Melchor y Elisa

Relato de Perla

El frío de la mañana y un cielo que le costaba ponerse azul me invitaban a seguir durmiendo, pero las ganas de pedalear y ver al grupo fueron más, así que llame a Gustavo y en poco tiempo estuvimos listos. Tomamos la 25 dirigiéndonos al punto de encuentro pero a las pocas cuadras los vimos venir. Es la tercera o cuarta vez que hago esta salida pero lejos de ser el mismo recorrido Matías había encontrado como siempre nuevos senderos para pedalear. Siempre me pregunto como hacen para encontrar tan lindos caminos. Añosas arboledas que dejaban escasamente pasar el sol y nos hacia seguir sintiendo este intenso frío con el que había amanecido este domingo de abril. A un ritmo parejo íbamos intercambiando charlas con los conocidos y con los nuevos integrantes a los que les damos la bienvenida al grupo.

Paramos en el lugar tradicional deseosos de ese mate que nos calentara un poco. Así que poco a poco salieron a relucir los termos, y nos fuimos acomodando para pasar como siempre un grato momento entre charlas y mateadas.

Retomamos el regreso con dos nuevas compañías, dos perros que lejos de ladrarnos como habitualmente sucede se habían unido al grupo. Poco a poco el barro entre tanta sombra comenzaba a aparecer. A veces no ir tan adelante tiene sus ventajas , ya que nos anticipa el camino que no conviene tomar, así que mientras algunos habían entrado en un barrial, los que veníamos después optamos por el un sendero muy seco entre casuarinas que cada tanto nos obligaba a hacernos muy chiquitos en las bicis para no quedar colgados de alguna rama.

Seguimos ya dejando el bosque, lo que nos obligaba poco a poco a ir sacándonos los abrigos ya que el sol del mediodía se hacia sentir. Llegábamos a la 520 marcando el fin de la salida…Poco a poco nos íbamos despidiendo. Volvíamos contentos como siempre de haber compartido una salida con un grupo de gente tan linda.

Gracias a Matías por la organización, y a Luis y a los que te acompañaron esperamos verlos en la próxima para que nos puedas contar algo de todo lo que han vivido en Salta.

Un abrazo

Perla


Relato de Gustavo B.

La mañana del domingo arrancó un poco fría, quizás no tanto, pero como aún no estamos acostumbrados a temperaturas bajas genera cierta incertidumbre: ¿me abrigo mucho? ¿me abrigo poco? etc. etc.. No fue para tanto, con un abrigo liviano bastó. Lo bueno es que estas mañanitas frescas incitan a pedalear para entrar en calor.

Preparo el equipo de mate y salgo al punto de encuentro, en el que ya había más de veinte amigos, entre ellos estaba Luis, que si bien no participó de la salida, vino a saludar y contar algunos pasajes de la travesía salteña.

En pocos minutos se sumaron unos cuantos ciclistas más, en total conté treinta y seis, unos cuantos nuevos y puntualmente iniciamos la marcha.

Si bien esta salida la hemos realizado muchas veces, esta vez Matías propuso un recorrido de ida distinto, en el que zigzagueando entre las calles de Gonnet, City Bell y Villa Elisa pasamos por pintorescos barrios y calles arboladas, llegamos a la Estancia El Rincón y enseguidita al lugar donde paramos siempre.

Desensillamos y comenzaron a aflorar lo mates y, desagradable sorpresa!!!: ni una sola torta, ni pastelitos, ni una tostada que haya quedado del desayuno. Nada, nada, nada… solo algún que otro paquetito de galletitas semi amasijado por el traqueteo del viaje y nada más. Flojo el grupo…

Así, luego de un rato ameno y con la panza “llena de agua” emprendimos el regreso, con algunos tramitos con barro, pero no causaron problemas mayores. Entre varias vueltas luego de transitar por la Av. 520 nos fuimos separando del pelotón.

Que puede decirse de esta salida?. Mi marcador acusó casi 40 Km y a pesar de la falta de elementos sólidos para acompañar la mateada, no faltaron los ingredientes lomenses que caracterizan al grupo.

En cuanto a la organización, como siempre excelente y sobre todo muy buena la innovación del recorrido.

Bienvenidos a todos los nuevos integrantes y espero que hayan podido percibir el espíritu del Grupo La Loma. Una mención especial para el papá de Mariana (me aburro!!) que se bancó todo el paseo y nos honró con su presencia. Se merece un GRANDE PA!!!!!

Gracias a todos por esta salida, un fraternal abrazo y que la vida nos sonría, de no ser así, sonriámosle nosotros a la vida!!!!

Gustavo Bórmida