DESCUBRIENDO HUDSON Y ALGO MAS…

     El Sprint de Antonio

Salida anti barro hacia Hudson, un día de sol imponente acompañados de la promesa de un 99% asfalto.

Partimos del Estadio Único de La Ciudad de La Plata rumbo Hudson donde comimos y tomamos mate, de regreso por Camino Centenario Antonio nuestro ciclista estrella de 81 años dijo salud, destapo el Gatorade bebió un sorbo y Salió eyectado al último Sprint…Mil metros después lo encontramos y recorrimos juntos los últimos kilómetros de la salida, que velocidad ese señor se escuchó en la multitud.

Veremos si la próxima salida nos depara algo más…

Un poco sobre Guillermo

Sus padres fueron Daniel Hudson y Carolina Augusta Kimble, quienes se habían casado en Boston (Estados Unidos) en 1827 y llegaron al Río de la Plata en 1837, en el vapor Potomac. Se afincaron en una zona rural donde actualmente se ubica la localidad granbonaerense de Ingeniero Juan Allan, que en ese entonces se encontraba en el partido de Quilmes y actualmente se encuentra en el partido de Florencio Varela. Compraron una pequeña estancia de 400 varas (0,33 km) de frente por una legua y media (8,36 km) de longitud, llamada Los Veinticinco Ombúes, adquirida a Tristán Nuño Valdez, cuñado a su vez del gobernador Juan Manuel de Rosas. Allí comenzaron una ardua vida de hacendados con la cría de ovejas.
El matrimonio tuvo seis hijos, cuatro varones y dos niñas. Los niños fueron llevados a bautizar en la Primera Iglesia Metodista, situada en la calle Corrientes de la ciudad de Buenos Aires; allí existe un registro de bautismos que contiene las partidas de esos primeros hijos.
Willian Hudson fue el cuarto hijo y se hizo famoso describiendo los alrededores de su rancho natal, en su autobiografía Allá lejos y hace tiempo (escrita en Inglaterra en 1918).
En 1874 ―cuando tenía 33 años―, afectado por una grave dolencia cardíaca, Hudson se mudó a Londres (Inglaterra). A los dos años se casó con la británica Emily Wingrave, quien era la casera de la pensión donde vivía. En 1889 cofundó la primera sociedad protectora de las aves: Royal Society for the Protection of Birds (RSPB). Pero por no ser un lord británico, no pudo acceder a la presidencia. En 1916, ya constituida la asociación Aves Argentinas, en ese entonces Sociedad Ornitológica del Plata, fue nombrado como el primer socio honorario, lo cual le permitió volver a trabajar por las aves de su país natal y estar vinculado hasta el día de su muerte. Sus libros fueron pilar en la formación de la biblioteca de dicha institución, que hoy es considerada la biblioteca de ornitología más importante de Sudamérica y que lleva su nombre. Falleció en Worthing ―un pueblo costero sobre el canal de la Mancha, a 80 km al sur de Londres― el 18 de agosto de 1922. Su tumba se encuentra en el cementerio Broadwater and Worthing Cemetery.

Considerado por muchos como uno de los mejores escritores ingleses de su tiempo. Probablemente la primera obra publicada por Hudson fue el cuento, luego incluido en “El ombú” “La confesión de Pelino Viera” que apareció en la “Cornhill Magazine” (Revista de Cornhill”) en enero de 1884. En el transcurso de su larga obra creativa Hudson practicó diferentes géneros literarios: la novela (Mansiones verdes) el cuento (Un viejo espino, Marta Riquelme; El Ombú); la novela histórica (La tierra purpúrea), la utopía (la edad de Cristal), la autobiografía (Allá lejos y hace tiempo); el ensayo científico (El naturalista en el Plata, Aves del Plata) poesía (El gorrión de Londres) y cientos de cartas donde muestra su gran interés por la naturaleza y la literatura. Están también aquellas obras en que fusionó varios géneros. Es el caso de Días de Ocio en la Patagonia, donde encontramos el libro de viaje, el ensayo científico y reminiscencias personales, o el rescate folklórico (Inglaterra de a pie o Un vendedor de bagatelas”). Este es otro de los logros de este autor argentino, rescatar para la literatura cuentos transmitidos por tradición oral, por la gente común de Inglaterra y Argentina, se trata de un rescate intuitivo de lo que los especialistas con los años darían en llamar “patrimonio intangible.”
Su literatura ha sido comentada –y admirada- por personalidades como Jorge Luis Borges, “Quizás, ninguna de las obras de la Literatura Gauchesca, aventaje a “La Tierra Purpúrea”, Theodore Roosevelt, “Herman Melville inmortalizó a los cazadores de Ballenas y Hudson a los gauchos de las Pampas”, Ezequiel Martínez Estrada, “Nuestras cosas no han tenido poeta, ni pintor, ni interprete semejante a Hudson, ni lo tendrán nunca…”, Joseph Conrad “Hudson es un producto de la naturaleza y de ella tenía la fascinación y el misterio, escribía como crece la hierba.” y muchos más, como Unamuno que puso punto final a la Tierra Purpurea. Quizás muchos argentinos deban redescubrir a Hudson para comprender que es uno de los retratistas más importantes de nuestro paisaje natural en todo el mundo.