Un finde en Chascomús

Les cuento que el día anterior a la salida estaba algo indecisa, pero lo tenia que hacer. Llegar a 200 km, para mi era un logro.

Llego el sábado y tempranito arriba para ver si faltaba algo, todo listo. A salir con mi querido Marcelito. Nos encontramos con parte del grupo en nuestro 1er lugar de encuentro y de ahí al 2do. Estamos todos… ¿salimos?

Salimos.

Comenzamos el primer tramo del viaje hacia Poblet donde descansamos un ratito, de ahí a Oliden (lugar que no conocía) ahí descansamos, llenamos las caramañolas, tomamos unos matecitos, sacamos algunas fotos, todo tranquilo hasta que aparecieron las vacas momento en el cual pensé que me quedaba sin bici. Como ya dije: todo tranqui hasta que el jefe dijo: “Bueno, vamos”

Ok, otra vez a pedalear. Camino a Ferrari (lugar elegido para almorzar) hacia calor y ya sentía el cansancio y el hambre, por eso en medio del camino poco antes de almorzar me comí una mosca… ja, ja, ja. Seguimos camino a puro Sol ni una nube para taparlo un ratito. Llegamos a Ferrari… ¡qué felicidad! Iba a descansar un buen rato y a comer. Pedimos agua en una casa donde la verdad me quería quedar, estaban comiendo un rico asado y yo arroz con atún.
Terminamos de comer y el jefe dijo “Listo ¿vamos?”. Y salimos otra vez, ahora hacia el Samborombón, donde encontramos un personaje que me pidió si le daba la bici, yo le conteste “siiii, mañana”.

Todavía faltaba, tenia que seguir pedaleando. Llegamos a Villa del Sur. De ahí a Gándara. En el camino me bautizaron, Luis y mi querido Marcelito: como llegué a los 100 km me empaparon. Gracias chicos me refrescaron bastante necesitaba agua, ya faltaba menos, pero con el calor y el cansancio se me hacia largo.

Al fin llegamos a Chascomús. Cuando entré al camping por dentro me dije: Lo logré: llegué, pero… ¿podré volver? ja, ja, ja.

Al otro día tempranito arriba a desayunar y a guardar todo, todos preparados para la vuelta.

Salimos y con nosotros nuestro gran amigo EL VIENTO EN CONTRA (lo odio), venía despacio, cansada y con calor. En Haras del Sur, pinché. Mi querido Marcelito estaba como a 2 km adelante pero gracias a Dios que estaba Héctor para ayudarme (terrible agujero le hice a la cámara). Seguimos camino hasta la estación de servicio de “Etcheverry”. Ahí estaba el resto del grupo. Descansé y otra vez a pedalear. Llegamos a Olmos: estaba cada vez mas cerca de casa.

Llego a 158 y otra vez pincho. Como siempre Marcelito estaba mucho más adelante, pero lo llame y tuvo que ir a ayudarme. De ahí sin parar hasta casa, con muchas ganas de ver a mis hijas, darme un buen baño y descansar. Sin escuchar a Luis diciendo “¿LISTO? ¡VAMOS!” ja, ja, ja…  va con cariño, Luis.
Ah… me olvidaba: en Olmos Marcelito y Luis me volvieron a bautizar por llegar a los 200 km. ¡INCREÍBLE, LO LOGRE!

FELICITACIONES A TODOS LOS QUE FUERON, EN ESPECIAL A LOS QUE FUERON POR PRIMERA VEZ.

A TODOS UN GRAN ABRAZO.

VISTE LUIS PUDE SUPERAR EL CRUCE DE ETCHEVERRY… ¿VARELA PODRÁ SUPERAR EL SUYO?

BESOS

Claudia (alias Cruce Etcheverry)