Otra vuelta por Villa Elisa y Melchor Romero

Bueno amigos les voy a relatar un poquito de lo que fue la salida de hoy a los pagos de Villa Elisa y M. Romero. Salimos con una mañana espectacular, el horario de encuentro era a las 9hs. para algunos, para otros fue a las 8hs… un afectado por el cambio de horario fue Andrés, que se levanto a las 6hs., cuando en realidad eran las 5 y luego de desayunar partió para unos de los sitios de encuentro (501 y 25) al llegar por supuesto no encontró a nadie ya que eran casi las 8 así que nos espero un ratito nomás… ya que nosotros somos “repuntuales’’ (llegamos como a las 9:30hs.) Alguien comento que la gente de la zona preguntaba si hoy había partido en el estadio único, ya que en la esquina donde arman la parrilla para los chori había un hombre desde la madrugada parado con una bicicleta y un gorro medio raro… (es una pequeña mentirita Andrés porque realmente llegamos 9:35…ja..ja!!)

Bueno, tomamos por la 25 y luego continuamos camino por la 501 hasta la 138 aquí es una zona de muy tranquila, con casa muy bonita, invernaderos por ambos lados del camino, quinta, viveros, algunos puentes y un camino muy arbolado. Luego de una parada para reagruparnos tomamos la (calle que no me acuerdo) hasta la 143 luego doblamos a la derecha y nos volvimos a agrupar para poder ingresar todos juntos a un sendero con un pequeña bajada que nos lleva a un puente ferroviario donde allí pasa un arroyo y por un puente colgante a unos 200msnm… bueno me entusiasme!!!! Perdón, es de madera y esta a 1 metro del agua, pero para una amiga que no voy a dar su nombre, ese puente es terrible pasarlo (un saludo a María de los Ángeles, sino después me olvido). Luego el sendero continúa hasta un camino pavimentado y arbolado donde recorremos el barrio El Retiro, este camino nos lleva al salón del Colegio de Abogados pero antes de llegar pasamos por dos harás muy lindos, luego pedaleamos un kilómetro más y paramos en la entrada de una casa de fin de semana a deleitar unos ricos mates y a charlar. El aroma a menta nos invitaba a seguir mucho más tiempo pero los mosquitos y la hora pactada para regresar nos hizo seguir viaje, después de la foto grupal por supuesto. El camino es siempre acompañado por el campo, los animales salvajes que viven allí y el silencio de todo este lugar que solamente se rompía con el zumbar de las cadenas o cuando mi señora me pedía el off…!!!!! Continuamos por un camino que se perdía entre los árboles y formaba un túnel espectacular el mismo nos lleva hasta Romero donde allí algunos regresaron por la 520 y el resto hasta la 44 donde por la misma llegamos a 131 allí nos despedimos y dimos por terminada la salida de la fecha.

Fuimos de la partida 31 ciclistas y recorrimos 43 km. desde 131 y 44

Realmente fue un gusto volver a encontrar a varios amigos como el pela, Julio (el dueño del parque) y a otros tantos que hacía tiempo no veía, un saludo a los chicos que trajeron a sus papis …ja..ja!!! Y a la parejita que no recuerdo sus nombres que tuvieron que regresar por problemas técnicos, espero que estén bien y nos cuenten como llegaron.

Bueno amigos será hasta la próxima si mi amigo el Barba así lo quiere y gracias por la compañía.

Luis


Relato de Nahuel

Me voy a volver un especialista en escribir relatos de salidas a Villa Elisa. Llegué a 25 y 32 a las 9 y pico, y había solo dos personas. Una de ellas era Andrés, quién me contó su anécdota del día: la noche anterior, para no olvidarse del cambio de hora, modificó todos los relojes de su casa: el de la pieza, el de la muñeca, entre otros, con excepción del de la cocina, que fue justo el que miró antes de salir. Muy gracioso. Cuando lo encontré ya llevaba más de una hora ahí esperando (para los que lean este relato meses más tarde, y no entiendan el chiste, la salida fue al día siguiente a un cambio de hora).

No pasó mucho para que empezara a caer la gente. Sin embargo sí pasó mucho hasta que dejaron de caer. Éramos como ochenta y seguían viniendo. En un momento me dije: “no creo que vengan más. Vayámos”, pero al ratito veo venir a lo lejos otro grupo. Fue la salida más numerosa a la que asistí, así que no me pidan que les diga uno por uno los nombres. Me parece que es más fácil nombrar a los que faltaron.

Largamos entonces. Transitamos los caminos habituales para ir a Villa Elisa y nos detuvimos cuando sentimos el olor a menta. Tomamos unos mates, se charló un rato y se sacaron fotos. Una salida hermosa y tradicional. La vuelta presentó algunos inconvenientes técnicos (un pinchazo y un problema de conos), pero fueron solucionados rápidamente. A la tradicional esquina de 44 y 131 llegamos pocos (muchos se habían disipado por el camino), saludamos y hasta la próxima.