Bavio y General Mansilla

Relato de Juan Matías

Nos encontramos en 44 y 131 más tarde que temprano. Mientras avanzaba por la calle 44, terminando de rondar la plaza de 44 y 25, me encuentro con María Laura (quien no se salvará de escribir el próximo relato…) con quien llegué al punto de encuentro, donde ya estaban alguno de los chicos esperando. Entre los “chicos” se encontraba otro de los ejemplos de voluntad de los que aprendemos día a día: Guillermo, un viejo amigo que finalmente se decidió a participar de su primer salida luego de varios días de indecisión.

Al rato caen Luis y el resto de la indiada (como dice Sergio, un compañero que valla uno a saber porqué no viene mas… pa-la-zo! Jaja)

Partimos entonces todos hacia la 137 donde nos esperaban en la posta Lucio, Mary y Daniel. Acoplados estos, continuamos por la dicha hasta el camino de vidrio (lástima que no se puede continuar más) y luego de un desvío y una hermosa arbolada, tomamos por un tramo de vía. Me tocó espaldar a Lucio y seguirle la destraza por el sendero. Antes de continuar, pido disculpas por no acordarme de los nombres de todos… suele ocurir. Después del tramo de vías, el clásico hasta Correas. En esta última etapa el amigo Claudio tuvo la mala suerte de pinchar… dos veces… jaja no, resultó que la cámara que llevaba de repuesto también estaba pinchada… suele suceder (que no vuelva a pasar!!! Jaja es broma) así que no pedí tiempo y le di mi cámara de repuesto, la cambiamos y, mientras Claudio terminaba de armar su bici, yo le animé a Lucio (que también se había detenido a “atender el asunto”) a continuar sin para en Correas.

Pasado por alto el almacén “El Beto”, le dimos pa´delante nomás hasta Bavio. Que bien que anda ese “chiquilin”.

Y llegamos nomás a destino. Bavio está siempre igual. No pasamos por la carreta, descansamos y mateamos “a la nuestra” en la estación, molestando a los muchachos que estaban probando el “microtren”.

No fué mucho el rato, bastó para un par de termos y las charlas animadas de siempre, y ya estábamos emprendiendo el regreso. Encaramos para Vacalín y por ese camino regresamos. De los caminos a Bavio, si no el mejor, unos de los mejores, muchas curvas y paisajes muy lindos. Uno, muy seguramente, dirá “paisajes? Lindos? Si es campo, y el campo es igual en todos lados” pero yo creo que no, cada camino tiene lo suyo: una vez un sembrado, otra vez otro, otra vez con ganado, otra con pastura y después con rollos, para mi el paisaje cambia siempre, y más aún en épocas “húmedas” donde se forman lagunas y se llena de aves de todo tipo que no se ven en la ciudad y se encuentran en su hábitat natural, como suele suceder en el camino que nos lleva a Oliden después de Poblet (a 1 km)

Continuamos. Pasados unos kilómetros adentrados en el regreso, ya nos encontramos los “resagados” Mención especial para Maria Laura quien, siendo su tercer salida, mantuvo impecable su perseverancia. Ya estábamos “los Cappaninni”, Claudio y yo terminando de llegar y completando los que fueron unos 75 kms. En buena compañía.

De izquierda a derecha, de arriba a abajo: Yo, (perdón), Luis, (perdón), Claudio, (perdón), Guilermo, María de los Ángeles, Lucio, Bea, Marcelo, María Laura y Daniel.

Gracias.

Juan Matías