Poblet enmarcado y algo más… 

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Voy a empezar mi relato contándoles que es mi quinta salida con el grupo. A lo cual Marcos me bautizó como “veterana”.

Ya desde el punto de encuentro que fue en 68 y 131 se notaba la amabilidad, alegría y compañerismo, prometiendo una gran salida hacia Poblet.
Arrancamos el recorrido por asfalto, luego calles de tierra y mucho sol. Nos detuvimos al ver que alguien pinchó y retomamos el camino hasta pasar por un punto un tanto “tenebroso”… en el puente roto: un asentamiento gitano miraba nuestro pasar con algo de asombro; y nosotros también.

Llegamos a Poblet a refugiarnos bajo la sombra de los frondosos árboles, hidratarnos con algo fresco y compartir charlas, comidas… el merecido descanso.
Luego de escuchar a Marcos contarnos de el día que pinchó siete veces, hablar de cubiertas, ver a Luis reparar la cámara que pinchó; tomamos la clásica foto grupal y emprendimos el regreso.

Con algo de viento en contra se me hizo un poco cansadora la vuelta, nos agrupamos en un kiosco de Arana al ver que faltaban algunos integrantes del grupo, pasaba el tiempo y no veíamos llegar a nuestros compañeros; a lo cual dos de los que esperaban salieron a su encuentro. En la espera un lugareño nos regaló una canción del Chaqueño Palavecino al paso.

Nos volvemos a agrupar y nos enteramos que dos integrantes tomaron otro camino: Marcos fue a su encuentro y luego pinchó. Allí retomamos el regreso, todos juntos sin más complicaciones.

Siempre es un placer salir con todos ustedes, volví cansada ¡pero feliz!

Gracias Grupo La Loma

Vero Aranda.-