Luna de campo y algo más… 

Palabras acerca de Luna de campo y algo más… 

La tarde se presentaba agradablemente fresca y despejada de nubes, dejando ver que tendríamos una bella noche llena de estrellas y con la presencia de la Luna.

Salimos un grupo de 12 encarando la Avenida 72 y luego la 137 rumbo a Arana. Rápidamente llego a nosotros esa sensación mágica que viene con las primeras pedaleadas y que enciende nuestra sangre inundándonos de vida.
Llegamos a Arana con el crepúsculo ya presentándose.Encendimos las luces de nuestras bicis y nos dirigimos a Correas cortando camino por las vías. Con la noche ya presente, el camino de las vías rodeado de vegetación aparecía como un fantástico túnel que conectaba a otra dimensión, haciendo crecer en nosotros el sentimiento de aventura y libertad.

Ya pasando Correas entramos más de lleno a los caminos rurales y llegando a Bavio vimos asomar la hermosa Luna naranja que nos acompañaría con su luz el resto del viaje. Al llegar a Bavio hicimos una parada breve donde intercambiamos sensaciones y anécdotas, y verificamos el estado de nuestras bicis contando con la invalorable ayuda técnica de los compañeros más experimentados del grupo.
En el trayecto rumbo a Arditi vía Payro la noche se hizo más brillante y silenciosa, y el camino más misterioso. Las luces de nuestras bicis proyectaban nuestras sombras sobre los árboles en forma imponente, dándonos la sensación de estas acompañados y protegidos por gigantes.

En el viaje de regreso a Correas, donde nos esperaban en el Complejo Chimangos con empanadas de cordero y pizzas, nuestra sangre ya estaba completamente encendida de vida, y el grupo se sentía compacto, como unido por invisibles eslabones de solidaridad y camaradería.

Ya de regreso a La Plata, con la panza llena y el corazón contento, nuestras bicis marchaban felices. En nuestras casas nos esperaba un baño caliente y un sueño reparador, liberado por las cadenas de la bicicleta.

Iktomi Wichasha