Selva Marginal de Hudson

Y se fue la segunda, entre el barrito.

Nueva invitación del Grupo La Loma a salir a pedalear, en la pagina decía algo así como : para los que hicieron el recorrido hasta Correa son solo 10 Km más … o sea que para los principiantes que habíamos sobrevivido hasta Correa era casi lo mismo.. CASIIIII Así que el sábado preparando y tratando de no llevar cosas inútiles.. uno ve a los antiguos del grupo casi no llevando nada y unooo por poco con la valija al hombro, por si hace frío, por si hace calor, por si llueve…..logre achicar un poco los cacharros, pero para la próxima prometo preparar un mini botiquín.

No voy a negar que volví a sentir la sensación: ¿PODRÉ?

Y bueno nuevamente domingo, tempranito para el lugar de encuentro, es una alegría ver que van llegando cara que a uno se le van haciendo familiares.

Estaba charlando, y por ahí se nos acerca Julio, guía en esta ocasión del grupo y empieza a comentar : Que en la pagina por ahí no estaba claro el nivel de dificultad, que por ahí no era tan simple…mi animo empezó a achicarseee y por ahí le digo, pero te parece que no podré ? y el me responde que depende que buscaba , si no tenia problema en pasar por alambrados o meterme en el agua estaba bien, mmmm me volvió el alma al cuerpo me encantaba la propuesta, esperaba no quedar colgada en algún alambrado o empapada adentro de un charco.

Y bueno así salimos rumbo a la aventura mas o menos 50 personas, el camino del Parque Pereyra con toda esa vegetación tan exuberante no dejaba de sorprendernos, después por la margen del arroyo Baldovino o será con V ? donde el camino era solo un picado por donde pasaba solo una bici, tratando de no caernos en las partes mas empinadas, y por ahí llegamos al lugar donde en teoría debería existir un puente, que no sabemos si estaba en la imaginación de nuestro guía o si se lo llevo la corriente, pero la realidad es que solo había un árbol caído y un tronco suelto flotando.

Momento de decisiones, donde se ve la calidad del líder/ guía de grupo, Julio no dudo y si lo hizo lo disimulo; y se metió en el arroyo, para ver como podíamos

pasar el resto con nuestras bicicletas, y así entre las ganas e ideas de todos ,otros compañeros del grupo al ver a Julio en el agua no dudaron y se metieron

también a ayudarlo y apareció una soga con la que ataron el tronco que flotaba y armaron una precaria pasada para que pudiéramos pasar, mientras además de ayudarnos pasaban entre ellos las bici. Todo un ejemplo de trabajo en grupo.

De ahí también un sendero muy lindo hasta queeeee, nueva sorpresa BARROOOO, barrito, y barrito, así que los que saben pasaban andando, el resto de los mortales como yo, a pata con el barro tapando las zapatillas, pero felices.

Y después ya en una calle asfaltada, donde ya todo parecía juego de niños, hasta llegar a la playa, donde descansamos, comimos algo y metimos las patas en el río para ver si lográbamos sacarnos un poco de barro, eso si el rustico guía se pego un chapuzón.

El regreso más simple, pero no menos entretenido.

Quiero resaltar el espíritu de grupo que se arma en esos momentos, donde todos tratan de ayudar a todos, así sea en la cosa mas simple.

Desde gente muchas gracias por este maravilloso domingo y vale la pena repetir…

La put# que vale la pena estar vivo.

Besos a todos, Fabiana