Domingo a Oliden

Aviso 1: Antes de empezar quiero dedicar este relato a Diego Gasparini, él que me mando al frente por no haber escrito antes… ja ja ja
Sofía

Aviso 2: Antes que lean el relato quiero felicitar a Diego por mandarla al frente Sofía y avisarles que la próxima la escribe Diego… ja ja
Luis

Bueno… qué día ESPECTACULAR tuvimos a pesar del triste y lluvioso sábado que pasamos ayer; y de lo que todos seguramente pensamos: ¿Se hará la salida del domingo? Menos mal que Luis aclaró que todo seguía en pie; por eso antes de irme a dormir, lo primero que agarré fueron las zapatillas viejas porque de lo que estaba segura del todo, era del barro que íbamos a tener.

Pedaleando por la ciudad desierta hacia el punto de encuentro (sólo nosotros salimos un domingo a las 8.30 de la mañana o algún borrachín perdido), fui pensando en la gente con la que me iba a encontrar, porque están esas personas que uno espera ver como nuestro LUIS, otras que queremos ver pero sabemos que no van como Enrique (mi futuro profesor en la facu, aprovecho esto para sumar puntos y con suerte una materias más) y después tenemos a esas personas que casi siempre van pero son difíciles de tratar… como Fernando; el hombre que mide más de 2 metros y que ahora sale en portadas de diarios (me dijo que lo incluyera en el relato pero no sabía dónde ponerlo, así que bueno quedo ahí ja ja ja ja)

Ya todos reunidos y contentos partimos para Correas. El camino estuvo tranquilo y las vías por suerte transitables. Como de costumbre paramos en el almacén para reagruparnos y algunos empiezan a hacer el picnic para reponer energías.

Retomando el pedaleo partimos para Oliden, y empezó la aventura: el camino de tierra húmedo y cargadito de agua se sintió, pero creo nos vino bien a todos así nos vamos preparando para lo que es pedalear con peso. Después vinieron los obstáculos con ese barrito que te patinas y siempre alguien cerca, ¡esperando a que te caigas! Bueno yo intenté pasar pedaleando hasta que se me freno toda la bici. Completamente llena de barro, las ruedas tenían una doble cubierta, empecé a limpiarla con una rama hasta que me cansé y bueno mi dedo era lo más parecido a un cepillo y saqué lo más que pude. Pero lo que más me llamó la atención fue que nadie estaba igual de embarrada que yo, ¡siempre eligiendo caminos indebidos! De mi ropa yo pensé que estaba bastante bien, pero después vino el Pela y me preguntó si me había caído, así que…

Después del vientito en contra… ¡llegamos a Oliden! Un pueblo chiquito pero con una gran panadería en donde varios integrantes del grupo entraron rápidamente, mientras que Davo empezó a armar una picada, con queso, pan, salame, vino y ¡hasta postre! UN GENIO.

Tirados todos en el pasto (muchas chicas fotografiadas desde arriba ja ja), muchos mates, charlas, algunos insolándose bajo el Sol… llegó el momento de partir hacia la ruta 36. Otra vez el viento de frente y los camiones- autos que nos pasaban a todo lo que daban, los desequilibraban un poco; en eso un misil andando (seguro tenía algún vinito encima… ja ja) nos pasa y llegó antes que todos para después empezar a fotografiarnos a medida que llegábamos. Lo que habrá sacado…

Otra salida terminada, como decíamos con Rubén cuando volvíamos, toda la semana esperando para subirnos a la bici y siempre regresar a casa con un sonrisa que refleja todo lo que disfrutamos.

Bueno Luisito ¡MUCHAS GRACIAS! Por hacer que todos pasemos siempre un excelente momento, por darnos un espacio para compartir algo que tenemos en común. Me encanta pedalear con ustedes, es un hermoso grupoooooooo. Creo que se nota, porque trato de no faltar. Así que espero que todos tengan una linda semana, les mando un besooo enorme y nos vemos el domingo que seguro voy a estar presente.

Sofía (Faustiana)