Campamento en Vergara

Salida con alforjas 7 y 8 de agosto de 2010

Hola a todo el maravilloso grupo La Loma, soy Leo, un debutante en esto de las salidas con alforjas… y de los relatos podríamos decir que también, ya que el primero fue un mensaje al foro después de haber compartido mi primer salida con el grupo, allá por febrero de este año, que al final quedó como relato.

Voy a tratar de no aburrirlos con muchas descripciones, ya que cada uno de ustedes sabrá que no hay palabras que puedan reflejar lo que uno siente en cada salida… en mi caso particular me llamó la atención la manera en que cambia el sonido…
Jaja, esperen !!! No se vayan !!! Aunque les parezca un delirio me estoy refiriendo a los bocinazos… en la ciudad las bocinas suelen ser agresivas para con los ciclistas, y a veces vienen acompañadas de algún dedo erguido (el mayor); mientras que en la ruta parecen estar afinadas y suenan de otra forma, y cuando sacan la mano por la ventanilla el dedo que levantan es el pulgar, dando aliento a estos locos que viajamos (ahora puedo incluirme) desafiando todos los climas, con las bicis llenas de bártulos pedaleando hacia quién sabe dónde…

Vamos a hablar de la salida, que para mí comenzó el viernes probando distintas maneras de sujetar mi equipaje y preguntándome cosas como: soportará todo el viaje sin aflojarse? soportaré YO todo el viaje sin aflojar? Pero no podía saberlo hasta salir, así que traté de balancear todo lo mejor que pude, poniendo lo más pesado abajo, tensar bien las lingas y esperar al día siguiente.
El sábado pintaba un clima excelente, salí de casa tranqui y llegué al punto de encuentro a la hora señalada, 9.00 am, ya estaban casi todos, nos juntamos alrededor de 20, pero la mayoría nos haría el aguante hasta Poblet y pegaría la vuelta, éramos 8 ó 9 que traíamos todo para acampar…

Salimos con el sol a pleno y poco viento rumbo a Correas circulando por Av.137 hasta donde dobla el asfalto, y nosotros también (calle 640 creo)… ahí encaramos un tramo de vías, en donde Fede tuvo un inconveniente con sus alforjas, que solucionamos de manera provisoria para poder seguir. Ya en Correas se sumaron un montón de manos para dejar firme el equipaje y seguimos camino hacia Oliden sin problemas… hasta encontrarnos con el barro…

La cosa arrancó leve, primero un par de charcos, luego se puso patinoso pero todavía se podía rodar, más tarde las cubiertas juntaban tanto barro que dejaban de girar (en las fotos podrán notarlo)… A caminar se ha dicho !!!
Hicimos un tramo con nuestras bicis al costado, pero cada vez se ponía peor, y la recta era interminable, así que cuando pudimos meternos en el campo no lo dudamos.

Pasamos sobre el primer alambrado y a medida que íbamos sacando un poco de barro seguíamos viaje, así que yo seguí para no circular tan cerca del pelotón por si sufría alguna caída en alguno de los extensos charcos, pero cuando estaba llegando al próximo alambrado pensé: qué bol…!! cómo paso la bici solo? Por suerte venía Santiago a unos metros y me ayudó a cruzar todos hasta que llegamos a tierra firme, en donde pude ligar unos mates de Norma. Al rato llegaron los que faltaban y seguimos un par de km hasta la ruta 36.

Ahí Matías decidió atinadamente cambiar el recorrido y nos separamos de los que se volvían.

Continuamos 6 integrantes hasta Ferrari por la ruta 36, el resto compartiría una mateada en Poblet.

Hicimos escala en el almacén La Querencia en donde comimos unos víveres y seguimos hasta la entrada a Ferrari… ahí se quedó el muchacho de la Scott (que me disculpe, no recuerdo su nombre) que no tenía equipaje y lo pasaban a buscar.
Seguimos 5, Matías, Mariano, Julito, Rodolfo y quien escribe, cargamos agua en la escuela de Ferrari con rumbo a Vergara, pero antes de llegar nos alertó un motociclista: el Samborombón está desbordado !!!

Pensando dónde dormiríamos nos pasamos unos cuantos km del desvío, así que tuvimos que volver, y justo en la entrada correcta encontramos a Luis Cribellati, con quien pedaleamos hasta el almacén de Vergara y compramos algo para comer, llegamos cerca de las 17:00 hs (no a las 16:07 como estaba planeado, jaja)… hasta ahí 98 km (desde mi casa). Evidentemente el agua no nos iba a dejar acampar cerca del río, entonces preguntamos al dueño del almacén si podíamos acampar en la Estación (que está cruzando la calle) y muy gentilmente nos cedió un lugar detrás del almacén para armar nuestras carpas.

Al momento de comenzar la tarea llegó Marcelo (en auto), quien trajo todo lo necesario para compartir el campamento con nosotros. Cerca de las 20 hs, y con 2 integrantes ya reponiéndose en sus carpas, llegó Rubén, que se vino en auto desde Quilmes con su bici y su equipaje, acompañado por su hijo que se volvió con el auto. Ya estábamos todos, entonces Matías me pregunta: -hace mucho que salís con el grupo? y ahí adiviné que quería que escribiera el relato, jaja… Faltó el fogón, pero sobraron anécdotas y buena onda, estuvimos de sobremesa, o mejor dicho, de “sobrepiso” hasta la medianoche y a dormir.

El domingo amaneció muy húmedo, estuvimos arriba 8:45 y Rodolfo ya estaba listo para irse, finalmente lo hizo después de las 9:00. El resto, algunos nos tomamos unos mates, otros café, luego levantamos campamento y salimos todos juntos a las 11:00 rumbo a La Plata. Marcelo se alejó en el auto y nosotros volvimos con viento a favor hasta la ruta 36, en donde cruzamos a 4 integrantes del grupo los Mega, luego seguimos con un poco de viento cruzado en la ruta pero nada importante. Hicimos 2 paradas, en La Querencia, para almorzar y unos minutos en Poblet, en lo de Yiya (creo que se escribe así). Luego todo normal, en Av 66 nos desviamos Matías, Julito y yo y el resto siguió.

Según mi ciclocomputadora, pedaleamos 172 km, durante 9 hs 41 min, a un promedio de 17,7 km/h y la pasamos de diez a pesar del barro y el frío, que por suerte no fue tanto.

Bueno, un abrazo a todos y espero que no se hayan dormido, yo le dejé la parrilla puesta a la bici para la próxima.