Gómez con barro

¿Cómo empezar, no? Una jornada con muchísimos matices.

Siendo las 9 y pico, arrancamos para el querido pueblo de Gómez con un Sol enorme, que se mantuvo siempre presente.

Aparentaba ser un día espléndido, nunca dejó de serlo, pero el quid de la cuestión estuvo en un hecho en particular: ¡EL BARRO!

Al momento de dejar el asfalto, se empezó a notar que la lluvia había ablandado bastante el camino. Luego de que pasara un hombre con su ciclomotor, se tomó coraje y sin más, comenzó la aventura.

Desde que pasó el señor en la Zanella, hasta cruzar la ruta 11 y llegar a ruta 2, no dejaron de suceder eventualidades.

Barro por todos lados, árboles cariñosos de ramas con espinas, caídas, pinchaduras, problemas técnicos por doquier. Todos queriendo mimar mucho a Diego Gasparini, ja ja.

Creo en lo personal que las condiciones del camino ayudaron para que vivamos un momento increíble. Aquellas contrariedades hicieron que se refleje la buena predisposición, compañerismo y por sobre todo esa gran sonrisa que caracteriza al Grupo La Loma.

Sin estos condimentos, la salida hacia Gómez hubiese significado poco.

¿Cómo terminar, no? Una travesía con múltiples colores.

Por más momentos como este, en donde siempre esté el Sol como estandarte y la buena onda sea nuestra fiel compañera.

¡Un abrazo grande a todos!

Valentín.