Julio Chascomús

Mi tan esperado viaje había llegado

Había empezado unos días antes con todos los preparativos previos: controlar que la bici estuviera en perfectas condiciones y que nada faltara por cualquier eventualidad. Iba a ser mi primera salida con alforjas: ¡a Chascomús y cargada de tantos kilómetros! Un montón de pensamientos invadieron mi mente la noche anterior: ¿llegaría? ¿Aguantaría la parrilla el peso de las alforjas? (que sobrecargue de abrigos innecesariamente puesto que hizo una temperatura que nos sorprendió a todos “un calor terrible” que al pedalear se hizo mas intenso)

Llené la bici de luces ya que temía llegar sola de noche a la hora de la cena. Además me preguntaba como sería andar con tanto peso, cosa que nunca había probado.

En fin, habiendo tomado todos los recaudos, partí muy temprano hacia el punto de encuentro. Obviamente fui la primera.

Al ratito llegaron Luis y todos los “lomenses” y emprendimos el viaje pasando por los pueblos que visitamos habitualmente. El suelo estaba firme y seco y los caminos en buenas condiciones. Por suerte no hubo viento lo que contribuyo a que podamos lograr el objetivo. ¡¡¡Para mi alegría tampoco hubo puentes peligrosos ni vías!!!

Pasamos por la estación de Poblet, luego seguimos por Oliden, donde disfruté mucho la parada en “La Olidense” panadería famosa del lugar, donde degusté el exquisito pan casero (ver foto)

Pasamos por Ferrari, donde luego de compartir el almuerzo, como siempre con una grata plática, cargamos las caramañolas en una escuelita que era lo único que había a la vista.

Seguimos rumbo al Río Samborombón (que si estaba Julito se daba un chapuzón)

Durante todo el viaje de ida y de vuelta sonó el handy de Marcelito: era Juan Matías que todavía no me tiene confianza todavía y preguntaba si seguía viva. Nosotros con Marce nos reíamos. ¡¡¡Gracias Mati por preocuparte y cuidarnos a todos!!!

Luego pasamos por la Estación de tren de Gándara (otra estación de tren abandonada y otra vez la sensación de tristeza de saber que por allí hasta hace unos años pasaba un tren que llenaba el lugar de vida) y luego por Villavicencio donde nos reagrupamos. Como siempre yo llegando 5 minutos después del resto, de manera que nunca podía descansar (palo)

Finalmente, tras un rato más de pedaleo vimos la ansiada laguna.

Había un poco de niebla, lo que le daba un toque pintoresco al lugar.

Nos alojamos en el Hotel Riviera, que está ubicado justo frente al lago, un lugar muy cálido donde estar, con mucho agua caliente aunque salada (Anécdota: al momento de bañarnos, varios sentimos el gusto salado del agua y pensamos que era nuestro abundante sudor tras la épica jornada ¡¡¡!!!)

Nos acomodamos y guardamos nuestros preciados tesoros en le patio del hotel. Algunos se durmieron una siestita (¡Dani se desmayó!) mientras yo aproveche para contemplar las garzas que revoloteaban entre la neblina sobre las aguas de la laguna.

Luego fuimos a cenar a lo de Mirta donde comimos hasta chupar los platos unas riquísimas pastas, mucha gaseosa y así pipones y hechos todos los deberes cada uno a su cucha para estar fresquitos y pedalear al día siguiente.

El domingo nos levantamos y luego del desayuno y viendo que se venía la lluvia en cualquier momento emprendimos la vuelta por la banquina de la Ruta 2 donde hicimos unos 80 Km. casi sin parar y llegamos a nuestros hogares a las 15:30 sequitos y sin mayores problemas con la alegría y placer de haberlo logrado.

Gracias Marcelo por el aguante y a todo el grupo por compartir tan linda experiencia.

Mariángeles: te extrañé

María Laura

Recorrido total: 114 kms. ida y 82 kms. regreso.