Villa Elisa y Romero

Relato de Mariano

En un día espectacular y con mi “lobita” bajo mis pies, fuimos al encuentro de los amigos de Grupo La Loma para una nueva rodada ¿QUE MÁS SE PUEDE PEDIR?

Esta vez Luis, Matías y Marcelo nos llevaron por las zonas rurales en torno a Villa Elisa. 44 ciclistas se pusieron en sus manos montados en sus corceles (¡que bueno fue ver un grupo tan numeroso de bikers en algunas bajadas del camino!).

Al principio el asfalto nos llevaría luego de algunas curvas y con la vista de hermosos chalets, a una zona de Haras donde no pudimos divisar los caballos pero sí se pudo oír su relincho saludando nuestro raudo paso. De ahí pasamos al ripio, viendo al rato zonas de campo donde el verde imperaba los árboles con sus copas matizaban nuestra así extasiada vista, en cierto lado observamos unos chivos y más de uno cuando les vio LOS CUERNOS pensó cosas raras jaja.

Continuamos hasta alrerdedor de las 11hs maso,donde se paró un toque para un refrigerio y compartir unidos del grato momento acontecido mientras el sol se filtraba por entre las copas de los árboles a la vera del sendero.

Un rato después ya nuestras piernas empezaron a moverse solas pidiendo seguir. Así fue y el sendero nos llevo al cruce de un puente con tablones madera donde pisar, en el cual pasamos las bicis al hombro, y algunos chicos como buenos caballeros ayudaron a las damas presentes. Seguimos y todo piola hasta que adelante nuestro vemos una caída. Nos acercamos y ¡MI DIOS! VEMOS A ANALIA, MOJADA HASTA LOS TUÉTANOS, DE PIES A CABEZA!. La ayudaron y continuamos todos hasta reunirnos con el grupo principal que esperaba ahí nomás, los cuales al verla y saber que no estaba lastimada largaron una risa general (yo ya me había reido antes,jaa). La flaca la verdad se lo tomó con muy buen humor; y nos contaba uno de los chicos que al toque la ayudo que se le metió la rueda en una zanjita y patinándose con el pasto mojado se fue como pato al agua. Luis le filmo la mojadura retorciéndole la ropa, a lo cual le salía el agua como si fuera una canilla, ¡mortal!- ¡y bue che, fue el debut tardío pero que te tenía que tocar!-cuantos de nosotros se han dado y se siguen dando a veces algún porrazo y eso que tenemos ya algún tiempo sobre las MTB-¡ y eso es parte de la aventura che!.

Volviendo a la rodada, ya sobre asfalto, y alguna curva más adelante (donde yo ya no sabía donde miércoles estaba) nos fuimos introduciendo de a poco en la bendita ciudad de La Plata parando un rato más tarde en 42 y 131. Ahí saludeti y cada cual se fue a su rancho con la satisfacción de un nuevo paseo en camaradería concluido.

Nos vemos en la próxima-Mariano.