Laguna San Vicente a las brasas

Relato de Juan Matías

– El tiempo está loco…

– Hay sii….

– Yo no se qué vamos a hacer, pasamos de cuatentiún grados “a-la-sombra!” en toda la semana y este sábado yo me tuve que poner un saquito para salir…

-Si! y yo unas medias de lana, mirá lo que te digo!

– Yo no se a dónde vamos a ir a parar…

– Según dicen va a estar peor

– Qué se yo, viste? es como que no se… de pronto…o sea… y el pronóstico a veces te dice una cosa y otras veces te dice otra

– Y! uno ya no sabe a quién creerle…

Hemos tenido una salida de aquellas… de aquellas!!! La hora propuesta no fué tan acatada por unos cuantos… Cuando a las 7:15 hs. debíamos partir, a las 7:45 hs. fue que lo hicimos. El remolón que escribe comenzó con el retrazo llegando cerca de las 7:30hs..

En el estadio ya estaban esperando con cara mezcla de “dale apurate” y de “esta es la última vez que me despierto tan temprano” unos 8 lagañosos ciclistas. Segundos después, llegaba Daniel que venía del trabajo. Entonces partimos los 10 rumbo a San Vicente… bueno once, a la cola se sumó otro dormilón: Alejandro.

Tomamos la 25 hasta la calle 501 donde por caminos interbarriales llegamos a El Rincón, en Villa Elisa. Ahí suena el celular: otro resagado, “seguí el camino” fue la orden y continuamos el nuestro. Pasamos por el haras, esa zona tan marginal… y de a poco nos fuimos adentrando en los caminos rurales. Atravesamos la ruta 36 y continuamos hacia la ruta dos. En ese punto, mientras comprábamos algún que otro alimento y recargábamos agua y energías, se nos acoplan los últimos ciclistas que conformarían el grupo de esta salida: Nico y un amigo de Alejandro que no recuerdo el nombre…

Cruzada la dos, encaramos para Est. Buchanan. A el camino recto de siempre, le siguieron unas curvas y, a 10 mentros de las vías, doblamos y a tanquera traviesa llegamos a la estación dicha. La estación de Buchanán está en sus horas de terapia intensiva. Es una pena ver el esfuerzo de la Asociación Amigos Defensores de Nuestros Ferrocarriles y Monumentos Históricos evidenciado en su constante trabajo de mantenimiento pintando el viejo anden, las columnas de los tinglados, el cartel de la estación, cortando el pasto, limpiando, etc. y, en contraposición, está ese desmedido vandalismo que siempre destruye todo sin motivo alguno.

Continuamos entonces por un tramos de vías partiendo de la estación hacia la ruta 53 y por esta unos pocos kilómtros hasta el almacén con pinta de pulpería “El tropezón” (o sus ruinas), donde doblamos en dirección hacia Alejandro Korn. Este camino está cada vez peor, tan estropeado está que en algunas partes, parece como si estubiera en desuso, y eso que era asfaltado! Lleno de pozo y tremendas piedras… escuché que uno decía “con razón vienen en contra mano los coches”

Llegamos los 13 ciclistas a un ritmo sin precedentes. Salimos a las 7:45hs. y a las 11:45hs. ya estábamos desensillando en la laguna con algo más de 60 kms.

En la laguna descansamos a la sombra de unos sauces, contemplamos un poco la paz… de la cumbia del vecino… y tomamos unos mates y almorzamos algo. Cada uno en la suya acomodando las bicis y viendo qué almorzar. Luego: la ronda de mateada y charla amena entre viejos amigos, amigos reincidentes y nuevos. Todos contando sus proyectos para estos meses de vacaciones: viajes por el norte, por el sur… y los que no, aportaban con preguntas, con intercambio de experiencias y consejos y deseos siempre de éxitos.

La hora de partida fue fijada y, ahora sí, respetada, a las 13:30hs. La verdad es que el clima fue ideal: un poco de sol, pero no tanto, el que nos permitió recorrer la ruta 6 de regreso a La Plata sin grandes problemas (en todo caso, pregúntenle a Silvina…)

Saliendo de la laguna, nos encontramos con algunos amigos que recién llegaban y, en la ruta, con un rutero viejo… (viejo amigo, también… jaja)

Entre los participantes se encontraban Gabriel y un amigo de Alejandro: ¡ Bienvenidos !

Fueron 13 ciclistas que se pedalearon algo así como 112 kms en total, algunos más, algunos menos.

Hasta la Próxima Salida…

Juan Matías