Lo de Hipólito, y algo más…

Hacía tiempo esperaba llegar en bici hasta Vieytes. Me intrigaba saber que paisajes nos esperaban pasando Payró … Por fin el jueves se publicó ¡la tan ansiada salida! Así que el domingo pasaditas las 8, emprendimos el camino, sabiendo que teníamos por delante una extensa jornada de pedaleo bajo el Sol (al menos eso prometía la publicación que nos invitaba a la salida…).
Viento a favor enseguida llegamos a Correas donde nos esperaba Vicente para sumarse a la salida.
Pasando Bavio el calor se hacia cada vez más intenso, o por lo menos eso marcaba el termómetro de Agustín: ¡40 grados!
El camino nos llevó entonces desde Payró a Vieytes sin escalas, donde al llegar hicimos avalancha sobre las heladeras del único negocio abierto en el pueblo en busca de algo fresco.
Vieytes es una localidad perteneciente al partido de Magdalena que cuenta con menos de 300 habitantes y lleva su nombre en homenaje a Juan Hipólito Vieytes, quien fuera dueño de una famosa jabonería en San Telmo, donde se gestaron las ideas que culminaron con la Revolución de Mayo de 1810, de la que el mismo formó parte. El ramal ferroviario de la línea Roca que dio vida al pueblo fue inaugurado en 1892 y cerrado en 1980. Recorriendo la estación, la imaginamos en funcionamiento, ¡qué pena da verla abandonada!
Así fue que entre sánguches gigantes de milanesa preparados en la parrilla «Pueblo Viejo» (que se encuentra frente a la estación) y ensaladas varias, comenzó el almuerzo que como siempre contó con anécdotas, risas y esa mascota que en cada pueblo nos hace compañía.
Llegada la hora del mate unos ricos alfajores derretidos encontrados de contrabando en las alforjas del Tucu fueron el manjar para cerrar el merecido descanso.
Mientras nos preparábamos para emprender el regreso, contentos de que las nubes hicieran menos calurosa la vuelta, surge la pregunta de Martín: ¿camino largo o camino corto?
No sé que votó la mayoría, pero sin dudas el camino largo era lo que nos esperaba…
Así fue que nos desviamos unos cuantos km para conocer nuevos rumbos, por un extenso camino rodeado de flores donde la naturaleza nos regaló postales mágicas que hicieron que valga la pena ampliar el recorrido.
Llegando a Arditi la tormenta empezó a acompañarnos: algunos improvisaron pilotos sofisticados con materiales caseros y otros nos aventuramos sin más a la lluvia, no quedaba otra que pedalear…
Viento en contra, lluvia, relámpagos y truenos, con las últimas energías llegué a Bavio, pensando ¿qué hago acá pedaleando bajo esta tormenta?
Rápidamente encontré la respuesta: la parada obligada en Bavio donde lo primero que vi fue a Andrea esperándonos con mate y galletitas, más las palabras de aliento y risas de todos, cargaron mis pilas para seguir, sabiendo que la recompensa esta vez era ¡una ducha caliente!
Así pasadas las 20 h llegamos a La Plata: empapados, cansados y embarrados, pero sonrientes, contentos de haber sumado más de 120 km, no sólo de bellísimos paisajes recorridos sino también de momentos compartidos.
Lo impredecible y el modo en el que superamos los obstáculos que se nos presentan es lo que hace emocionante cada salida con el Grupo La Loma
Sigamos sumando caminos que nos lleven a casa con una sonrisa.
¡Gracias a todos por la compañía!
Nati