Vuelta de Poblet

Siempre les comento a los chicos que los platenses somos privilegiados a la hora de buscar caminos para pedalear y hoy quedo una vez más demostrado.

Salimos 08:40hs. Desde 131 y 44 con destino a Poblet, esta salida tendría un tramo relativamente nuevo para la mayoría, ya que llegaríamos al pueblo por el patio del mismo o sea por atrás, al llegar a 131 y 68 se sumo Analía y con ella ya éramos 20 ciclistas, pasamos por senderos estrechos donde las espinas nos dejaban algún souvenir que otro, caminos que parecían que no tenían salida pero como con 20 centímetros nos alcanza para pasar continuábamos y disfrutábamos de mucha naturaleza y ese silencio que nos brindan estos lugares y nos hacen recordar que somos parte de esa misma naturaleza, pasamos por caminos con plantaciones de pinos y miles de plantas de un vivero de la zona, liebres, pájaros carpinteros, lagartos overos que al asustarse corrían a la par de las bicis, hay tanto para describir que me llevaría a un relato mas extenso y no quiero aburrir amigos, que mas contar chicos… Bueno luego de pasar por la vieja ruta 36 (antiguo autodromo de La Plata) llegamos a un camino que nos llevaría a la parte de atrás del viejo almacén de Poblet, luego de unos kilómetros pasamos por la entrada de un campo privado con una arboleda espectacular y sin pensarlo mucho abrimos la tranquera y lo recorrimos a pleno pedaleo con una temperatura ideal por la abundante forestación y por supuesto allí hicimos la foto grupal, luego retomamos el camino con destino al almacén a degustar unos ricos mates y algo más…

Ya descansados y repuestas las energías comenzamos el retorno por la vieja estación de tren y continuando el camino paralelo a las vías del viejo ramal del provincial inaugurado por el 1914 que antiguamente pasaba por Oliden y otros pueblito que regraciadamente están casi sin habitantes y aquí siempre me pregunto el porque de sacar el tren, realmente no lo entiendo pero bueno sigamos pedaleando que ese es otro tema que siempre esta presente en las salidas, bueno cuando Analía ya pensaba que no quedaban senderos ni espinas se saco los largos y continuo con las calzas, pero justo en ese momento recordé su promesa no cumplida (la torta que nunca llego) y apareció como arte de magia otro sendero y por allí fuimos pero ya sin espinas y con una vista de las cosechadoras a punto de levantar el trigo, el resto del caminos fue a pura despedidas ya que varios chicos se van a pasar las fiestas fuera de la ciudad y otros afortunados como Augusto a vacacionar a las montañas, buenos chicos un abrazo grande a todos y gracias por la compañía.

Luis