A Bavio con fresco

Con la salida en mente y un frío entumecedor arrancó el domingo, entre edificios, semáforos y mucho asfalto. El punto de encuentro era claro, algunos se amucharon por un rincón de la 44, otros esperábamos en el puesto de flores.
Cuando el reloj marcó las 09:59, el pelotón tomo coraje y partió, decidido a ponerle color al domingo.

Rumbo a Correas por la 137 y evitando caminos abundantes en tierra y agua, con pedaleo firme el hielo se fue rompiendo, y las charlas entre compañeros de viaje se tornaron interesantes y amenas.

Con algunas paradas de por medio para que el equipo se reagrupe, llegamos a un almacén en Correas, donde nos encontramos con un embotellamiento de bicicletas, una foto con la muchedumbre para dar testimonio de aquella enorme cantidad de pedales; unos turrones del almacén, un descanso recomponedor… y seguimos.

Luego vino la parte más exigente por las subidas extensas y el viento fino y frío… la gente se agrupo a más no poder en pequeños grupos y así llegamos a destino, la vieja estación de Bavio. Mates, sanguchitos, charlas, risas y la ritual foto de grupo. Pasado el mediodía una llovizna nos hecho de aquel lugar, apurándonos a emprender el regreso que con bajadas, viento a favor, y una espectacular vista de la pampa se hizo mas agradable a pesar del tiempo acumulado arriba de las bicicletas.

Juan Diego