Oliden de miércoles

Miércoles 19 de noviembre de 2008 – Oliden

Este es el relato de mi primera experiencia guiando una salida, la verdad es que me dio un poco de miedo, nunca sabes que tipo de eventualidad puede surgir en el camino.

Ante la ansiedad que sentía estuve 8:25 en 131 y 44, de mas esta decir que no había nadie, y que la primera persona llego a las 8:42, nervios de primerizo los míos.

Ya con el grupo semiarmado, éramos: Santiago, Augusto, Sandra, Isabel, Francisco, y se unieron Iván y la primera salida de Joaquín, quien con solo 15 años mostró una entereza increíble y un aplomo fuera de duda para ir y venir.

Salimos por la avenida 131, tomamos por la calle 72 hasta 137 y de ahí al camino de vidrio, cuando llegamos inexorablemente hay que pasar por el sendero de las pinchaduras, Francisco me advierte que es posible pinchar, pero pasamos de todas formas, caminando y en bici, llegamos a la tierra nuevamente y de ahí a las vías, y el primero que pincha fui yo, me pongo a cambiar la cámara, algo cabreado por no escuchar la voz experimentada de quien ya sabe, arreglo todo salimos, y me quedo ultimo, un ruido en la rueda, se había salido la cubierta por inflarla mucho, me pongo a acomodar todo, inflo de nuevo, acomodo el inflador y veo para sorpresa mía que era el único que estaba: se habían ido todos, y no los veía en el camino.

Apuro el paso bastante como para alcanzarlos, y lo hago en correa, la pregunta de Sandra fue: -¿No venias con nosotros?; evidentemente debo dejar de ser anónimo.

Luego de la parada táctica (baños, recarga de agua) iniciamos la salida a Oliden, cuando estábamos en el camino perpendicular a Correas Francisco tiene la sensación de haber pinchado, Infla un poco y a las pocas pedaleadas comprueba que efectivamente pincho.

Parada obligada al costado del camino, cambio de cámara bajo el sol que anunciaba quemar la piel de forma importante, así que cuando se cambio la cámara se infla y parecía una fuga nuevamente, y después de varios intentos desarma de nuevo Francisco y estaba rota la cámara, Iván emparcho una y la colocamos, bárbaro.

Seguimos viaje y este camino nunca lo había hecho a Oliden, así que estaba contando los Km. para poder ubicar la entrada, y fue así que mientras contaba eso y charlaba con Joaquín se me fueron Augusto y Francisco, cuando me di cuenta apure el paso y alcance a Sandra e Isabel, y fue Isabel quien fue en busca de los chicos que se habían ido.

Cuando nos reagrupamos transitábamos senderos desconocidos, al menos para mi, los demás me seguían confiando ciegos en mi pericia para llegar a destino, gracias por esa confianza, no tiene precio.

Cuando cruzamos la ruta 36 ya estaba casi seguro de estar en el camino acertado, sin dudar de Matías, adentro de mi cabeza estaba esa vocecita que te dice “ahora da un giro inesperado el camino y te perdes mal”, y un ratito mas tarde llegamos a la Olidense, donde estaban Paula y el marido, charlamos, tomamos mate y degustamos delicias astronómicas de la panadería, que no fueron muchas por la hora (13) el papa de Joaquín estaba esperándonos y comprobó que Joaquín tenia pilas como para dar 3 veces mas el recorrido.

A las 13:40 aprox. partimos de Oliden luego de la foto, de haber reaprovisionado las pancitas con algo de tomar y comer, salimos por la calle principal, y la ruta de entrada y nos dimos cuenta que el viento que nos ayudo a la ida trataba de mellar el animo del grupo soplándonos en la cara, “Podrán romper mi cuerpo frágil, pero mi espíritu seguirá fiel a mis convicciones” esa máxima se veía en la cara de todos los chicos del grupo, sufrimiento por el pedaleo pero la convicción cierta de llegar a destino como sea, ya en el camino de tierra que desemboca en el sendero rural y en la ruta 36 Francisco paro un segundo para hidratarse, y se dio cuenta que venia con la rueda delantera frenada: ¡¡¡¡Claro como no vas a estar cansado: venias cargando otra bici con la rueda frenada!!!!!!.

Acomodo la rueda bien y seguimos y encontramos a los integrantes del grupo a la sombra, descansando de Febo que a esa hora ya corroía la piel, llegando a la ruta 36 ya desembocando en la misma pincho la rueda delantera, así que de común acuerdo Isabel, Sandra, Joaquín y Santiago aceleran la ida por la ruta para poder llegar al almacén y descansar algo, los alcanzo cuando cambio la cámara junto a Iván, Francisco y Augusto; ya en poblet en el almacén una parada táctica (baño, liquidos y algo sólido) eran las 15 aprox., luego de ahí recorrimos los hermosos caminos tan familiares para el grupo como la ida a la estación de poblet y la entrada por 155 y 68.

Una vez que llegamos a 131 y 68 dimos por concluida la salida la cual estuvo salpicada por eventualidades que no hacen mas que mostrar que la moral del grupo, el compañerismo, la solidaridad y la camaradería hacen de este un grupo humano muy difícil de igualar, siempre de frente y dispuesto a dar una mano a quien la necesite.

Gracias a los que se dejaron guiar y me dieron un voto de confianza, Gracias a Luís y Matías que me propusieron guiar la salida y me dieron el respaldo para hacerlo.

Una experiencia única y muy enriquecedora.

Un saludo a todos y gracias, Andrés