Laguna La Picasa y algo más…

Hola, queridos amigos:

Hermosa salida a La Picasa, San Gregorio y a la Fiesta del Cordero en Alberdi.

Mis amigos ya les habran contado todo lo vivido en estos tres días donde el clima nos acompañó.
Además de agradecer a mis compañeros de viaje, quiero destacar la colaboración de Luis Vargas, quien nos guió a Alberdi, de Alejandro Rojas por los recorridos que nos aconsejó para que pedaleáramos y por el polideportivo donde acampamos y a José Luis Losada quien nos hizo una reseña de los problemas que les causo el desborde de la laguna y el poco interés para dar una solución al mismo, esperemos que todo se soluciones pronto y que la Ruta 7 se pueda habilitar nuevamente.

Amigos, mucha gracias por toda la colaboración en la organización, será hasta la próxima.

Luis

Cuando nos enteramos con mi novio que estaba la salida a la Laguna La Picasa con el Grupo La Loma nos miramos y dijimos: “Vamos”.

Habiendo arreglado todo para poder ir, llegamos a San Gregorio y ya nos estaban esperando para hacer la primera salida hacia el pueblo de Aarón Castellanos cruzando, por la inundada e intransitable Ruta Nacional 7, la Laguna La Picasa.

Así que hicimos todo rápido y salimos todos juntos. Hicimos unas paradas muy lindas en la estación de San Gregorio, y luego fuimos hasta la localidad de Diego de Alvear. Tiene una plaza hermosa junto con su iglesia (pueblo que a mí en particular me encantó). Después de ahí, llegaba la gran travesía de cruzar 12 km de ruta inutilizada, con muchos escombros, cadáveres de pescados, guardarrail y demás cosas que dejó la inundación en medio de la ruta. Esa experiencia da una mezcla de sensaciones, por un lado ves la falta de interés por hacer las cosas bien por parte de los responsables de tal atrocidad… y se juntan un sentimiento de rabia y angustia por todo lo perdido; y por el otro lado poder cruzar eso en bici es una experiencia inolvidable y única, el tratar de no agarrar una piedra filosa que te corte la cubierta de la cleta porque sino sabes que tenés que volver caminando o que se pinche la misma con una espina de pescado y así toda la travesía de ir esquivando escombros y todo tipo de cosas que el agua dejó. Es algo que no me lo voy a poder olvidar nunca en mi vida.

Una vez que logramos cruzar esa parte a muy pocos kilómetros de ahí se encuentra nuestro lugar de destino: un pueblito con una iglesia imponente, hermosa por donde se la mire, lástima que no pudimos entrar por estar cerrada (por si alguna vez alguien va, sepan que el cura de esa iglesia solo trabaja una vez al mes y hay que coincidir en ese día para poder entrar, cosas que pasan… ja ja ja), fuera de eso el pueblo es un lugar hermoso con solo 500 habitantes. En el almacén que paramos a comprar, el cual se lo llenamos de locos sedientos y muertos de hambre, la mujer que atendía, muy amablemente, al ver que ya habían pasado más de 20 personas por su local en menos de 10 minutos, pregunta si quedaban muchos más porque se tenía que ir a un cumpleaños, igual se quedó hasta que nos fuéramos para cerrar, ¡una divina!

Después de ahí, llegaba la gran travesía de cruzar 12 km de ruta inutilizada, con muchos escombros, cadáveres de pescados, guardarrail y demás cosas que dejó la inundación en medio de la ruta.

Luego de descansar, comer y refrescarnos, volvimos por el mismo camino, y en Alvear paramos dónde una mujer que estaba lavando el auto par que nos de agua, y justo vimos en la plaza que habían unas mujeres vendiendo tortas caseras así que, otra vez como buena costumbre de todo ciclista, la arrasamos, nos llevamos todo dejándole solo las migas ja ja ja (demás está decir que estaban muy ricas).

Una vez que llegamos al camping, luego de unos hermosos 84 km recorridos, ya bañados, cenados y relajados fuimos todos a dormir, sin habernos percatado que justo enfrente del camping se encontraba el único boliche bailable de todos los pueblos aledaños y que la juventud estaba esperando ese día para ir a bailar como es costumbre, así que desde las 3 de la mañana hasta las 7 el DJ que pasaba música, por cada tema que ponía agradecía (supuestamente despidiéndose), pero nunca se iba, por lo que no quedó otra opción que levantarse temprano: nos juntamos todos a tomar mate bien, bien tempranito.

Una vez desayunados (y nuevamente el grupo esperándonos para poder salir, todo por culpa de mi novio Aníbal ja ja ja ja) fuimos a la segunda supuestamente “cortita” salida, rumbo a Alberdi donde se hacía la fiesta del cordero, con el fin de comer cordero. Salimos y pasamos primero por un puente que fue construido con la misma técnica que la torre Eiffel y de ahí a nuestro destino. El camino se hizo durísimo por la cantidad de arena que había en la calle sumado al calor insoportable que hacía, pero luego de varias paradas para poder hidratarnos y descansar a la sombra llegamos al pueblo de Alberdi, donde estaban todos los habitantes del pueblo y lugares aledaños en el predio donde se hacía la fiesta, y cuando digo todos es todos, así que solo habia gente y nada de cordero: se lo habían comido todo para cuando llegamos. Así que nos quedamos con las ganas de probarlo, aunque algunos suertudos del grupo pudieron comer las sobras, otros en los cuales me incluyo nos arreglamos con chori, papas fritas y licuados riquísimos (bueno algunos con cerveza, para qué vamos a mentir ja ja ja).

Una vez terminada la fiesta pegamos la vuelta tratando de evitar la ruta de la arena, pero fue imposible, hasta que en un momento veníamos caminando Luis, Porra, Belén, Aníbal y yo (Si… caminando, no pedaleando. Porque era imposible pedalear con la arena que había) y nos cruzamos con una camioneta, el señor que la manejaba frena y nos dice que la calle que acabábamos de cruzar nos lleva hasta el puente Eiffel y es un atajo sin arena, así que nosotros cinco, ni lentos ni perezosos, pegamos la vuelta y nos fuimos por ese atajo, llegando al fin y al cabo junto con los demás del grupo que fueron por el camino de arena, recorriendo en total 75 km, no los 55 km que me había dicho Luis… diciendo que era cortita la salida. Pero igual lo disfruté muchísimo.

Estuvo hermoso todo el recorrido y fue mi primera vez que pude hacer dos salidas seguidas de tantos kilómetros y terminarlas. Fue un desafío cumplido para mí.
Fuera de que me duela todo y aún no siento los cachetes de la cola, esta travesía no la podría haber hecho sin mi compañero de ruta y de vida, Aníbal, y sin el apoyo de Luis y todo el Grupo la Loma.

Fue un placer haber pedaleando con ustedes mis primeros 159 km. Y ahora espero ansiosa la próxima travesía.
¡Gracias totales!

María Laura Cordo

“No hay dudas que el propósito que nos une,
es compartir el amor que se genera en torno al uso de la bicicleta”

Quizás para algunos sea un medio de escape, un símbolo de libertad y para otros un deporte o un paseo de aventura; lo cierto es que ella es un nexo para reunir personas con un mismo objetivo: disfrutar el camino.

Octubre cálido… La Picasa espera. Camping, alforjas, cletas y algo más… 

Cada uno de los participantes de la salida con su propia expectativa.

Preparativos, armados de bicis, mates y risas enmarcan el inicio de la primera recorrida al pueblo.

En lo personal, cada salida es única. Adoro conversar con viejos amigos y conocer gente nueva, esa que recicla la buena energía.

Acampamos en San Gregorio, donde conocimos a Luis Vargas, un ciclista lugareño quien más tarde nos guiaría por el pueblo.
El sábado partimos tempranito hacia Alvear y Castellanos, donde conocimos la desolada Laguna La Picasa, una mezcla rara de sensaciones nos deja ese paisaje… tristemente pintoresco.
Recorrimos unos 80 km y regresamos al camping, con el feliz cansancio que todo ciclista conoce.
Después de un baño relajante en el predio, Agustín, Fabián y otros, con ayuda de “Pluma Blanca” (mmmmm)… nos cocinaron unas exquisitas bondiolas y ¡los chorizos más ricos del mundo!
Entre risas se nos fue la noche y cada uno retornaba a su carpa a descansar.

Otro día comienza: DOMINGO
Encuentro gastronómico, La Fiesta del Cordero nos espera. Partimos hacia Alberdi.
Pedaleada dura, no recuerdo exactamente los km… se sintieron como miles. Viento en contra y arena. Dupla que los ciclistas ya conocemos.
Costó… pero llegamos. Allí estaban los paisanos, esperándonos y recibiéndonos con aplausos.
Como era de esperar, casi un clásico y en el momento menos esperado… no sé cómo… pero estábamos bailando en el escenario.

Luis, como siempre agradeció las atenciones recibidas y seguimos bailando con la gente del pueblo.
Hubo un ciclista acosado por las señoras del lugar, no daré nombre para no incomodarlo, pero los paisanas se le prendieron del cuello tal cual las “Nenas de Sandro” ¡ja ja ja ja!

Recorrimos la vieja estación de Alberdi y comenzamos la retirada, con un hermoso viento en contra que no nos abandona y ese suelo arenoso que hizo acalambrar a más de uno.

De regreso a San Gregorio, todos sonreímos, algo que nunca podré entender, porque aunque estemos cansados, con las piernas doloridas, llegamos felices a comer algo rico y a ducharnos para la cena.
Luis le entregó un presente a nuestro guía Luis Vargas, quien se emocionó mucho al ver las herramientas similares a las que usaba su padre en la bici.

Nuestra última noche, algunos decidieron tomarse un heladito en el pueblo… otros descansar en el lugar.

… todos sonreímos, algo que nunca podré entender, porque aunque estemos cansados, con las piernas doloridas, llegamos felices…

Si hay algo que aprendí en mis años de vida es ser agradecida.

Gracias Luis Vázquez por ser el puente para que muchos, como yo… podamos cumplir nuestros sueños.
Gracias Porra y Tucu por cuidar lo que tanto amamos… nuestras bicis.
Gracias Luis Vargas por guiarnos por el pueblo
Gracias Rosita y Faby por dejarnos compartir con ustedes el viaje desde La Plata.
Gracias Norma por ese trozo de queso y ese salamín que llegó en el momento justo.
Gracias totales a los 22 compañeros que hicieron de este finde largo una fiesta.

MIRKO
“de Patria Cebad@s y Corazón Lomense”

Compartimos fragmentos de una entrevista a Luis Vargas, realizada por Pedro Cocco Rapalini, días después de nuestra visita.
Habla de sus hijos, del Grupo La Loma y algo más… Pueden verla completa acá

“El otro día me dice José Luis que van a venir de la Agrupación La Loma… al Polideportivo. Así que el sábado me fui a visitarlos.

Ellos iban a cruzar La Picasa y yo no podía ir, porque tenía otros compromisos… pero me comprometí para ir con ellos el domingo a Alberdi. Así fue que el domingo estuvimos ahí desde temprano.

Cambiamos el circuito para ir por ruta porque… bue… a lo último volvimos igual por la tierra. Primero fuimos al puente Eiffel. Parábamos, nos reagrupamos y salíamos.

Puente Eiffel, en el cruce ferroviario de los ramales General San Martín y General Mitre.-

Seguimos para Alberdi. Linda salida, fuimos por la calle del medio.

Era la primera vez que iba para allá. Me decían ¿Cuánto falta? y yo les decía: No sé, si yo nunca fui…ja ja ja. O les decía 2 km para el pueblo y después 5, o 6 más… ja.

Llegamos a la Fiesta del Cordero. Son poquitos los que consiguieron cordero. Y vos sabés que no se puede tomar alcohol en el viaje… pero después cuando llegan a descansar eran LAS pilas de cerveza…ja ja ja.

Volvimos un tramo por la ruta, despacito y por la orilla, como sulky sin patente. Me había acalambrado varias veces, y Luis… (creo que era Vázquez, el apellido), me estuvo haciendo masajes… y después las cargadas…claro. Y… no estoy en estado todavía para salir….

La culpa fue mía, porque había un veterano que le metía pata y me mató la vuelta. Si me quedaba con el pelotón del medio iba tranquilo. Agarramos la de tierra para volver al pueblo y yo le decía a los chicos: Sabés los años que hace que no hago tierra… y entonces ir por ese camino que estaba pesado fue la muerte.
Yo rompí la bici, venía a pie… venía con Gonzalo, otro chico del grupo. Hasta que me levantaron, entonces él se volvió pedaleando y yo me fui en una camioneta.

Al final estuve oficiando de guía y anfitrión. Lo pasé muy lindo, muy divertida la gente… estaba en lo mío.

Tienen una muy buena organización… masajitas todo ja, ja, ja, enseguida te caen con un gel otra cosa y te acomodan enseguida. Me acalambré por salir a a noquear con el otro viejo, y no sé si el otro viejo no era mayor que yo…

Son de ese tipo de gente así, que viajan. Son muchos… bien equipados. Pasamos un día hermoso…

Después en el Polideportivo, viene Luis, el líder de ahí. Y me sorprende con una bolsita, una tablita… y cuando miro así…un jueguito de llaves. Eso me emocionó, porque me tocó…
Esas que son tres llavecitas, una para los rayos, otras dos para los conos… mi viejo me enseñó a desarmar las ruedas con eso. Uhhh como las que tenía mi viejo…  ese fue un momento de emoción. Nos abrazamos con Luis… los dos Luises.

Yo… no estoy pasando por un momento bueno. Por varias cosas que me han ocurrido… más que nada por mi desobediencia. Pero pedí y el de arriba me mandó la familia en las ruedas…. Me alegraron el sábado, el domingo y el lunes, porque estuve para la despedida…. me fui a despedir. Tengo ahí la foto.

En el grupo había de todo, mucho matrimonio, novios, chicas… había una… Mirko se llama… esa es tremenda. Una morocha… Mirko parece que tiene una agencia de viajes… uhhh pero es tremenda.

Casi todos de La Plata. Me contaron que fueron dos veces a Ushuaia, y creo que cruzaron 28 veces a Chile… hace 15 años que están trabajando ellos en esto… empezaron como grupo entre familias y se fueron agregando y agregando. La familia banca a los que se fueron. Y eso fue contagiando a muchos. Muchos chicos que se prenden…

Yo… no estoy pasando por un momento bueno […] pedí y el de arriba me mandó la familia en las ruedas…

Los despedí con mi hija en el Polideportivo… Ella ahora se embaló, me dijo: Pa, tengo ganas de comprarme una bicicleta… y yo le dije vendé la moto y comprate una bicicleta.

Ahora voy a organizar algo, pero no voy a hacer carrera rural… voy a hacer un cicloturismo.

Porque en cicloturismo no hay ganador, podés llegar antes o después, pero llegan todos. (…)”

Sobre la visita a la Fiesta Nacional del Cordero Alberdino al Asador, dijo Fernando Bandera

Pocas veces uno se ruboriza por no hacer nada. En éste caso fue cuando llegamos al predio donde se hacía la fiesta del cordero, en Alberdi. La gente nos preguntó de donde veníamos pedaleando…y al poco tiempo empezaron a aplaudir, dándonos una linda bienvenida. Será que por ahí entendieron que recorrimos varios km bajo un fuerte sol y viento. Sobre un terreno que al tener mucha arena, nos hizo más difícil pedalear. Algunos ayudaron a transitar éste tramo remolcando a los que no podían. Otros repartieron agua y fruta a los demás. Fue una linda experiencia que pasé con el grupo de La Loma en éste finde largo. Conociendo parte de la Argentina, y espero poder seguir conociéndola junto al grupo.

Afortunadamente, nuestro amigo Hernán Scianda, grabó el momento del ingreso. Verdaderamente emocionante.
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Y agrega Fabián Cristino:

Fue grande la emoción al entrar a la Fiesta del Cordero… que te aplaudan, animar un poco bailando, haciendo el trencito y… EN EL ESCENARIO….
Cerrando con una invitación de cordero para todos fue increíble, gracias a todos por compartir estos días y gracias Luis por la salida.

Martín Sáenz registró el momento del escenario… pasen y vean.

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