Salida urbana

¡Qué salida, queridos compañeros! Tuvimos todos los ingredientes en esta Salida Urbana de domingo.

De entrada, nos maltrató el clima con una mañana gris y fresca. Pero es llegar al punto de encuentro, ver las caras de los compañeros de aventuras de los fines de semana, y parece que saliera el Sol. Partimos contentos a pesar del clima, atravesamos el Bosque… ¡qué lindo paseo!

Todo a pedir de boca, hasta que ocurrió… el gravísimo “achidente”. Algún desconsiderado tiró pinocha en la ramblita de 60 camino a Ensenada, y mi nave derrapó de costalete. Hasta allí, nada hubiera ocurrido, pero a mi izquierda y por detrás, venía la pequeña Sofía, que vio la situación y se dijo a sí misma: Esta es la mía… Mi bracito izquierdo se entremetió entre su estrella y su pedal, y la pequeñina me pedaleó el brazo, ¡qué brava había sido la pibita! Dolorida, asustada y puchereando, puse reversa en mi nave y dije: Me vuelvo para casa. Por suerte, estaba Fernando observando la situación, y con su impronta tranquila, contenedora y paternal, me interceptó el paso al grito de: ¡Dejate de embromaaar! ¿Adóooonde te vas? Si no tenésnaaada… ¡Pegá la vueeeeltaa!, acompañando sus decires con un movimiento de brazo como quien va arriando vacas. Cuánta dulzura y qué poder de convencimiento… Avanzamos hasta el grupo que nos esperaba un poco más adelante, y allí: ¡qué recibida! Entre hurras, vítores, y apretones de mano, todos felicitaban a Sofía… En fin.

Por suerte, llegamos hasta el puente giratorio sin más dificultades; imponente de ver, realmente, semejante obra. De allí, fuimos a visitar a nuestros amigos del bellísimo Centro Cultural “Allegro Ma Non Troppo”, que tan afectuosamente, como siempre, nos recibieron y nos cobijaron de la lluvia para una parada de mates, galletitas y charla amistosa y divertida, como hacemos en todas nuestras salidas. Qué precioso el Centro, con sus objetos de otras épocas, sus murales, sus propuestas. Antes del regreso, la pasada obligatoria por la plaza, para jugar un rato bajo la lluvia, que se encariñó con nosotros y nos acompañó todo el viaje de vuelta, la pucha…

Y aún así, con frío, viento, lluvia, caídas, levantadas, barro… sigo eligiendo de corazón esta salida de domingo: mis compañeros de viaje, Luis, la bici, los caminos cualquiera sean. Porque vuelvo con el corazón lleno de alegría.

Un saludo muy afectuoso para todos .

Monica