A la Capilla Escocesa

El pronóstico anunciaba que el día estaría con cielo cubierto y nuboso, y así resultó. Dudé de emprender el recorrido, pero de todos modos me fui hasta el punto de partida -con casco nuevo y de estreno- para ver si alguien más, quizás algún creyente ferviente se sumaba, resultamos ser tres, y sin mucha orientación del trazado, pero en la siguiente parada ya se habían juntado varios más, y nos esperaba la guía espiritual Mariana, ya que Luis estaba de viaje.

Previo alarde de que la Loma jamás había ido antes a dicho destino, nos sentimos verdaderamente héroes en intentar tal cruzada…

Las inclemencias climáticas y la humedad ambiente combinadas dieron por resultado una salida algo accidentada con despistes varios y un adelanto de lo que nos esperaría más adelante. Estrené el casco literalmente, y entendí que realmente dicho accesorio era realmente imprescindible.

Más adelante nos esperó muchísimo barro, y generó nuevamente patinadas y caídas o algunas “salpicadas” digamos, para evitar dar nombres.

Llegamos a la Capilla, se encuentran las ruinas, y un cierto aire de abandono. Se hizo el pic nic y mates –dilatados- de rigor.

Previo chaparrón pasajero emprendimos el regreso, doy por descontando que se realizó la foto grupal, y evitando los caminos rurales nos sumamos a nuestros compañeros ruteros, que no tuvieron otra que compartirnos su terreno asfáltico temporariamente.

Del recorrido mucho no puedo aportar, no por mi poca orientación, sino porque es un destino que nos solicitó nuestro amigo William que no diéramos coordenadas para evitar que lo molesten ciclistas ocasionales!.

Saludos y hasta la próxima salida.

Gustavo Vierci