Chascomús con carpa (y hotel)

Hola chicos les envió un pequeño relato de la salida a Chascomús

El sábado 29 estábamos listos para la salida larga del mes, destino Chascomús. En la estación de servicio de 60 y 131 se sumaron el resto de los chicos y entre ellos estaban dos debutantes Joaquín con su espectacular GT y su porta equipaje fabricado por su papa, y Alejandro era el otro debutante, que se lo veía un poco ansioso, el que también debutaba era Luis “el pela” pero no en la salida: debutaba con su celular nuevo (grande patriarca).

El resto del grupo se completaba por: Diego, Matías, Enrique, Hermes, Juan Carlos y mua. Nuestro primer pueblo era Poblet donde al llegar nos agrupamos y continuamos para la ruta 36 donde completamos las caramañolas en el monumento de Charly, continuamos por la ruta unos 5 kilómetros hasta la entrada a Oliden, el viento por supuesto en contra ya se hacia sentir y la formación se iba separando cada vez más, pero siempre estábamos de a dos o más (nunca queda un biker solo) luego de unos 11 km por el acceso al pueblo llegamos a Oliden donde en la panadería La Olidense paramos a comprar esas galletas de campo riquísimás, compramos un kilo para el mate pero solamente unas pocas quedaron en las alforjas, hasta aquí llevábamos unos 41 km pedaleados entre caminos de tierra y pavimento. De Oliden nos separan 23 km hasta Ferrari lugar elegido para almorzar. El camino estaba realmente espectacular (como las galletas), pero el viento se hacia sentir cada vez más los de adelante pedaleaban rueda a rueda y los últimos c… a c…, pero con esfuerzo y el aliento del resto todos llegamos bien y para compensar tanto esfuerzo para a comer, Mati sacó una cacerola con arroz y comenzó a devorar en forma desesperada y cuando le pido un poquitito casi de rodillas a su lado me dice que no tiene más, luego saca su infaltable miel y con cara de pocos amigos me convida media galletita (¡gracias, amigo!). El que comió lindo fue Ale: 4 bananas, pasas, nuez, galletitas, mate, tomate, barritas, una manzana, un pino, pasto, una margarita y algo más.

Luego de este pequeño almuerzo y algunas fotos comenzamos a pedalear para el Samborombón. Un lugar espectacular. En los primeros kilómetros el viento nos hacia recordar que seguía de frente y el esfuerzo continuaría hasta el destino final. Alejandro comenzó a sentir la pesadez del almuerzo y el pedalear era cada vez un gran esfuerzo para él, pero de a poco llegó junto al resto en el puente sobre el río y allí se dio cuenta que no es aconsejable comer tanto mientras se pedalea.

Nuestro próximo destino es la Ruta 2, luego de una bajada al salir del puente comienza una zona muy linda con una vista del río que se va perdiendo como una serpiente entre los árboles del lugar, luego de pasar varias tranqueras y entre curvas y pozos llegamos a la Ruta 2 y allí decidimos llegar a Chascomús por la ruta en vez de ingresar a Gándara. Los últimos 15 km fueron difíciles por el fuerte viento pero el asfalto le daba un pequeño descanso a nuestra piernas.
¡Llegamos!

Luego de 115 km, llegamos a la laguna y Alejandro pedía una cama por favor. Luego de las fotos de rigor algunos regresaron a La Plata y el resto se quedaría hasta el domingo para regresar por la Ruta 2 a La Plata, el final del día fue tranqui, Mati y yo nos fuimos a acampar; Ale, Juanca y Joaquín y a un hotel, y en la ruta ya de regreso estaban Enrique, Hermes y Luis (el pela), a la noche nos fuimos a comer pastas a lo de Mirta un lugar espectacular para comer, al otro días luego de un desayunoalmuerzo partimos rumbo a La Plata; Mati, Juanca y yo. Joaquín se quedo a pescar con su padre y a Ale lo enviamos como encomienda a La Plata pero antes de partir en el colectivo se escuchaban las promesas de Ale de nunca más comer tanta bananas y algo más…

200 kilómetros pedaleados.(los kilómetros son tomados desde 29 y 42 ida y vuelta)

Un abrazo a todos y gracias por la compañía. Luis

ps.: Dejo unas hermosas palabras de Juan:

Cuando voy pedaleando por los caminos, suelo despegarme del grupo. Me gusta andar en grupo, pero soy más bien solitario. Me voy para adelante y ando un rato solo. Levanto la vista y el camino se pierde, y pienso cuánto me falta para llegar. Miro a mi alrededor y es todo campo. A veces el viento a favor me permite oír el silencio y me inunda la paz. Me olvido que estoy cansado, que ya llevo tantos kilómetros recorridos. Solo escucho el rodar de las ruedas por el ripio, la tierra, la conchilla o el asfalto. Después el grupo me alcanza, y avanzamos en silencio. Cada tanto alguna broma, algún ánimo y luego el silencio nuevamente. Las mentes de mis compañeros, las imagino volando quién sabe por donde: pensarán en la familia, en los hijos, en sus novias, en el trabajo, proyectos, no sé… Cuando el viento en contra aparece, disminuyo la velocidad, me pongo en una posición más baja, y continúo el camino. Ahí no más, sin solicitarlo, van surgiendo y casi diría yo “explotando” los gestos de solidaridad. El grupo se va acomodando en fila, los que más pueden “tiran” y soportan el viento, los que más les cuesta, permanecen atrás. Y así llegamos a destino. Y descansamos un rato.

Espero que llegue nuevamente el fin de semana que viene así pueda reencontrarme con mi bici y mis amigos.

Un abrazo a todos: Luis Vázquez, Luis “pela”, Joaquín, Enrique, Alejandro, Hermes, Diego, Juan Carlos. Gracias por la fuerza, y el destacado compañerismo siempre.
Saludos al resto del dream team group la loma que no han podido participar de la salida a Chascomús pero que están aquí leyendo.

Juan Fatalito