Doble Cruce de los Andes 2018
Pasos Río Don Guillermo (Santa Cruz) y Río Bellavista (Tierra del Fuego)

Respiré hondo y empecé a pedalear: era una mañana incierta; pero había algo que me hacía sentir que todo era posible esta vez.

Cada día era un nuevo desafío: desde desarmar la carpa, armar las alforjas lo mejor posible, desayunar y sentir que debía afrontar día a día como se presentara.

Lo único que necesitaba saber era el recorrido y entonces empezar a disfrutar el paisaje increíble que transitaba.

Algunos días fueron difíciles, otros más fáciles y con mejor rendimiento. Y algunos insoportables, en los que ruedan lágrimas por la mejilla, duelen las rodillas, tenés frío, extrañas a tu familia… pero justo esos días -los mas difíciles- resultaban increíbles porque el grupo trabajaba a la par de los que más necesitábamos ayuda, sin mediar palabra subían con sus bicicletas y bajaban a ayudar empujando o pedaleando nuestras bicis: era increíble y hasta me daban aliento al ver su esfuerzo. Siempre hubo un caramelo, una galletita, un chocolate o un sorbo de jugo que te daba lo necesario para volver a subir e intentar pedalear un poco más. Estaba quien te charlaba para distraerte; quien te decía que después de esa subida venía el valle y allí estaba el fin del recorrido de ese día (a veces era mentira… pero le creías igual); quien te daba un abrazo; algún pitufo gruñón que te retaba para sacarte de pavadas que nublaban tu juicio…; quien se volaba la carpa (y sentías por dentro “eso mismo me podría haber pasado a mí”); quien pedaleaba más rápido; o quien simplemente tenía facilidad de palabra y nos conseguía lugar seguro donde descansar esa noche; quien hacía todo para sacarte una sonrisa y hacer de lo complicado algo gracioso; quien con su calidez y sabiduría te enseñaba que el silencio y el respeto son valores de verdad. También quien no te dejaba solo porque sabía que la cabeza a veces te juega una mala pasada y querés abandonar a la primera por el cansancio. Y quien silencioso trabaja y trabaja en sus horas de descanso para reparar tu bici rota. Aquél quien te enseña cada día con su humildad: siempre se puede lograr todo. Quien te ofrece sus elementos para que resuelvas y mejores tus horas de pedaleo (como cubre asientos o galochas); quien te abraza cada día al concluir la jornada. El respeto, el afecto de un país hermano que nos abre sus puertas o sus ventanas para descansar una noche difícil.

Y está quien perdona tus momentos difíciles.

Ese es el grupo conformado por 18 almas que hizo posible que empiece a soñar, a vivir y a recordar para siempre el Cruce de los Andes 2018 de mi querido “Grupo La Loma”.

Desde ese día en que el whatsapp de Luis dijo: ¿vienen?; que hizo estallar de alegría, felicidad y orgullo nuestros cuerpos… ¡Primera vez que haríamos el doble cruce con La Loma!… Hasta hoy a 20 días de haberlo terminado, mil sensaciones atravesaron mi mente, mi corazón… y todavía estoy tratando de ordenarlas…

El corazón dijo rápidamente “¡puedo!” y la razón se preguntaba “¿podre?”… y ¡pude! ¡pudimos! Muchos km: la compu dice 1.123, mucho frío, viento que jamás soñé existiese, horas interminables de pedaleo, subidas y alguna bajada que nos hizo volar por un ratito y llegar al final del día, armar la carpa, compartir un matecito y sentir el calorcito de la bolsa, la comida reparadora y esa mirada cómplice con Moni que decía “¡pudimos!”

Temprano, muy temprano, comenzar el ritual del desayuno, desarmar el campamento, atar todo y estar listo a tiempo… e increíblemente 17 personas, respetuosas de sus compañeros, ¡siempre estuvieron listas a la hora prevista!

Y día tras día fuimos venciendo nuestros miedos, cansancio…y día tras día, se fueron perfilando las distintas personalidades, los ángeles de la guarda siempre cuidando al que iba último; el que abría camino y siempre se detenía, cada tanto, a esperar el grupo; los que nos habíamos propuesto ser solidarios, ayudar y nos encontramos que a gatas podíamos con nuestro cuerpo; los de la sonrisa eterna, del rezongo divertido, del silencio humilde; el que permanentemente miraba, revisaba, reparaba nuestras bicis a pesar de sacrificar horas de descanso; y ese líder tranquilo, con un humor que te sacaba de tus dudas sonriendo, paciente, que siempre transmitió confianza. Así fuimos formando un grupo solidario, compañero, divertido…

Hubo momentos de inmensa felicidad, como cuando bailamos en la Fiesta de la Esquila en un pueblito chileno y las fuerzas del Universo nos incorporaron al grupo a una bella bailarina de cinco o seis años que casualmente (o no tanto) se llama Anahí…

Hubo momentos de desazón, como cuando rompí la parrilla y caminé hasta que se rompió del todo y gracias a una familia neuquina llegue a destino y apareció el ángel de la guarda que sacrificando su descanso estuvo trabajando hasta las 10 de la noche arreglándola… y aguantó ¡300 km!

¡Y finalmente llegamos! Cómo explicar que se puede gritar, llorar, cantar ¡todo al mismo tiempo! Cómo explicar lo que se siente con nuestros 65 años a cuestas haberlo logrado.

¡Sólo se puede explicar porque el corazón y la razón se pusieron de acuerdo para conseguirlo!

¡Gracias cumpas! Cada uno de ustedes son y serán parte de mi historia, y cuando le cuente a mis nietos esta aventura, naturalmente nombraré a Luis, Martín, Silvina, Gustavo O., Norma, el Tucu, Marchelino, Gustavo B., Gustavo T., Mirko, Andrea, Flavia, Chechu, Javier, Marcelo, el Mostro y la abuelita. ¡GRACIAS!

Y a vos compañera de vida, de aventuras: ¡mi inmenso respeto, admiración y amor eterno!

Cuando recibí una carpeta que rezaba Mostro querido no te preocupes, por los pasos que das, sino por las huellas que dejas, se humedecieron mis ojos; como cuando llegaron mi primero, segundo y tercer hijo…

Sinceramente desde que descubrí este deporte, sentí que Dios lo creó, para cuando deje otras actividades que tanto amo y comience un romance eterno con las dos ruedas. Que unidos a mi forma de ser y sentir la vida, es lo mejor que me podría haber pasado…

Sin todavía no caer de adónde y lo rápido que sucedió todo… más allá de lo que pueda decir de cada uno.., (no termino más…), y lo accidentado que fue en lo personal mi travesía, jamás sentí eso: que era mía, sino de todos, y eso es por haberme integrado en un grupo EXCELENTE. Personas con valores de seres humanos insuperables muy altos en mi escala de valores. Quien emprendió esto, entendiendo que era un viaje de DISFRUTE, no de sufrimiento, más allá de superar duros escollos, todo se hizo, con alegría, voluntad, ganas y mucho CORAJE… así la cosa, es tremendamente más fácil… Es por ello que DISFRUTÉ, hasta mi regreso (más allá de la angustia, y calentura contenida), pues desde el minuto cero estaba muy claro para mí de lo que se trataba… y que nada tenía que detener este vals, que culminaría con los 100.000 km de un hombre todo corazón, pero rodeado de 17 locos como él, que sienten esto como una forma de DISFRUTAR la vida; haciendo lo que se quiere. ¡Y se logró!

Los sentimientos míos los resumo, con un GRACIAS TOTALES. Por hacerme sentir en todo momento parte del cruce: cuando estuve y cuando mi cuerpo tuvo que detenerse, pero mi cabeza y corazón, siguieron con ustedes hasta el regreso.
Para mis casi 59 años… experiencia inigualable… el viaje: una lujuria… LA GENTE, LO MEJOR: fueron mi familia. Pero la que se elige… no la que se hereda…
Un Sueño… ya lo imaginan

SENSACIONES

Toda travesía trae consigo un sinnúmero de inquietudes, miedos, alegrías, misterios, deseos ,que son naturales para cualquier ser normal ,ya sea su primer cruce o sus 100000 km recorridos
No importa la experiencia, no importa el entrenamiento, no importa el equipaje en menor medida, lo más importante es uno mismo, en las ganas de lograrlo, en el compañerismo, en la solidaridad hacia el otro, en el siempre estar junto al compañero/a que nos necesite, en despojarse de egos, miserias y cuestiones personales, en pos de lograr en grupo lo soñado.
Esto lo aprendí en La Loma, sin nombres personales, es la idiosincrasia de un grupo y la de sus integrantes, y en esto hay que basarse, en el sentido de grupo que fue lo que encontré en estos 1140 km recorridos, con alegrías, tristezas, risas, llantos, emociones, lugares impensados, compañeros conocidos y otros desconocidos, que como siempre pasa terminamos hermanados en una aventura sobre una bicicleta
Que loco no ?? UNA BICICLETA ¡!!!!! , si algún día me hubieran dicho que a los 52 años iba a cruzar Los Andes en bici y que hoy llevo hecho 5 cruces ,nunca lo hubiera creido y gracias a esa bicicleta ,fiel compañera ,conocí mucha gente querida ,admirada ,con errores y virtudes ,pero fundamentalmente CICLISTAS ¡!!!
Esto no intenta ser un resumen de a travesía Ushuaia 2018 ,sino como lo dice su titulo , SENSACIONES , solamente sensaciones de un cruce ,que no sé si será el último o no ,si tendré los mismos compañeros o no ,pero de algo estoy muy seguro ,fueron 5 caricias al alma ,con grandes personas que compartí todos los cruces y con algunos solo uno ,pero de todos me llevo un gran aprendizaje ,me hicieron crecer como persona y así poder volcarle a mis hijos lo aprendido
Tenia ganas de escribir sensaciones ,no un mero relato de una travesía ,les agradezco a TODOS mis compañeros de cruce lo vivido, las risas , los llantos ,las desazones , los abrazos ,la ayudas ,el aliento ,la cargada con cariño ,en realidad todo lo sucedido .LOS QUIERO MUCHO ¡!!!!

LOS 3 PRIMEROS DÍAS
Salimos el lunes 6 AM de EL CALAFATE hacia la ruta 40 en donde hicimos noche en el km 98, en un puesto de Vialidad Provincial.
Al día siguiente viajamos desde el Puesto hasta Tapi Aike a 70 km, camino de ripio y con ráfagas de viento que nos hacía viajar a 6 km/hora, llegamos después de 11 horas.
Hoy por la mañana salimos desde Tapi Aike rumbo a la frontera, fueron 56 km de llovizna, lugar al que llegamos acompañados por 300 metros por el vuelo de un cóndor, un ave maravillosa, una que nunca había visto tan cerca nuestro, volaba a menos de 20 metros de altura, parecía que nos estaba invitando a recorrer esta maravilla.
Hoy estamos en Cerro Castillo y ya mañana viajamos durante 65 km. para llegar a Puerto Natales, desde donde haremos la excursión a Torres del Paine.
Me conecto en breve, abrazo fraternal para todos, respiremos vida.

MOMENTO DEL HITO
en cada cruce, el hito es reafirmar en donde estamos y hacia donde vamos.
Es parte del rito.

HOY TORRES DEL PAINE
La octava maravilla del mundo nos recibió con todo su esplendor.
Lagos, deshielos, iceberg, viento, glaciares, un lugar imponente.
Naturaleza salvaje, energía para el cuerpo.
Mañana 6 AM, arrancamos para el próximo punto, serán más de 100 km. Me conecto el lunes desde Punta Arenas.
Abrazo en el alma, gracias por estar ahí.

Después de tres días de pedaleo desde Puerto Natales, llegamos a Punta Arenas, ayer estuvimos en La fiesta de la Esquila en Villa Tehuelches, gran actuación de La Loma Cicloturismo en la pista de baile.

AL FINAL, SIEMPRE HAY RECOMPENSA.
G. Cerati
Hoy salimos de Tolhuin una hermosa Villa a 102 km. de Ushuaia a las 7 de la mañana.
Tolhuin tiene la Panadería La Unión, una perla gastronomica perdida en la Isla, riquísimas panificaciones, un lugar para visitar, si estas en Ushuaia.
Paramos en un Hostel de lujo, atendido por Carlos, un genio, para recomendar.
Además en esta Villa se encuentra el Lago Fagnano, lugar al que vienen científicos de todos lados del mundo, ya que sus placas tectónicas están en permanente movimiento, el mismo descarga sus aguas al pacifico.
Arrancamos bajo agua, y sobre las 10 comenzó a amainar, pero el viento era frío, sobre el mediodía llegamos al Paso Garibaldi, tardamos 1,30 hs. para hacer 3 km. de cornisa, al final del camino se podía contemplar el Lago Fagnano en el horizonte y el Lago Escondido debajo nuestro.
Luego de eso, hicimos 7 km. de bajada increíbles, entramos en incontables subidas y bajadas, para al final llegar a destino a las 17,00 hs.

LLEGANDO
Momento de la llegada, saber que La Travesía terminó, tiene ese sabor agridulce de que terminaste algo tan deseado, pero a la vez se acaban esos días mágicos de carpa, fideos, arroz, lluvia, viento, alegrías, tristezas, rondas de mates, enojos, y uno regresa a la vorágine del día a día.

Quiero agradecerle a Luis Vazquez por confiar en mi, a mis 17 compañeros que dieron todo para poder lograr esta hermosa locura, fueron 1123 km. en 16 días, a disfrutar lo realizado y respirar vida, porque al final siempre hay recompensa.