Muchos preguntaban si realizábamos alguna otra actividad, por eso del algo más…

Quienes se acercan a pedalear, con el tiempo se van dando cuenta cómo es el asunto: ese algo más puede estar en cada salida, en cada encuentro. Cuando nos solidarizamos con hogares de menores, y de ancianos, que seguimos visitando en grupo o en forma personal; cuando llevamos a cabo acciones concretas en cada travesía; cuando establecemos lazos con quienes lo necesitas. Ese algo más, está presente.

Cuando viajamos, siempre está presente el acercamiento a la gente del lugar, a las personas que uno encuentra en los pueblos, en senderos. Conocer a los niños que habitan esos lugares tan distantes de nuestra vida en la ciudad, saber de su historia, nos enriquece. Luis y contagiosamente varios más, suelen llevar golosinas o juguetes para generar una sonrisa en algún pequeño que se cruza (¿casualmente?) en su camino. En una oportunidad, en el noroeste argentino, vio a un niño, y aunque no llevaba nada encima, quería darle algo. Entonces se sacó la gorra de La Loma y se la regaló.

Ese breve instante refleja las actividades solidarias que realiza y promueve el grupo, porque aquello que se da de corazón, vuelve multiplicado: las donaciones a Salta, las alforjas solidarias ante eventos desafortunados, los Reyes Magos de La Loma, los festejos en el Hogar Padre Cajade, la colaboración silenciosa y muchas actividades más, representan y engloban el “algo más…”

De esa empatía nacen ideas maravillosas, como la Bicisilla. Cada vez que nos pusimos de acuerdo logramos actos maravillosos, y entre todos, es mucho más fácil.

Sean bienvenidos cada uno de quienes colaboran y desean colaborar con el “algo más lomense“.