Nos cuenta Claudia

“ SIEMPRE ES HOY”…¡un sueño cumplido!, luego de tanta preparación e incertidumbre con la pandemia….pudimos recorrer lugares y pueblitos olvidados ante el recorrido pasado del ferrocarril…. Los lugares son lugares con su gente, y esta travesía fue un encuentro más conmigo misma y con el grupo de lindas personas que hicieron realidad mi meta:

la meta de viajar en bici y pedalear todos los días, atravesando imprevistos , integrándome con las dificultades naturales, y saliendo de mi zona de confort, con viento en contra, algo de lluvia, viento que me empujaba de costado, pedalear y sentir el peso de la bici con las alforjas, el calor de sol en mi cabeza, la alegría al encontrar una bomba de agua en medio del campo, aprender a hacer los cambios en las subidas y bajadas de las sierras tandilenses, encontrarme con mis emociones y no poder ocultarlas, y siempre había una mano amiga, de personas más experimentadas , que me ayudaban cuando sentía que ni las piernas, ni mi mente ya me respondían…..las risas compartidas y el  disfrutar al llegar a cada lugar, el armar y desarmar la carpa y alforjas…..

 Mi primera experiencia en una travesía de cicloturismo fue un gran desafío para mí y aprendes que todo se hace más liviano cuando el grupo te acompaña y comprende, cuando hay solidaridad todo es posible de superar….una experiencia que hay que vivirla y sentirla para poder comprenderla, una experiencia que jamás imaginé cuando fue mi primera salida en bici con el Grupo la Loma, en octubre de 2019 y tenía miedo de cruzar el camino de las vías de I. Correa…… la vida es eso, atravesar miedos, y disfrutar del momento presente , en compañía de personas que te impulsen a ir por mucho más….

Por siempre agradecida y feliz por haber participado de esta Travesía con todos ustedes….

A todo aquel que me está leyendo, les digo que nada es imposible cuando hay entrenamiento,  pasión por la bici y ganas de compartir en grupo experiencias que quedarán por siempre en el corazón…..Voy por mucho más!!!!  GRACIAS Grupo La Loma.

Claudia Barbetti

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Palabras de Francisco

Termino de ultimar detalles, tomo distancia y contemplo a unos metros mi bicicleta completamente cargada. En todos estos años, no la había visto tan cargada. Calculé que sería normal, dado que me esperaban 15 días de viaje por delante, en los cuáles, hay que estar preparado para todo.

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Comienza la travesía, mi primera experiencia como cicloturista, con destino a Tandil.

Llegamos al punto de encuentro y comenzamos con tímidos pedaleos, dejando atrás la ciudad.

En lo particular, la primera escala (como también la última), resultaron muy emotivas. Específicamente porque hicimos noche en Gral. Belgrano, lugar que me vio nacer, y en el que actualmente vive la mayor parte de mi familia.

Recorrer las calles de mi pueblo, con mis compañeros de travesía, me recordaron aquellos años de la infancia. En donde sólo bastaba una bicicleta y un grupo de amigos para ser feliz.

En casa nos esperaba mi madre con los brazos abiertos (aprovecho a agradecerle por el aguante de siempre).

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Cada día implicó un desafío diferente.  El calor agobiante, los mosquitos, el viento, la lluvia, los colchones de tierra. Todos y cada uno de ellos fueron sorteados exitosamente, entre risas y charlas.

Aprendí que el cicloturismo es paciencia, perseverancia, estar preparado para lo que venga. Es hacerle frente a las dificultades, es solidaridad y compañerismo.

Implica ponderar lo colectivo por sobre lo individual, compartir tu caramañola cuando el calor azota o frenar tu marcha frente a un pinchazo de algún compañero, aunque sea para contarle un chiste.

Es reflexión en los kilómetros dónde sólo se escucha el viento, y a su vez, comunión en el camino.

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Sin duda alguna, esta experiencia fue inolvidable.

Aquellas alforjas cargadas de ansiedad, dudas y miedos, volvieron repletas de entusiasmo, anécdotas y buenos momentos. Esperando seguramente, próximos desafíos cicloturistas.

Me encuentro enormemente agradecido a todos aquellos que de alguna u otra forma hicieron posible esta travesía. En particular, a mi compañera, por ayudarme a hacer realidad este viaje.

Gracias al grupo por cada domingo pedaleado, por cada charla en el camino, por cada momento compartido.

A mis compañeros de travesía…

MARTIN Y ANDREA: Por tenerme en cuenta, por cada consejo trasmitido, por la paciencia.

HERNAN Y CLAU: Por las risas cotidianas, por la buena onda de siempre.

TUCU: Por la incondicionalidad, estar dispuesto a dar una mano en cualquier momento, en la circunstancia que sea.

ALE: Por el compañerismo, por ponerse al hombro la parrilla, a pesar de llegar cansado.

LAVIN: Por la experiencia trasmitida desinteresadamente.

Gracias! Espero cruzarlos pronto, y seguir compartiendo kilómetros juntos!

FRAN

Francisco Hernandez