Un finde en Baigorrita, y algo más… 

Pasamos un lindo Finde en Baigorrita.

Gracias, enormes GRACIAS a Kevin C. que nos hospedó y abrió las puertas de su casa sin tope alguno. Nos orientó en los pormenores de los caminos y la gastronomía. Nos guió a buen paso para la primera salida nocturna a la Estación del Tren y el mágico Bar La 33, donde pasamos un gran momento, cargado de anécdotas. Y repitió en una noche por Junín. Si hasta nos hizo las compras para el asado nocturno del sábado, ya en compañía de otro agradable sujeto: Martín R.; quien tuvo el buen tino de tomarse un colectivo por la mañana, luego de una noche larga, sólo para agasajarnos con un fuego y brindar en compañía. Amigos así me enorgullecen.

El sábado más tarde que temprano, pero luego de haber probado las famosas tortas negras, arrancamos el periplo: Primero Zavalía, paraje y alrededores. Una estación en pie y los silos cercanos. Continuamos hasta O’Brien por varios km de arena, y el sol ahí, pegando. El pueblo nos dejó la plaza para hacer almuerzo y siesta. Una tranquilidad envidiable. Seguimos: camino a Irala. Más y más arena. El algún punto mapas con tramos desiguales nos disociaron, pero llegamos por diferentes caminos al mismo sitio. Días antes, preparando el track teníamos un punto de duda, de si existía tal camino o no, me dice Martín: “Nos pasó acá, ¿no nos va a pasar allá?”. Así funcionamos, con algunas improvisaciones, sepan disculpar. Reagrupamos y con la grupal de la estación ya revelada, continuamos nuestro camino. El ocaso del día nos entregó una de las postales más lindas. Había arena, cansancio, pero también un paisaje hermoso. Llegamos a Morse (bautizado así en homenaje al famoso telégrafo), y acá nos detenemos para agradecer la inmensa hospitalidad del pueblo y un poco más. Porque sin siquiera pedirlo, apareció el Oficial Alexis Carmona y se preocupó porque tuviéramos un regreso seguro a Baigorrita: consultamos los caminos; y hasta nos escoltaron con un patrullero para el tramo que debíamos transitar, ya de noche, por la ruta. Así que nuestro más sincero agradecimiento a todo el Destacamento Policial de Morse. Y así fuimos reagrupando y transitando la arena por la noche, hasta llegar a Baigorrita.

Felicitaciones a Gise, Ailín y Fran que superon los 100 km (con el algo más de la arena…) justo en esa salida.

Por la noche del sábado: bondiolita y chori. Alguna bebida espirituosa. Charlas y músculos cansados. Daba para conversar un rato más bajo el cielo estrellado e irse a domir, pero Ale Mancuso prácticamente nos obligó a revisitar La 33. Unos pocos dijimos que si, y encontramos el bar cerrado. Suponíamos el regreso y un buen descanso, pero pintó Plan B: Junín. Noche de pool y risa fuerte. Volvimos tarde…

A la mañana siguiente otra vez arriba. La pedaleada del sábado había pegado fuerte en el grupo y tener Platsul era un privilegio. Tuvimos bajas para lo que venía: Laguna de Gómez. Un recorrido hermoso bordeando un paisaje igual. Esta vez las paradas más que de agrupamiento terminaban siendo fotográficas. Pasando el monumento a Sandro (o a Javier Milei, tal vez), detuvimos la marcha para comer la peor milanesa y la peor pizza que hayamos probado, sin lugar a dudas. Un helado fue la caricia contra el calor y el mal sabor que cargábamos. Buon appetito; y emprendimos la vuelta con el Río Salado a nuestra izquierda que nos regalaba foto en movimiento. Una vez en la ruta: bajada y viento a favor. En un periquete estabamos en lo de Kevin, desarmando y cargando los autos.

Acompañó el tiempo de aire fresco, sol, y noche abierta; y por supuesto el pueblo… la gente lleva un pulso tan diferente y hace tan bien esa velocidad regulada en baja. La amabilidad en cada comercio, ante cada consulta fue estupenda.

Mica lo pone en mejores palabras:

Los pueblos tienen un ‘algo’ que me atrapa y me deja sin palabras.
Pedaleamos por Baigorrita y aledaños -Zavalia, Gral. O’Brien, Irala, Morse-
Caminos de tierra, calles silenciosas, bancos en las veredas, flores adornando canteros. Verde, mucho verde. Y calma. Mucha calma.
No pude dejar de maravillarme y agradecer por eso que se respiraba. Es una libertad algo difícil de encontrar en la vida de ciudad que hoy elijo, que me recuerda lo automatizada que a veces transito.
Es preciso volver
Desconectar
Volver a andar
~ Respirar ~

Gracias a mi Gran grupo por tan hermosos días 🚲🙌 Y que sean muchos pueblos más!
@ Baigorrita, Buenos Aires, Argentina

Dijo Kevin, el anfitrión:

Estábamos por poner la pava para unos mates pero lo cambiamos por un brindis con este champusito que dejaron. Impecable.
Gracias por el orden, el corazón y los pases cortos. 

Nos apuntamos un gran Finde en Baigorrita.

Gracias por poner vuestra parte para que esto sea disfrutable y recordable.

¡Salud!