Gorras

.
Entre las anécdotas de viajes que nos cuenta Luis, siempre está presente el acercamiento a la gente que encuentra en los senderos, conocer a los niños que habitan esos lugares.

Por eso suele llevar golosinas o juguetes para generar una sonrisa en algún pequeño que se cruza (¿casualmente?) en su camino.

En una oportunidad, vio a un niño, y aunque no llevaba nada encima, quería darle algo.
Entonces se sacó la gorra con el logo de La Loma y se la regaló.

Dicen que todo lo que se da de corazón, vuelve multiplicado por miles.

Por eso, Luis te devolvemos esa gorra, no multiplicada en lo material, pero si en el afecto que te tenemos, gracias por enseñarnos a compartir.

Norma Ayala Gauna