Udaondo y Loma Verde

Mi primer salida con alforjas…

Con todos los miedos y ansiedades que me habían dejado la salida del fin de semana largo llame a Luis para pasar a buscar mi bici que había dejado armada en su casa, el me dijo: ¿no te prendes en esta que armé para el sábado que es mas cortita? ¿Cortita? Estaba hablando de 200km o 197…que me gusta más dejarla en 200 km…

El sábado 13 tempranito me fui a lo de Luis a las 7.45, la ansiedad me ganaba, luego de unos mates con Lili y él, partimos hacia el al Estadio único donde aparecieron Norma, Julio, Lucio y Mariano. Mariano nos acompañaba hasta Domselaar y se volvía porque tenía una carrera el domingo… Cuando los vi a todos en 25 y 32 solo pensé: ¡por Dios todos pesos pesados! Me voy a quedar sola en el camino…sin embargo como siempre un grupo maravilloso de personas que más allá de sus km recorridos están atentos a todas las personas para ayudarte, hablarte, marcarte el camino y confiar en ellos.

En 25 y 501 nos encontramos con Mariana que nos esperaba con su bicicleta verde de paseo debajo de un árbol, para acompañarnos un tramo, desearnos suerte. Cuando nos despedimos me dijo: yo se que vas a llegar… ¡que ídola!

En el camino hasta Domselaar fuimos hablando, compartiendo historias de vida, de viajes por Europa, de las familia y sin querer llegamos hasta ahí, si… hasta Domselaar, fue un recorrido tan agradable y apacible que me pareció corto…luego de comer sobre las vías del tren emprendimos nuestros últimos km hacia Udaondo… el lugar que nos tenía preparado una sorpresa…Nos despedimos de Mariano, y comenzamos el último recorrido del día sábado…el cielo radiante, el sol que pegaba de costado, el camino de tierra árido, las vacas, caballos y distintos tipos de verdes que sorprendían por su intensidad y distintas tonalidades fueron parte del paisaje que el camino ofrecía.

Luego de algunos km y más km…llegamos hasta Udaondo, lugar elegido por Luis, por la historia de la estación que fue convertida en hogar, que él quería conocer y compartir. Comenzamos a preguntar dónde estaba la estación, y un vecino nos dijo: _ aquí a una cuadra esta, pero vive una señora mayor, en frente del destacamento policial_ por las dudas Norma pregunto dónde se podía acampar, si ahí no nos dejaban, el vecino nos indico una canchita de futbol en las cercanías….

Fuimos con Luis hasta la estación para presentarnos, y pedir permiso para acampar y pernotar. Allí estaba la estación, un edificio que se encuentra intacto por fuera, la fachada, su cartel y un gran parque alrededor, muy cuidado lleno de verde y plantas en su interior. Nosotros entramos hasta la reja deseando que por favor aunque sea nos dejaran acampar en la entrada….Luis llamo aplaudiendo con las manos y diciendo: _ Hola Buenas tardes!, y ahí, en la galería se asomaba ella, una señora de pelo gris, con 85 años encima, y gran amabilidad quien se acerco y nos dijo: _ Buenas tardes! A lo que Luis respondió: _ hola señora nosotros somos de la plata y vinimos aquí por la historia de la estación y quisiéramos saber….ella interrumpió….¿cuántos son? _ Somos cinco dijo Luis, ella dijo: _Aquí adentro tengo lugar para 5 personas….con una hermosa sonrisa abrió la puerta de la reja y dijo: _ bienvenidos, pasen!…

La estación intacta, rodeada por una galería llena de flores que ella misma cuida…ella es Lidia Noemi Alonso de Gonzalez, viuda de Roberto Gonzales, mamá de Pupi, hoy para nosotros es MIMI….Mimi nos recibió con los brazos abiertos y enseguida sin entrar las bicis…nos dijo: _ pasen, pasen que les voy a mostrar…allí estábamos….empezamos el recorrido de su casa, la vieja estación, el hogar que ella construyo junto a Don Roberto y Pupi.

El itinerario comenzó por la parte de atrás de la casa, que tiene una hermosa parrilla donde su yerno e hija hacen los asados y ella guarda su auto, si Mimi con 85 años todavía maneja…nos mostró el baño que conserva características de lo que era el baño público de la estación y que ellos hoy ellos utilizan… pasamos al living y cocina donde tiraron algunas paredes, donde antiguamente funcionaba el área de guardado de las encomiendas, luego contiguo esta el comedor que se comunica con tres habitaciones , donde hoy se quedan a dormir sus nietos y bisnietos… las habitaciones están contiguas en fila hasta el final de la casa, allí vivían las personas que trabajaban en la estación. Las puertas y ventanas de madera teñidas por el paso de los años, los pisos de mosaico se conservan en el lugar y los cielorrasos originales de madera que cubren los altos techos de esta estación convertida en hogar . En frente del comedor hacia la galería, hay una habitación misteriosa con una puerta de marco de madera antigua que cubre una pared de unos 30 cm….al abrirse nos encontramos con el corazón de la historia, con el corazón del lugar, nos encontramos con un espacio donde el tiempo se detuvo, como si entraras en una escena de teatro y por un instante te parece escuchar el murmullo de la gente en la estación, corriendo y apurada para poder comprar el boleto, otras esperando del otro lado de la sala (hoy habitación de mimi), el telégrafo recibiendo mensajes, el sonido del tren…. la gente yendo y viniendo…y Don Roberto comandando a sus 7 empleados vestido con su ropa de trabajo, con su gorra haciendo honor a su cargo y a su trabajo, dándoles los pases a los maquinistas, a través de unos aros que aún están colgados en el lugar y que ellos al sacarles el papel lo tiraban lejos en el campo y ellos debían salir a buscar. A su vez allí también funcionaba el correo donde recibían miles de cartas y encomiendas, el tiempo se detuvo, los recuerdos están allí que al traspasar esa puerta se pueden re vivir….con el relato de Mimi, quien vivió junto a Roberto la historia de la estación de UDAONDO.

El tren se cerro y unos años más tarde el correo también dejo de funcionar…La curiosidad se apodera de nosotros al ver una caja que está llena de sobres y paquetes…esa caja tiene encomiendas que nunca pudieron dar con sus dueños porque fueron a llevárselas y no estaban o bien nunca las VINIERON a retirar…entonces Luis pregunta: _¿ y qué hay ahí? Ella dice como decía Roberto: _ las encomiendas son sagradas y les pertenecen a sus dueños, nunca supimos y nunca lo vamos a saber porque no son nuestras_. El valor de lo sagrado, el valor de la propiedad ajena, el respeto por el otro y su privacidad, este fin de semana lo encontramos acá, en la estación de Udaondo.

Luego del viaje en el tiempo, seguimos nuestro recorrido y nos fuimos a acampar en su jardín un lugar maravilloso, lleno de plantas y verde, Mimi insistiendo en que durmiéramos adentro, pero solo le pedimos su jardín y luego compartir la cena con ella….que mujer más agradable y hospitalaria…ella nos cuenta que vivía en Loma Verde en una esquina donde su padre tenía una panadería y a poquitos metros la estación de tren, donde trabajaba don Roberto….ella cumplía 15 años y fue a bailar, obviamente acompañada por su mama… en ese entonces también las mujeres bailaban entre las chicas, pero ella eso no hacia así que se quedo esperando a que un caballero la sacara a bailar y el primero que la saco con sus 15 años recién cumplidos fui Don Roberto y ella esa misma noche mientras bailaba con el sintió algo especial, aunque Don Roberto un muy buen mozo, tenía un tendal de señoritas persiguiéndolo, él la eligió a ella, a nuestra Mimi, por su elegancia al vestirse, señala ella, ya que Mimi recibió como regalo de 4to grado una máquina de coser Singer, y desde ahí siempre se coció su propia ropa y también a la Pupi…su hija, a los 19 años se caso con Roberto, el tenía 23.

La tarde transcurría, mientras armamos las carpas y Norma comenzó a preparar mates, Luis, Julio y Lucio se fueron a la almacén a comprar cosas y algunas cosas más…. Mimi se volvió a acercar a nosotras y nos dijo: _a veces las tarde se me hacen muy largas y yo quiero que se pasen rápido y hoy están ustedes acá, no lo puedo creer_, y era verdad ella con su soledad de un sábado a la tarde y nosotros cinco forasteros que necesitábamos un lugar para acampar…que maravillosa es la vida que deja que estos ENCUENTROS entre las personas se produzcan, esos encuentros donde sin saber nos hacemos compañía, esa compañía de verdad, donde el corazón ocupa un gran lugar…

Más tarde se sumaron Daniel y María de los Ángeles los abuelos jóvenes del grupo junto con León su nieto…todos juntos cenamos en el lugar de la parrilla con Mimi, azorada por las minis cocinas, como cada uno se cocinaba, pollo con vegetales, otros fideos, etc., etc., cada uno con su cocina y todos compartiendo, ella no dejaba de decir:_hay cuando le cuente a la Pupi, no me va a creer! _ Ojala la Pupi venga mañana domingo temprano, sino no voy a saber cómo contarle todo esto!. Nos fuimos a descansar y el domingo por la mañana, tuvimos la bendición que Pupi, su marido y Nazareno su nieto (bisnieto preferido de mimi) estuvieran tempranito en el lugar. Cuando llegaron tuvimos otra bienvenida, que gente maravillosa que compartieron todo, si faltaba abrir algo ellos lo dieron todo, sus historias, alegría…todo, todo.

Pupi es la única hija de Mimi y Roberto, estuvo pupila en la Plata durante 6 años porque el secundario no se podía hacer en Udaondo. Fue a la escuela Nuestra Señora de Luján, se recibió de maestra y llego a ser directora. Compartimos mates, fotos, relatos, risas y demás…luego emprendimos el regreso a nuestro lugar, el regreso a la plata.

Sin saber que nos deparaba el camino, si sabíamos que teníamos un compañero más que se nos había colado sin preguntar, nos había hecho compañía durante toda la noche mientras dormíamos en las carpas, nuestro nuevo compañero “EL VIENTO”, no nos abandonó nunca persistió con nosotros hasta llegar a la Plata. Fue un gran esfuerzo pero valió la pena pedalear por el compañerismo de Luis, Lucio, Julio y norma que se ponían delante de mi bici para cortar el viento y dando un poquito de respiro, y yo mientras tanto pensaba: _ el de adelante te marca el camino, vos no ves lo que pasa solo seguís sus movimientos porque uno no ve, solo tenes a la vista a tu compañero, a su pedalear, eso es “plena confianza” , eso es entregarte a alguien que te marca el camino y vos simplemente te dejas llevar…también entendí que mientras las complejidades de la vida de cada uno siguen estando, que sabes que tenes que volver a la rutina al otro día, a la calle, las bocinas, la gente, los tramites, y demás…hay un mundo paralelo que podes llevar donde los obstáculos son las huellas, la tierra seca, los pozos, las piedras, el viento….que simplemente los superas con solo pedalear con gente tan maravillosa como la gente del grupo la loma….¡que increíble mi primer salida con alforjas!…

GRACIAS LUIS…UN MAESTRO POR INCENTIVARME SIEMPRE A UN POCO MAS….

Analía Tellechea