Reserva El Destino

Asi comenzamos, mi primera travesía larga, un día de suerte pensando en como llegar sola con las alforjas hasta el punto de partida. Me alivianó el viaje el encontrarme con Marcelo a pocas cuadras de casa.

Ya en 44 y 131 la gente fue llegando, nos atrasamos un poquito y 8.30 partimos sin escala hasta Bavio, donde nos abastecimos de las últimas provisiones. Seguimos un poco más y en la próxima parada repusimos energía almorzando. Continuamos el viaje con bastante viento en contra, en lo personal contenta porque esto me servía de experiencia, este pensamiento me hacía sobrellevarlo mejor.

Por fin llegamos al destino donde nos esperaba Daniel, quien, mientras armábamos las carpas nos cebaba unos amargos. Una vez instalados, salimos a recorrer y a disfrutar del río, el que nos esperaba con mucha playa y en un momento a pleno sol! Todo el grupo prendido al termo de Mariana, mientras esperábamos la llegada de Andrés y Mariano. Los mates siguieron presente durante toda la tarde. Para destacar la picada que armó Diego.

Llegó la hora de la cena fogones de por medio, hubo para todos los gustos, por suerte siempre alguno lleva asadito que varios terminamos degustando, ya que comparado con el arroz primavera de una principiante, me pareció muy buena idea la de Lito.

Terminamos de cenar y cada uno a piacere; unos a descansar, otros cartas, y otros nueva visita al río, brillante idea que no recuerdo quien aportó. Llegó la hora de dormir, primera vez en carpa, hasta el momento felíz por que no dormía sola, ¡oh sorpresa! los minutos pasaban y mis ojos no se cerraban no me daba cuenta que necesitaba para por fin dormirme, hasta que lo descubrí ERA UN LUGAR EN LA CARPA ya que Perla ocupó toda la capacidad del loft….ja, ja. Ahora un palo para mí dejé la carpa abierta y se le mojó la bolsa a mi compañera, otra vez la inexperiencia!!!!.

Al levantarnos y prepararnos para el desayuno se acoplaron los papás de Pablo con su aporte: unas ricas facturas! Antes de salir la última miradita a la postal del río y a la mie….a.! lo tan temido pinché una rueda con mi consabida inutilidad para repararla. Por suerte afloró la solidaridad del grupo (Andrés, Ernesto y Nestor MUCHAS GRACIAS!!).

A la vuelta nos acompañó el viento en contra, aunque ya no pensaba como a la ida que iba a ganar experiencia, sino que se me hizo un poco más cuesta arriba. Cuando llegamos a Bavio, la alegría de encontrar al Pela, donde paramos a almorzar.

Muchas imágenes se agolpan de esta primera experiencia, el aguante de Matías e Isabel para todos los principiantes, la solidaridad del grupo, el disfrute y la diversión siempre presente.

Desde ya mil gracias a Luis por todas sus gestos.

Abrazos y gracias a todos.

El origen de esta historia data en los inicios del mes de julio pasado, momento cuando el Grupo fue a acampar a las orillas del río Samborombón, en la zona de Vergara. La historia dice que al momento del retorno, el día domingo, hubieron tres personas que regresaron en vehículo, de las cuales dos de ellas estaban plenamente justificadas: Daniel V., el dueño y conductor del vehículo, Sandra, que participo de esa salida por tener la posibilidad de regresar en vehículo al día siguiente… y la tercer persona, mi amigo, que no voy a dar el nombre, solo sus iniciales (A. V.), que aduciendo un problema físico se justifico, abandonando al resto de sus fieles compañeros de pedaleo….

En fin, a pesar de ser una situación doliente, cualquiera puede tener un problema físico como fatiga, calambres, que impida continuar con el pedaleo. Obviamente, siempre creí en las palabras de A. V. ya que me parecían absolutamente justificadas…

Durante la semana previa al viaje a la reserva, A. V. me comentaba que iba a salir hacia “El Destino” en horas del mediodía junto a Mariano. Por lo que deduje que no iban a tener problemas para llegar y lo estarían haciendo antes de la caída del sol.

El Grupo salió pasadas las 8.00, por lo que esto nos permitió estar llegando a la reserva a las 13.45 aproximadamente. Momento el cual veo el mensaje de A. V. recibido a las 13.27 diciendo que ya estaban en Bavio. “buenísimo” fue lo primero que pensé, “seguramente van a llegar entre las 16.30 y las 17.00…..”

Para el grupo de ciclistas presentes en la reserva, la tarde continuo normalmente, mates, galletitas, tortas, ida hasta el río, mas mates, etc.…

Ya eran las 16.00 cuando volví a la zona de campamento y me acerque a Matías y su termo y mate.

Mates mediante…. “los chicos ya tendrían que estar llegando”…. “¿quiénes?”… “Mariano y A. V…. a las 13.30 estaban en Bavio por lo que siendo ya casi las 16.30 tendrían que estar asomando en la entrada de la reserva….” Sin más comentarios aproveche el tiempo para ir a las duchas, luego de hecho esto y retornado al campamento….

“¿Diego, no notas que falta algo en el campamento…?”. Si, no falto mucho tiempo para darme cuenta que la camioneta de Daniel ya no estaba…. Ya saben por qué no estaba…

Escuche muchos comentarios falaces acerca de nuestros queridos amigos A. V. y Mariano… que “se habían perdido”, que “estaban cansados”…

Muchos sugirieron que a mi amigo A. V. habría que desalojarlo del grupo, a lo que yo me opuse rotundamente… y también alguien dijo: “lo estamos perdiendo…”

Obviamente que nunca creí y jamás estuve de acuerdo con estas expresiones… y trate de mantener el honor, especialmente de mi amigo A. V., bien alto, es mas al momento de la entrada de Daniel al campamento con su camioneta fui rápidamente a tomar mi cámara fotográfica… para retratar el hecho, obviamente, el hecho que Daniel venía solo… nunca dude de eso…

Un rato más tarde de la llegada de Daniel, lo hacen Mariano y A. V., como no podía de ser de otra manera, montando sus bicicletas…

Quiero que recuerden que todas estas frases y comentarios sin sentido solamente surgen por lo ocurrido aquella vez en Samborombon, allá por el mes de julio… Aquella triste tarde de domingo, cuando nos abandonaba un amigo (justificadamente), que les conté al principio de este relato…

Para que se queden tranquilos, cuando regresábamos a casa el día domingo nos detuvimos unos minutos a tomar mates en el regimiento, cuando pasaba Daniel con su camioneta… como todo caballero, ofrece al pelotón la posibilidad de regresar junto con el hacia La Plata… ¿y saben qué?… mi amigo A. V. decidió continuar con nosotros..

Mi particular viaje hacia la reserva El Destino comienza unos días antes de partir, con los preparativos: poner la parrilla, cargar la bici, probar configuraciones de carga, ver el estado de las cosas, ver que no falte nada (que sin duda faltara cuando estemos en la reserva) engrasar la bici y salir.

Llegado el sábado había quedado a las 12:15 en la esquina de 7 y 610 con Mariano, partimos hacia Correas entre charlas y risas, cuando pasamos por el almacén de la citada localidad compramos un salamin, un poco de queso y un poco de pan que representaban nuestro almuerzo.

El camino a Bavio se diluyo entre charla y saludos a otros ciclistas, inusitadamente traíamos un ritmo muy bueno, y haciendo una parada técnica en la estación de servicio de Bavio seguimos hacia Arditti, el ritmo era sostenido hasta la curva interminable que dibuja que continua el camino, ahí el viento nos empezó a molestar un poco, bajamos ritmo y pasamos Arditti sin novedad.

Saliendo de esta estación el viento nos pegaba y en lugar de ir hacia el camino que sale a la ruta 11 le sugerí a Mariano que fuéramos por el que nos saca a la ruta 20, esquivando Magdalena y unos cuantos Km. menos.

Mariano acepto confiando en mi GPS mental, como había hecho ese camino ida y vuelta cuando fuimos al Destino en Noviembre…; pero la memoria a veces nos falla.

Dejamos el camino saliente de Arditti y nos adentramos por el que nos iba a hacer ahorrar unos cuantos km.

A los pocos minutos una bifurcación a la izquierda, y no se porque estaba vivo el recuerdo del puente antiguo que tiene el camino antes del santito que esta bajo el árbol y creí que era ese el camino, así que luego de una pequeña duda opte por ese camino, lo cual fue un error ya que no había puente, ni santito, ni nada de lo que esperaba.

Después de un trecho tenia una vocecita que me decía que le había errado, cuando el camino se cerro a la izquierda esta vocecita se transformo en la sinfónica de Boston y el coro de los niños cantores de Viena que me gritaban a viva voz que le había errado, a todo esto Mariano seguía a mi lado viendo a donde podíamos ir, ya que imagino que sabia que estábamos perdidos.

Continuamos por un sendero de vacas recto, con la esperanza de salir a otro camino comunal que nos devuelva a Magdalena, así que luego de una curva a la derecha y unos minutos de pedaleo el camino terminaba en una tranquera de cada lado y un alambre con la imagen de un Gauchito Gil. Tamaña desilusión!!!! Y para colmo se veía la parte de atrás de la fábrica Nestle desde donde estábamos, pero al mal tiempo buena cara: paramos a pensar un momento y almorzar, ya que eran las 15 y estábamos algo perdidos.

Mientras nos alimentábamos llega el dueño del campo, que nos miraba de forma curiosa: saludo cortés y la pregunta de si se podía pasar por el campo para llegar a Magdalena, a lo que respondió con un tajante NO, y que debíamos volver por donde vinimos y retomar el camino para salir al camino que salía de Arditti, y con viento en contra, la verdad fue muy largo, tedioso y agotador ya que veíamos magdalena y no llegábamos nunca.

Preguntando llegamos a un sendero que nos saco justo al puente de entrada, y de ahí ya era mucho más fácil.

Parada técnica en la estación de servicio a comprar cosas y reponer fuerzas y líquidos.

Me llego un llamado de Marcelo Graf preguntándome donde estábamos y como estábamos, y la respuesta fue que si en una hora u hora y media no estábamos en la reserva que salgan a buscarnos ya que se nos venia la noche encima.

Arrancamos y ni bien salimos de la ciudad aparece Daniel Valente con la camioneta para cargarnos y llevarnos a la reserva, por un segundo fue una propuesta tentadora, pero estando tan cerca la bicicleta era como el escudo lacedemonio de los espartanos: llegaría sobre la bicicleta o con ella empujándola, así que Gracias a Daniel y a Marcelo y a los demás por su preocupación!!!!!!.

Seguimos con Mariano y en el camino encontramos a Marcelo que iba con la señora a tomar unos mates y compartir unos momentos con el grupo, y después de unos minutos de pedaleo finales llegamos a la reserva exhaustos, pero llegamos.

Muy rico ese primer mate que tome, así que una vez que baje de la bici arme la carpa junto a Lito que me dio una mano, una ronda mas de mates y a bañarme, no hay comparación con lo reparador del baño después de unos Km. de pedaleo.

Las fotos demuestran lo que fue la cena: simplemente exquisita, arroz con calamares, pulpo que tan gentilmente llevo German, salchichas alemanas que tan bien condimento Mariana, el blanco dulce que llevo Daniel para la bota y la compañía de todos, las risas, la charla y la camaradería.

Inolvidable el truco a la luz de las linternas, y después extinguir el fuego y a la carpa.

Al otro día desarmar todo el equipo, montar las cosas en la bici y después de un paseito por el río emprendimos la vuelta, en la misma se nos unieron Jorge y Nora desde la reserva y un biker que vino de Liniers a compartir parte del camino, Gastón.

Luego de una parada de reaprovisionamiento en Magdalena partimos hacia Arditti y luego a Bavio, Gastón nos dejo en la ruta 11 y en Bavio hubo una parada de ½ hora para alimentarse y reponer fuerzas; aquí se sumo Andrea la señora de Lito y un amigo de quien no recuerdo su nombre, ya en Correas la casa estaba a la vista y seguro de terminar el viaje.

Felicitaciones muy especiales a Mercedes y Silvana que se bancaron muy bien los más de 150 Km. de pedaleo, dormir en la carpa y compartir un finde con la fauna que había en la reserva, la autóctona y la que se movía en 2 ruedas.

Espero se repitan muchos de estos fines de semana.

Andrés

Siendo las 12:15 sonaba mi reloj para avisarme del horario (¿medio raro no?) que Andrés un amigo del G. La Loma había dicho para encontrarnos.

Presto, tomo mi “chiva” y acudo raudamente a unos metros nomás (7y610), desde donde iniciamos el viaje a la “Reserva Natural Elsa Shaw de Pier-cing”(¡otra vez no lo digo! ¿eh?) y al encuentro de toda la indiada (como no podía ser de otra manera en las cercanías de Punta Indio) lomense.

El día con un sol radiante nos iluminó todo el viaje (aunque falló lo remarcado, en cuanto al acierto del camino. Todo piola al principio, pasamos los ondulantes caminos a Bavio, las rectas y curvas hacia Arditi (pasando sus pocas casitas y una vieja est. trenes cambiada hoy a casa de familia y unas cuantas gallinas), para tomar luego en una bifurcación otro caminito paralelo a R.11 que pasa por detrás de Magdalena. ¡HASTA AHÍ! todo bien, pero al encontrar luego un cruce de caminos, Andrés que venía llevando a éste burrito con su carga (o sea yo), comenta que hay que doblar ¡ah, bueno! y doblamos… metiéndola hasta el cuadril desde ese momento,¡jáááá!. Anduvimos varios kms por éste y cada vez nos gustaba menos la cosa, más al desaparecer el camino y quedando sólo un sendero. Ahí nomás vimos una casucha y fuimos a golpear las manos para que alguien nos informara. Más no hizo falta aplaudir ni tocar timbre ni naaada pues ¡salieron ladrando ocho perros (algunos eran manto negro) en actitud de querernos masticar un poco! uno de ellos alcanzo a tomarme con su boca en la pierna pero lo saqué de un mamporro y le puse la bici en las costillas (¡perro del toor!) -¡mejor vámonos! le digo a mi compañero- y retomamos el sendero.

Los campos nos seguían acompañando y luego de una curva vimos a 3km (aproximadamente) las antenas de Magdalena. Chochos de la vida seguimos y luego de unos arbustos que obstruían un poco la vista del sendero… ¡se nos cerró el camino! merdaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! bruta tranquera y alambrado. Nos miramos atónitos Andrés y yo, y después de un momento de in- certidumbre, decidimos sentarnos ahí a comer para encarar luego el cruzar esos campos. Más esto no sería posible, pues en lo mejor de la picadita que habíamos armado, nos cae un auto con tres monos arriba (mejor sería dos monos y el que conducía más bien un oso grizzl pero mejor no comparar, pobrecitos los animales). Bueno, como decía llegaron estos y uno se baja a abrir la tranquera. Ahí nomás va Andrés a pedirles permiso para el cruce, diciéndole que no y mandándonos a la… bifurcación correspondiente. Yo miraba atento por si cambiaba el tono y se asomaba el grandote feo, ja. Pero ahí nomás se subieron auto y se fueron adentro de su propiedad. Nosotros nos miramos y exteriorizamos mediante gestos faciales nuestra disconformidad. Pero bue… agua y ajo (ya la conocen no?a aguantarse y a jo derse), asi que desandamos lo andado casi hasta el mismo cruce donde do- blamos. Y justo allí dos paisanas que atravesaban unos campos en su burro moderno (tremenda 4×4) nos indicaron un atajo, y aunque solo ahorramos 300mts, nos hizo girar con relación al viento y tenerlo así a favor.

Llegamos así a Magdalena y una vez atravesada tomamos nuevamente la R11 por caminos un poco arenosos, zerruchados , y algún que otro pocito (¡una pinturita en síntesis) para encarar los últimos 15-17km.

Por suerte lo malo del camino solo fueron algunos tramos. Los paisajes a la vista fueron algunas palmeras perdidas, zonas de pastizales muy cada tanto, arbustos diversos, luego vino.. ¡vino Daniel V. con la Traffic! que grande este muchacho!. Se había enterado de nuestra demora y debido en parte a que solo quedaba 1h maso de luz, y además por que tuviéramos las piernas cansadas, nos trajo su grata presencia y ayuda. Pero( ¡perdón Dani!) declinamos su ayuda ya que no íbamos a arrugar estando tan cerca, y con la luz restante llegábamos bien . Yo sí le acepté que me llevara mis cosas (había traído mucho peso extra como entre- namiento y ya no lo quería más), además de que se llegaba a partir justo ahora un tornillo de la parrilla y nos agarraba la noche cambiándolo.

Así pues luego de agradecerle montamos en nuestras 2×2 y seguimos. Pasamos alguna zona más de campos casi sin vegetación, un lindo arroyito, y luego de alguna curvita comenzamos a ver primero arbustos de diverso tamaño y después directamente bruto bosque a la vera del camino, los cuales nos acompañaron hasta ver la Reserva.

Ingresamos al sector de camping y nos saludamos con todos los amigos del Grupo La Loma, que había llevado Luis el capo máximo, ¡jájá!, y los mismos eran muchos: Mariana-Gustavo-Diego-Perla-Silvana-Marcelo G.-Marcelo P.-Isabel-Matías-Normita-Germán-Juan- Pablo-Daniel V.-Patricio-Maylen-Lito-Miguel-Néstor-Mercedes (piba nueva)-Sandrita-Ernesto. Éramos 25 (incluidos Andrés y yo) los locos lindos que se lanzaron a esta aventura ciclística.

Ya para cuando llegamos nosotros estaban en pleno preparativo de lo que sería el gran fogón, después de haberse paseado todo(ya que ellos estaban desde las 14hs). Nosotros estuvimos con las últimas luces del día, y antes de ir a nada nos apuramos a armar las covachas por que en cualquier momento ya no se iba a ver nada de na. Luego fuí a ver si podía colaborar con los demás, o por lo menos romperle un poco las guindas a todos, ¡já já!

Así, en medio de la noche, con el fuego como ícono central de nuestros sentires (después de la bici por supus) y rodeado de éste gran círculo de amistad, escuchaba y participaba de diversas charleti mientras recibía del brazo amigo un fuerte amargo, infusión que une que hermana sin hacer distinción de razas-credos religiosos-políticas-clases sociales-etc. Éste perdurará por siempre mientras mantengas esa tu llama, esencia de la vida.

Más tarde, se pasó al tema cena. Yo ya me había hecho algo sencillito (fideos y atún) pero algunos se habían traído de todo como para un plato más saborizado. Al sentarme nuevamente con los chicos, empezaron a desfilar todo tipo de cosas que iban pasando en la ronda para el que quisiera, desde distintas comidas a galletitas varias, dulces y frutas ¡que locura gastronómica! jájá!. Como habrá sido la cosa que llegó un momento en el que casi al unísono dijimos todos ¡bastaaaaa! jaaaa! pues estábamos como piñata.

El estómago ya no lo hicimos trabajar tan duro pero la lengua siguió a full, y las charlas (de alto contenido culturral) fueron refrescándose en el correr de la noche por diversas bebidas alcohólicas (tinto-blanco-cerveza) que igualmente siempre fueron tomadas recatadamente como hace todo deportista. Y hablando de expresiones linguísticas desearía rescatar alguna célebre frase de Mariana (perdón Marian) como “la tengo anodizada”-“yo la mordí con los dientes”-¿hay te?ta bien”-y muchos etc más. Germán y yo nos mirábamos y no decíamos naaada por respeto, hasta que en una no aguantamos más y no sé si él o yo se la retrucamos (creo fui yo-jeje-no sé, ahora no me acuerdo,¡jáááá! ).

Fue una noche muy piola y divertida sanamente la verdad. La rematamos luego, yéndonos casi todos en plena noche cerrada y a la luz de las linternas, hacia la ribera del Río de La Plata. En el camino Mariana nos llamó la atención para que la acompañáramos a un cobertizo desde donde la chistaban (¿quién será el guachín que le está haciendo la joda? pensaron algunos). Nos acercamos todos y al apuntar las linternas hacia unos travesaños salio ca…ando un lechuzón que casi me peina la capocha y flor de julepe nos hizo pegar, rajándo todos de ahí por un senderito que con la tupida vegetación a nuestro alrededor nos fue llevando hacia el río. Y mientras avanzábamos lamenté no tener la cámara encima para sacar foto de la “hilera de luciérnagas” que parecíamos en ésta oscuridad absoluta.

Finalmente en la zona de playa, algunos teníamos pensado llegar al agua exactamente, más esto no fue posible debido a que estaba en bajante y nos íbamos a ensuciar demasiado las zapatillas hasta llegar. Sólo Germán se saco las zapa y se fue igual. Yo lo veía y tenía ganas pero ¿después lavarme de nuevo? nooo, fiaca.

Caminamos un poco por la orilla, sacamos fotos, y fuimos pegando la vuelta mientras a nuestras espaldas oíamos el susurro de.. ¡Germán chapoteando en cada charco que pasábamos! jááá!. Y al rato ya estábamos de nuevo en las carpas, donde salvo 2 o 3 los demás se habían ido al sobre. Alguno de nosotros se sumó a ellos en el fogón y siguieron levantados rato más y el que les escribe se fue a dormir.

Nuevo día, tan magnífico como el anterior, a eso de las 08:30-09hs estábamos todos arriba y fuimos sobre las bike una última vez al río. Luego, ya en la entrada, nos sacamos la clásica foto grupal, con todas las bicis ésta vez y el cartel donde se menciona la Reserva Elsa Shaw de P. (si es que no quedó tapado con tanta bici, ¡jáá!) .Y a las 11:10hs estábamos rodando ya de vuelta a los pagos de La Plata, sumándose al pedal los padres de Pablito (perdón con los nombres amigos).

No hubo mayores inconvenientes, salvo un ajuste de tornillos a Mercedes (de la bici digo eh? no piensen mal che, aparte los otros ya estan apretados, jaja). Aquí como siempre estuvo presente la solidaridad, en éste caso de la mano de Matías e Isabel. Se hizo la rodada pasando por dentro de Magdalena (parando en su plaza)-Arditi-Bavio (parada en la esttrenes para comer viandas)-Arana(donde nos dividimos)-La Plata.

Siendo las 17 hs cada cual estaba en su cuala (en su casa). ¡No le calculo nada Luis con la hora regreso! faaa loco!,en la pág. web. puso esa hora.

Comentarios: A todo aquel que no pudo acudir que ¡una lástima!, ya que como siempre fue todo muy ameno. Y se extrañó a los amigos de siempre. Además el mencionar la cadencia de pedaleo que fue muy buena, el ritmo parejo en todo el grupo. Me acordaba mientras los observaba en el regreso de éste viaje, como evolucionó el grupo con relación a casi dos años atrás cuando se hacían muchas paradas y se distanciaban demasiado (ésta fue mi apreciación chicos). En cambio en este viaje (en el regreso, a la ida no estaba) vi que todos muy parejos, y aunque sin matarse (ya que esa no es nuestra manera de rodar) iban a un buen ritmo ideal para un viaje de larga duración. Se ve que los consejos de los principales Luis-Julito-Matías-Marcelo- y algún otro que me olvido, han prendido en la gente y se ve en los resultados. Congratulaciones che.

En otra línea de cosas, que bueno las mujeres con temple de acero que se van acercando al grupo. Ya hay varias con nosotros gracias a Dios (Normita-Sandrita-Isabel-Perla-etc), pero deseaba comentar en éste apartado sobre: Mercedes que con una bici cuadro de hierro, tuvo una garra y aguante bárbaro en éste su 1º viaje, haciéndome acordar a su vez de: Pato (¿dije bien el nombre? rubia alta, nadadora 1ºnivel) que en su primer salida (por zonas bien agrestes por cierto-zona Húdson) se vino con una bici de paseo inglesa ¡tomá pa vos!, ¡después decimos son el sexo débil! . Na na na. No todas, gracias al tatita, no todas. Perdón las otras que no haya mencionado, no me casquen (¡jájá!) pero era mi intención comentar de éstas por la particularidad de sus comienzos.

Un gran abrazo para todos los amigos del Grupo La Loma que me acompañan en cada cicloviaje por el maravilloso mundo de nuestra querida Tierra.

Mariano “Wolf”