En busca de la milanesa perdida

En busca de la milanesa perdida

Con una sensación térmica bajo cero, los más valientes del grupo esta vez fueron 16. Las damás fueron las primeras en llegar al primer punto de encuentro: Paula, Mirta, Laurita y Fátima acompañado por el artesano Julio (su esposo). Comenzamos a pedalear, al llegar a 1 y 32 nos encontramos con Marcelo y otros integrantes del grupo, este fue un momento de tristeza ya que despedimos a Marcelo que por razones de trabajo se aleja por un tiempo del grupo, pero desde Chile seguramente estará al tanto de las salidas y un año pasa volando: ¡LO MEJOR PARA VOS AMIGO, TE VAMOS A EXTRAÑAR!

Bueno amigos, luego de la espléndida continuamos camino a Ensenada o mejor dicho a La Ensenada… en 122 se nos unió Aníbal y otros chicos más. Con viento a favor el frío no se sentía tanto y fue buena la estrategia de Julio para que Fátima no sienta frío (fue hasta Ensenada con el freno tocándole la rueda trasera) luego de esta entrada en calor lo único que preguntaba Fátima era si en la isla vendían MILANESAS.

En busca de la milanesa perdida. Episodio I

Luego de pasar por la isla de Siderar, la Escuela Naval y El Barrio Santiago, llegamos al puente donde está la Prefectura. Allí don Mario siempre nos pasa a buscar y nos pasa a la otra isla, al no poder comunicarme por el celular les pregunto a un prefecto si lo puede llamar por radio y la repuesta fue que por la bajante del viernes (-120mts.) se les rompieron las dos lanchas…¡Un bajón! Mientras los muchachos por radio intentaban conseguirnos una embarcación los ojitos de Fátima enfocaban al negocio de la Isla Paulino donde allí estaba su amiga DOÑA MILA. Sus ojitos lo decían todo… eran sólo 300mts que las separaban, sólo un poco de agua y estarían juntas, mis ojos se llenaron de lágrimas al ver tanto sentimiento reflejado en ella, si hasta se me escapó una lágrima… pasaban los minutos y no conseguíamos nada para cruzar, hasta que al final ¡ NO CONSEGUIMOS NADA, CHE!

Bueno ya que no podíamos ir a la Isla Paulino, Diego sugirió explorar la Santiago. Así que por senderos un poco húmedos nos fuimos alejando del muelle y de la milanesa de mi amiga Fátima, los corredores del la isla reflejaban que tan mal cuidamos la naturaleza, basura por todos lados y una sensación de impotencia muy grande….ya internados en el monte la veo a Mirta tirada en el piso, en principio pensé que era Fátima llorando, pero no, era Mirta probando la dureza del piso. Luego continuamos hasta la costa donde unos troncos al margen del río invitaban a tomar unos mates pero el problema era que no lo teníamos, nos quedamos un ratito a contemplar lo hermoso que es tener un río calmo, un cielo celeste y el sol alumbrando el horizonte…(me emocioné, ja, ja).
Luego mi amiguita Paula comenzó a hacer equilibrio sobre un árbol que descansaba en el río y si estoy relatando esto ya se imaginaran lo que sucedió… Si: Cayó al agua. Primero fue un pie y luego para no quedar renga fue el otro, pero como ya la temperatura había ascendido a 2º grados no creo que haya sentido frió… luego de unos pases mágicos Jorge saco de su bolso un par de medias quien inmediatamente se las puso la victima…Un beso amiguita.

Me olvidaba de contarles que Aníbal para no ser menos se quiso hacer el Tarzan y se cayó quedando firmemente aferrado a sus pedales automáticos y entre unas ramás, ante la risa de Pau y el resto (menos yo por supuesto).

En busca de la milanesa perdida. Episodio II

Luego de pasar por algunos viñedos y senderos interminables llegamos al camino de regreso a la ruta, al pasar por un puente sentimos olor a asado y allí Fátima emocionada olvido a su amiga la mila y sus ojos enfocaron para Punta Lara donde abundan las parrillas al paso, pero antes paramos en la Isla de Siderar y gracias al de seguridad y el encargado pudimos saborear unos ricos ansiados mates y disfrutar de lo lindo del lugar y prometiendo volver, para comer un asadito que Jorge asara -y pagará- por supuesto.
Bueno amigos luego algunos regresaron a sus hogares a almorzar con su familia y otros con rumbo a Punta Lara vaya a saber a que irían… ¿no?

Bueno amigas/os, no vemos el próximo fin de semana y gracias por la milanesa…
Perdón… por la compañía.

Luis