco y un solo pan donado por uno de los cicloturistas.

Como en toda tertulia dominguera, Pato haciendo honores a la PASTAFROLERA OFICIAL del grupo, a quien no conocemos y ya adoptamos como parte de la familia, pudimos degustar una exquisita pastafrola.

Saben una cosa hoy pude descubrir que pinchar es hermoso, pinchar es fraternidad, solidaridad, compañerismo, un@ saca camara, otr@ infla camara nueva, otr@ desarma cubierta, otr@ cuenta un cuento, el pinchar es la reafirmación de que LA LOMA, es todo lo que esta bien.

Sigamos pinchando y seremos cada día mas felices.

“Que a nadie importa
Si naciste pinchao!
Si es lo mismo el que pincha
Noche y día como un buey
Que el que vive de pinchaduras
Que el que mata, que el que cura
O está fuera de la ley…”

PD: En camino de ida nos cruzamos con La Plata Pedalea y al llegar a DOOMSELAR, habia tres integrantes que habian salido tarde a la salida de su grupo, a los que invitamos al regreso, no esta para andar solos por el camino, y mas alla de la remera todos amamos los mismo, por lo cual l@s Chic@s volvieron con nosotr@s, despues de su grata compania, pinchazo incluido ovbiamente, al llegar a La Plata se despidieron y nosotros finalizamos con un rico helado.

PD: De tanto pinchar me estaba olvidando, de esos pasajeros de este hermoso viaje, que llegaron por primera vez a sus #100Km. uno vive acostumbrado y ya no cuenta cuantos van, pero todos tuvimos esa primera vez y es todo un triunfo, yo lo recuerdo como si fuera hoy, a tod@s ell@s mis felicitaciones.

ABRAZO GRANDE Y HASTA LA PROXIMA PINCHADURA.

Nos cuenta Marcela Herrera…

Un amigo dijo “tenés que venir a La Plata, a rodar con este grupo, te va a gustar”, y así empecé a pedalear por caminos rurales, senderos, conociendo parajes y pueblos, muy tranquila porque conocen bien la ruta y sus alternativas, como así también de mecánica de bicicleta y de seguridad.

El domingo preparé la bici, armé la mochila y salimos; dicen que solo por esta vez, el camino a Domselaar se llevó el récord de pinchaduras, y yo no fui la excepción, la rueda delantera levantó una linda y gran espina, enseguida dos experimentadas manos vinieron al auxilio, ante mi mirada atenta de aprendiz cambiaron la llanta y en grupo continuamos hacia el destino fijado. Una vez que llegamos a Domselaar, comimos, descansamos y las llantas recibieron la atención de colocación de parches.

¿Saben una cosa?, mi amigo se equivocó, ¡¡¡el grupo ME ENCANTÓ!!!, voy feliz a los encuentros, y aprendo porque saben compartir la experiencia de tantos kilómetros recorridos.

Pronto cambiaré la mochila por las alforjas, porque tengo nuevos caminos por recorrer, pero eso será otra aventura.

Marcela Herrera