Domselaar por Mariana

Espíritus, traición , duendes y McGiver en Domselaar

Sábado 10 de agosto, 9.20 h… mi pesadilla se hacía realidad: nadie en el punto de encuentro. Llegué tarde, una esperanza… llegan tres chicos, primera vez, sabían menos que yo el probable rumbo. Desesperada abro el bolsito de la bici. Celular. Llamo a Marita. A Graciana que no pudo ir. A Norma: nada…
Pasan unos minutos y por obra de Graciana desde su trabajo, Marita me responde: “Estamos en el Frigorífico de Gorina, te esperamos…”. Ah… que lindoooo.

Arrancamos los cuatro, no me alcanzaban las patas para achicar el tiempo, la distancia, que vergüenzaaa… no me gusta molestar… Mi bolsito había quedado abierto, en la disparada de allí cayeron como migas de Hansel y Gretel, mi monedero, pañuelitos, una pinza (de electricista, mango rojo, chiquita, por si alguien la ve, ja) y peor de todo mi lápiz de labiossss…

Llegamos al frigorífico, allí estaba Mariana, la duende que nos dio Luis para ese día, no se si saben que las duendes pedalean como la pmqlp… pero con la sonrisa de La Loma, nos dio la bienvenida y arrancamos a alcanzar al grupo… el sábado tomaba sentido…

Por suerte no encontramos barro y empezó el placer del vientito frio bajo el sol. Cruzamos la Ruta 36, y el camino, el campo, el saludo de los perros, un chiquito que asombrado, nos contaba con el dedito, uno, dos, tres…. Decí “chau” dijo la jovencita mamá con una sonrisa. Cruzamos la Ruta 53, la 6… ¡cuántos autos despanzurrados al costado del camino!

Todo el tiempo el espíritu de Luis, en cada charla con un desconocido, en cada “¿Todo bien?” al que se detiene…

Fue buena práctica esta salida para aguzar la vista y tratar de distinguir a lo lejos al duende de Mariana volando en la bici, allá adelante, otra que ET, pero fuimos y volvimos, Silvia ¿verdad?

Llegamos al Castillo de los Guerrero, mejor dicho al rancho con ricos quesos, salamines y sándwiches, porque al castillo no pudimos llegar, pero ya lo lamentarán cuando encuentren las cañas q les dejamos regadas con nuestro… ADN (no encontramos baño).

Unos mates, unas fotos y volver. Oscar (alias McGiver) de Lomas, su primera salida, pinchó dos veces y por tener una válvula especial no le servían nuestras cámaras. Sin parches, diseñó uno con un papel de mantecol y la solución… duró poco, pero Mariana se volvió y logró ayudarlo.

En una parada, llegando, Roberto me informa que yo había sido brutalmente traicionada por Norma, porque era ella quien tenía que hacer el relato… pero ya ven ha sido un placer escribirlo. Y no sabía hasta esa mañana, cuanto significaba para mi encontrarlos y pedalear hasta volver cansada y feliz.

Una vez leí que “El hombre es hombre total solo en comunidad con otros”. Y vos Luis, querido y vos Mariana y ustedes compañeros del camino, nos hacemos juntos mejores personas.

Lili Arroyo en bici