Título de la salida

Tres Relatos

Relato de Raúl

Antes de escribir este relato, releí el que había escrito para la salida a la Balandra. Recordaba que había sido una salida exigida por la velocidad en la que íbamos, sumado el viento en contra. Ahora bien, qué puedo llegar a decir entonces de esta salida…

Nos encontramos en el punto de partida en 131 y 44 a las 8:30hs, pero comenzamos la travesía alrededor de las 9:00hs. Partimos 11 ciclistas, Diego, Julio, Lucio, Andrés, Isabel, María Laura, Sebastián, Marcelo, Andrés, Juan Matías y quien relata.

En el primer trayecto Diego sufrió una caída por el cruce de un perro, quedando golpeado y raspado en una pierna. Así que se quedó en el almacén cerca de Poblet, para volver tranquilo.

Pasamos por la panadería y el supermercado de Oliden para cargar agua y hacer compras de almuerzo, ya que en el resto del camino no estaban asegurados del agua.

Cerca de la estación privada de la localidad de Ferrari (si si escribí bien, está privatizada, sino pregúntele al patrón…jej) decidimos almorzar. En esta parada, Julio decidió quedarse, ya que venía sin fuerzas (el destino le tenía preparado otra misión…).

Continuamos por los característicos caminos rurales hasta que llegamos al tan buscado puente que cruza al Samborombón.

Debajo del puente nos sacamos la foto grupal y Matías nos da la información del camino a seguir. Al principio, ni Isabel le creía el camino a seguir… pero continuamos el recorrido por la orilla del río. Creo que esos 5 Km. fueron los más hermosos de la salida, pero se llevó como precio las piernas de la mayoría.

Con la ayuda del GPS, Juan Matías nos guió hasta el camino que nos llevaría hasta el almacén de Vergara. Antes de llegar, fuimos recogiendo agua de molinos y de vecinos de la zona ya que el sol nos pegaba fuerte.

En el almacén hicimos nuestro segundo almuerzo, es más, creo que comimos más que en el almuerzo…y lógicamente… me tomé una pequeña siesta que seguro J. Matías registró…ya que después del disparo me dijo si quería escribir el relato…

Ya eran cerca de las 19 hs y más allá del descanso, las piernas no querían más…

Volvimos a pasar por Ferrari y luego seguimos hasta la ruta 36. Durante este recorrido recuerdo las palabras de J. Matías que nos decía: estos son los momentos que uno tiene que seguir porque hay que llegar… y puede pasar en el Sur… jeje.

Cuando llegué a la ruta me encontré con Lucio que nos informó que J. Matías había llamado a Luis y a Julio para que nos fueran a buscar y que había salido junto a Isabel y María Laura por la ruta. En ese momento, tomamos la decisión de quedarnos a esperar los vehículos de apoyo. Alrededor de las 23hs nos encontró Luis y al rato llegó Julio (completando así su destino…)

Hasta ese momento recorrimos más de 100 Km. y nos faltaron 50 Km. para llegar a La Plata. A María Laura la auxilió Julio en la ruta y J. Matías e Isabel se subieron a una camioneta que los alcanzó.

Creo yo, que estas son las clases de experiencias que te marcan, porque la única forma de aprender es vivirlo. Aprovecho para agradecer a Andrés que me acompañó en todo el recorrido y en las situaciones mas complicadas nos matamos de risa… Y desde ya a Luis y en especial a Julio que me llevo a mi casa ya que estaba con un ataque de migraña (en ese momento no te dije pero tenía unas nauseas que corrió peligro el auto jejeje)

Un abrazo para todos y si en el Sur nos tocan días así yo me quedo los diez días en las primeras termas que me cruce jajaj

Rulo


Relato de Andrés

Nos juntamos en 131 y 44 como siempre, y éramos 10 almas que iban a la aventura de alta exigencia, con caminos relevados y sin relevar, con la posibilidad de cruzar ríos, y andar por senderos sin conocer, debo confesar que esa parte de explorar lugares nuevos me sedujo de forma increíble, primero como una vocecita que susurra algo al oído para ir subiendo de tono y terminar en una sinfónica interpretando el tema mas furioso de Wagner adentro de un subte.

Camino a Poblet el incidente remarcable fue la caída de Diego por un perro que paseaba, lo cual hizo que deba abandonar la salida por los riesgos de la misma y la lastimadura que sufrió; nos despedimos de el en Poblet y continuamos hacia Oliden, donde nos reaprovisionamos con comida, líquidos y dulces, particularmente compre bizcochos de grasa que todavía disfruto con mate en casa.

A partir de acá todo era nuevo para mi, en un cruce nos reagrupamos, y notamos que Julito venia despacio, llegando a la escuela de Ferrari nos abandona y queda a la espera de que lo vengan a buscar.

Reaprovisionamos agua en la estación “privada” de José Ferrari, y continuamos hasta el Samborombon, a partir de allí era nuevo para todos.

Hicimos la foto grupal, en la cual faltan Julio y Diego, ya éramos 8, y emprendimos el camino por el costado del río donde encontramos todo tipo de caminos, y fauna increíble (liebres, flamencos, vacas, toros, carpinchos, chajas, gente de La Loma).

En un punto se volvió demasiado pesado el camino, lo cual combinado con el calor sofocante, la falta de liquido y la real escalada del cansancio hizo que se evaluaran otras posibilidades para cambiar el recorrido y buscar caminos alternativos por los cuales volver.

Matías busco un camino que parecía viable, un auto se acerco y le observo que era un campo privado y que nos dejaba salir al camino principal por su entrada, nos comunica este hecho y juntos pasamos mas alambrados y llegamos a una tranquera que nos deposita en un camino que lleva a Vergara.

Algunos reaprovisionamos agua en una campo con una señora muy amable y atenta, y otros en un molino de viento.

Se evalúo la posibilidad de donde reponer algo para poder comer y la elección fue Vergara.

En el almacén nos reciben dos perritos, muy lindos, y el puestero del almacén, después de unos sándwich de salame y queso, gaseosa y caramelos retomamos la marcha hacia Ferrari, reaprovisionamos agua en la escuela, donde Marcelo hizo gala de un dominio sobre los canes envidiable, y recargo el las caramañolas de todos, ya eran las 20:30 y estábamos a 15 Km. de la ruta 36.

El camino hacia la ruta fue terrible, con viento en contra fuerte, un revival de Ranchos, en lo personal me comio las piernas el viento, no tenia fuerzas y solo me animaba llegar a la ruta y tener el viento de atrás.

Cuando arribe a la ruta ya Matías, Isabel y Maria Laura se habían largado a la misma, y los demás que estábamos ahí esperamos ya que se habían comunicado con Luís para informarle lo que sucedía.

Matías nos aviso que Luís ya venia y existía la posibilidad de que alguien mas pudiera socorrernos en ese momento, eran las 22hs.

Decidimos esperar.

Ya de noche esperando en la entrada a Ferrari un patrullero nos pregunto si estábamos perdidos, a lo cual añadimos cansados, insolados, deshidratados, adoloridos, con frío y con pinceladas de desesperación y muy cortésmente nos ofrecieron un teléfono en el caso que se volviera mas complicada la situación, así que los menciono por su excelente comportamiento: la patrulla Rural de Magdalena.

Pasados unos minutos llama Luís diciendo que se paso de la entrada y no nos vio, así que prendimos las pocas luces que había y nos encontró y pudo rescatarnos y nos aviso que Julito estaba en camino también.

Desarmamos y cargamos las bicicletas en el auto de Luís y lo propio hicimos cuando llego Julito con Maria Laura al rescate, y ya cargadas las bicis y nosotros emprendimos la vuelta sin saber por donde venían Matías e Isabel.

Llegando a 44 y 131 me manda un mensaje Matías diciéndome que ya estaban en La Plata; posteriormente me enteraría que una camioneta los levanto en la entrada a Oliden y los trajo.

Yo llegue a las 23:45 a mi casa contento y algo cansado.

Particularmente debo agradecer infinitamente a Luís y Julio que nos fueran a buscar, nuevamente queda de manifiesto el espíritu de grupo, la camaradería y la amistad que existe en el grupo.

Nuevamente las condiciones adversas revelan el carácter de quienes las sufren, todo lo que se anuncio estaba previsto, así que no paso nada que no se esperara, cuando estas en el medio del río hay que hacer un esfuerzo y avanzar a cruzarlo del todo.

La salida estuvo bárbara, ojala se repita.

Gracias a todos.

Andrés


Relato de Juan Matías

La propuesta era la siguiente:

“El próximo SABADO 20 de diciembre realizaremos una salida de ALTA EXIGENCIA. Los caminos no están previamente relevados y es probable que debamos desandar lo recorrido por presentarse intransitable. No sabemos con lo que nos vamos a encontrar: camino en buen estado, cruce de alambrados, camino poceado (sendero de vacas) e, incluso, cruzar arroyos.

Esta es una experiencia de nivel exigente y de larga distancia, calculamos que realizaremos en total entre 110 y hasta 150 kms dependiendo de las condiciones del terreno y nos llevará todo el día.

IMPORTANTE: no tendremos reaprovisionamiento de agua, por lo que recomendamos llevar por lo menos dos caramañolas y en lo posible llevar una botella extra. Hacerse de una vianda también. El último pueblo donde podemos conseguir víveres será en Oliden.”

Todo lo estimado sucedió y potenciado por las altas temperaturas, la escasez de agua y la cantidad de kilómetros. Se aproximó mucho a una expedición de supervivencia, tuvo muchos ingredientes, como saber racionalizar el agua, dado que en pocos lugares hemos podido recargar. La sed nos hacía tomar y guardar el agua caliente y hasta no nos detuvimos a tomar agua de cualquier lado.

Partimos a las 9hs. Pasamos por Poblet y Oliden. Llegamos al puente del Samborombón e inmediatamente nos acomodamos debajo del mismo, a la sombra. A estas alturas, cargábamos con 73 kms a cuestas y eran las 15hs. Permanecimos un rato. Durante todo el recorridos hemos apreciado la dura sequía que azota la zona en estos tiempos, manifestada en los dorados pastizales y devastado por los animales lo poco verde que se encontraba; y en los arroyos y bajos resecados, dejando a la vista la tierra cuarteada.

Entonces, estando en el puente notifico: “aquí comienza la aventura, tenemos que seguir por ahí….” (señalo el margen del río). Muchos me miraron no creyéndome, otros se animaron a preguntar “¿En serio?” y al menos uno se puso contento. Al comenzar a pedalear, una, por sus adentros (luego me lo confesó) pensó “yo creí que era en joda…”

Y arrancamos nomás. Como previsto, el camino era transitable, se podía, pero nada regalado. Muchas huellas de ganado y varios cruces de alambrados y tranqueras. Un paisaje totalmente nuevo, llenos de aves libres conformando la naturaleza y embelleciendo el paisaje. Entre otras, avistamos: Espátula rosada (a lo lejos parecían flamencos), Lechucita vizcachera, Cuervillo de cara pelada, Cuervillo de cañada, Tero común, Carancho, Gaviota capucho café y las codornices que te agarran siempre desprevenido y el con el tremendo espamento que hacen te dejan con el corazón en la boca… También vimos muchas liebres y un zorrito corrido por unos teros…

Creo que demoramos lo esperado para recorrer los 7 km (un poco más que una y media hora) que nos separaban del punto más alejado del recorrido. Se podría decir que aquí emprendimos el regreso. No seguro de que sea ese el punto exacto de desvío (les recuerdo que avanzamos con el margen del río como única referencia, como estaba previsto, el camino no estaba relevado ni sabíamos con lo que nos encontraríamos), hice que me esperaran y me largué a campotraviesa hacia donde me llevase el GPS: a ningún lado… jaja. Resultó que con el amigo Julito estuvimos chusmeando “lo que podríamos hacer” y planes A, B, C, etc. y de memoria y rezando, continué en búsqueda de un supuesto sendero o camino que no figuraba en el GPS. Fueron unos 4 kms hasta que encontré, pasando un alambrado, una tranquera y una calle que seguía en sentido hacia una calle (la que buscaba). Asíque les di mi voto positivo a los muchachos y las muchachas y se vinieron.

Dado el horario y la los kilómetros que nos faltaban para llegar a Oliden (punto de aprovicionamiento) decidimos desviarnos hacia el boliche de Vergara (o Bergara), donde tomamos algunas gaseosas y comimos algo (fue necesario).

Aquí nos dimos cuenta que se nos venía la noche. Con 95 kms. recorridos, 75 kms por recorrer y siendo las 18:30hs., ya cansados, algunos más, otros menos. Entonces decidimos regresar por la ruta 36 desde Ferrari. Durante todo el camino, el viento nos acompañó de costado y un poco a favor, esta vez tendríamos que encararlo totalmente en contra (los 14kms desde Ferrari a la ruta 36) y esto fue lo que terminó de agotarnos. A mitad de camino de este último tramo dijimos: basta. A las 20:40 hs. llamo por teléfono en busqueda de ayuda…

Ahora que lo escribo siento que lo disfruté y me siento contento por lo que hice e hicimos. Pero estando allá, a veces uno comienza a sentirse molesto y ya no se quiere estar donde se está. Hacerse la cabeza de que hay que volver sabiendo que falta mucho, es complicado y difícil de manejar. Las sonrisas desaparecen, los ánimos se van cayendo y las tensiones se ajustan. Creo que cualquier tornillo flojo hubiera hecho desastre de nosotros (entiéndase: alguna discusión)

Partí con Isabel hacia la ruta 36 dejando el aviso a Marcelo (que estaba con el otro handy) que venía en camino Luis y Julito. Al llegar a ruta 36 (21:20hs.) éramos tres con María Laura y le encaramos, por suerte, con viento a favor. A las 22hs. nos encontramos con Luis que nos convidó un poco de gaseosa fresca y le dijimos que siga a ver a los chicos que estaban más atrás y seguimos nosotros. Avanzamos en total oscuridad. 20 minutos más adelante nos cruza Julito y ahí la dejamos a María Laura y continuamos con Isa solos con una luz que nos prestó Julio y otra de María Laura.

Finalmente en la entrada de Bavio nos cruza un señor en camioneta que muy amablemente nos alcanza hasta 44 y 157 llegando a las 23hs.

El resto de los chicos llegaron con Luis y Julito todos bien.

Mi computadora marcó 155 kms. Es todo. Nos vemos en la próxima salida…

Juan Matías