Siesta en Payró

Mis primeros 100 km: un camino de ida.

Emprendimos nuestro recorrido a las 9:30 y éramos alrededor de 15 personas en cuyos rostros se podía ver que levantarse temprano un domingo no era un problema en absoluto. Para mí, era todo un desafío ya que era mi tercera salida. Nunca había hecho más de 60 km y hacía un mes que no tocaba una bicicleta… pero decidí proponérmelo e ir hasta el final (no obstante, la soga de Marcos siempre era una opción ante el peor escenario ja, ja).

Hicimos una breve pausa en Correas para tomar agua y comer alguna que otra cosita para seguir adelante. Una vez en la YPF de Bavio, tomamos unos ricos mates con María y Daniel, y seguimos camino hacia nuestro destino: Roberto J. Payró. Hermosas postales rurales nos acompañaron a lo largo del trayecto al igual que una temperatura súper agradable para disfrutar la pedaleada.
Al llegar a Payró, allí nos estaban esperando Pablo y Marcela en su increíble pulpería. Sentados debajo de los árboles disfrutamos de las mejores empanadas de carne, seguidas de unos mates con pastafrola de Vale y los alfajores de maicena de Pablo, que sorprendió a más de uno sacando de su bolsito el pote de dulce de leche y las tapitas. En cuanto a la siesta, no fue masiva, pero quien pudo dormir relató haberla pasado muy bien.

Un poco antes de las 4 comenzamos el regreso dando una vuelta por Arditi, y el atardecer nos alcanzó cruzando las divertidas vías que conducen a Correas (ver en el álbum la postal de Gonzalo contemplando el ocaso).

Ya llegando a La Plata sufrí mi primea pinchadura, pero con la ayuda de Marcos a los minutos estaba de nuevo pedaleando rumbo a casa. Debo confesar que la vuelta me resultó más complicada que la ida, el cansancio de mis piernas se hacía sentir; sin embargo, el aliento y el apoyo de todo el grupo me brindaron las fuerzas que me faltaban para así poder lograr mis primeros y hermosos 100 km.

¡Muchísimas gracias a todos!

Nati.