Oliden King Size y algo mas…!

Domingo 14/03/2021. 08:45.

Cita a una aventura en dos ruedas. Por la avenida 131 se asomaban ellos en sus bicicletas, con sus cascos y sus sonrisas de bienvenida – tras el barbijo- expresadas en sus miradas.

Mi primera “salida larga”. 90 kilómetros hasta Oliden, un pueblo rural del partido de Brandsen.

Hacia allá partimos, nos esperaban caminos de asfalto y de tierra, un sendero que bordeaba la vía para llegar a Ignacio Correas, el cual -gracias a las recomendaciones de Ale- pasé sin caídas.

Por el camino de tierra seca y campo pedaleamos todos juntos con la compañía del sol del mediodía, que para una inexperta viajera significó una insolación. Al llegar a destino fui gratamente auxiliada por el Tucu, Laura, Andrea y más compañeros, cuyos nombres no recuerdo –por ahora-; con éxito consiguieron que volviera el color natural a mi rostro. Esta circunstancia no empañó para nada la excelente experiencia, que se convertirá en una anécdota de mi pequeña travesía.

En Oliden, pudimos retratar la panadería Olidense; el almacén Las Nenas, que nos recibió amablemente y permitió el uso de la bomba de agua para devolverme el alma al cuerpo; la estación del ferrocarril y el destino del descanso al reparo de las sombras de una hermosa arboleda que ofrece los alrededores de la Capilla Inmaculada Concepción de María, lugar que se convirtió en testigo del festejo del cumple del Tucu, con riquísimas tortas y un peculiar apagado de vela, conforme protocolo covid.

Posteriormente iniciamos el regreso, cargados de muchísima energía y alegría para retornar cada uno a su mundo, pero todos con la misma satisfacción de los kilómetros recorridos.

Salí con la expectativa de recorrer hermosos paisajes y de disfrutar del maravilloso y simple hecho de “andar en bicicleta”, sintiendo el clima en mi ser: encontré eso y más. Encontré un grupo de personas que eligen ser positivas y felices, que te cuidan, te motivan, te hacen partícipe, te dan confianza durante todo el trayecto y, como si eso fuera poco, son solidarios con los niños del Hogar Bernardino Rivadavia.

ERIKA