Oliden

Relato de MaLu (Luján)

La mañana, aunque se notaba que saldría el sol, por la niebla no llamaba mucho a salir de la cama… Sin pensarlo dos veces me levanté,
vestí y salí al encuentro del grupo en la rotonda del cementerio.

Solo éramos tres, hasta que unos minutos más tarde llego parte del grupo que venían desde Plaza Moreno, como primer punto de encuentro. Salimos diez ciclistas y tomamos 68 hasta el final, se sumo Maria de los Angeles y así los once ciclistas comenzamos el itinerario. Me enorgulleció que Juan Matías me diera el handy… Pero luego entendí porque. Para nuestro primer destino tomamos un camino rural, paralelo a las vías que nos llevo, esquivando gran cantidad de pozos y cuises, aunque no tantos perros, hasta Poblet. Continuamos y cruzamos ruta 36 y parada técnica por medio, continuamos hasta Oliden, nuestro segundo destino. Recorrimos unos kilómetros por la ruta y nos adentramos en un nuevo camino rural, en el cual Enrique comento “más adelante esta mejor” en alusión a los infalibles pozos. Era cierto que mejoraba poco a poco, “virtualmente” obvio, ya que tanto dolían los brazos, que no se sentían los pozos, ni los brazos…

Llegados a Oliden caí en la cuenta, que el destino no era precisamente el pueblo… ¡Sino la Panadería La Olidense! Partimos, luego de cargar combustible (mates + pasta frola + pan) hacia Correas, donde paramos en el siempre bien ponderado almacén, desarrollando otra parada técnica, con carga de combustible con cierto grado etílico (el combustible ahora se vio potenciado con aditivos, jeje).

Partimos con rumbo final La Plata, las tres damas y los ocho caballeros, orgullosos del recorrido y el buen tiempo (horario) que nos tomo hasta allí, el recorrido sin pinchazos, ni caídas. Decidimos ir hasta la 640 por asfalto, no por la vía, y como no podía ser de otra manera, me equivoque de camino y en ese momento yo venia casi puntera… Por eso es que Juan Matías me dio el handy… es que me vio la cara de perder el rumbo fácilmente, me rescato por medio del mismo (llamadita y retorno), y llagados a la 640, nos separamos “los horneros” y el resto (es que eran de varios barrios, no es por otra cuestión el adjetivo) para llegarnos a nuestras casas.

Aun hoy domingo me tiemblan las patitas luego de haber recorrido más de 90Km. ¡Mis primeros 90Km en bici, en un mismo día, en toda mi vida! ¡Y con este fantastico grupete!

Y como dice mi padre “sarna con gusto, no pica”…

Nos vemos en próxima salida…

MaLu (Luján)