Laguna de Bavio y algo más…

Laguna de Bavio – 12/1/20

Antes que el tiempo pase y las sensaciones se diluyan, la bitácora de este domingo relatará una gran salida de 14 ciclistas hacia una singular y hermosa laguna, curiosamente desconocida por la mayoría de los entusiastas presentes.

Salimos a tiempo de los puntos de encuentro anunciados. Pedaleamos con tranquilidad hasta una sombra cercana a la Calle de Vidrio donde realizamos la primera parada para hidratarnos. El tiempo estaba fabuloso aunque hacía mucho calor y veníamos con algo de viento y tierra seca en contra.

Continuamos hasta Correas pasando por las vías, un lugar estrecho, simple, vívido y colorido que siempre me resulta fascinante y mágico, tanto como cuando lo descubrí por primera vez, algo tambaleante e insegura, de la mano de Luis Vázquez, allá en un febrero de 2006.

Llegamos al almacén de Correas donde hicimos otra paradita técnica para volver a hidratarnos y comer algo. Continuamos nuestro recorrido hasta Bavio y luego de comprarnos unos estupendos sánguches de matambre y empanadas emprendimos el destino final hacia la laguna.

El lugar está emplazado en una propiedad privada. Todo muy cuidado y limpio; con mesas, fogones y sanitarios. Se puede acceder pagando 100 pesos. La laguna es medianamente grande y está rodeada por unos pinos gigantes.

Allí almorzamos, algunos charlaron amenamente con los mates de Daniel y otros descansaron arrullados por el viento y los pinos.

A eso de las tres de la tarde y luego de la merecida foto grupal, nos despedimos del lugar y emprendimos raudos el regreso, con viento de cola.

Llegamos a casa con el corazón lleno de pedaleadas compartidas, agua, gomitas, caramelos, charlas, risas, cansancios lindos que quedarán grabados en el alma.

Bettina C.