Villa Elisa, Melchor Romero y… ¡Hudson!

“El subconsciente alimenta este estado de ánimo. Admitir los límites de la personalidad nos facilitará la capacidad de no derrochar recursos en aquello que es incontrolable. Tratar de condicionar el entorno a nuestro deseo solo impedirá que consigamos mirar con cuidado lo que es el flujo que nos lleva al estado de ánimo feliz. Este estado no se encuentra fuera de nosotros, ni siquiera en nosotros, se encuentra en nuestra naturaleza interior. No depende exclusivamente del entorno, sino que es la aceptación de que existen fuerzas más poderosas que nuestra voluntad, modificando nuestra actitud hacia la vida; siendo el pesimismo una actitud que dificulta la consecución de dicho estado anímico y el optimismo una actitud favorecedora, pero ninguna de las dos son determinantes.”

(wikipedia)

Que grato es ver a Pablito compartir esta actividad con sus padres, a Mariana con su hijo y Emanuel con su padre (en esta salida) y a las familias cuando se acercan a compartir un rato con nosotros. Es bueno que esto sea positivo para todos…

Juan Matías

Relato de Nora

Después de matear un grupo de integrantes de de la Loma, como no teníamos compromisos decidimos extender la salida hacia Hudson e incursionar en las aguas del río de La Plata.

Salimos del Rincón y como no teníamos cámara de foto salimos hacia la casa de Mariana. Allí cordialmente Mariana nos ofreció todos los servicios de la casa incluso una soga para que Pablo y Matías jugaran un rato a ser Tarzán.

Con la bendición y buenos augurios de los duendes Suyay de Mariana, que son una belleza, vale la pena ir a conocerlos partimos rumbo a Hudson, compramos un par de sándwiches a recorrimos caminos muy lindos sacamos un par de fotos yo me compre la ruta dos veces y como no tengo tiempo para hacerme masoterapia en la segunda caída me realice una barroterapia perfecta, a tal punto que estoy escribiendo con hilo en la rodilla. Llegamos a un recreo y como buenos hambrientos nos devoramos la comida.

Con la panza llena nos fuimos a la playa recorrimos el lugar hasta que nos tuvimos más playa, Ernesto decidió comprobar si se podía seguir y se fue metiendo en el agua de a poquito, cada vez más… y más… hasta que pensamos llamar a los bomberos para rescatarlos, hasta el cuello se hundió. Unos lugareños nos indicaron un camino de salida. Je, je nos equivocamos de camino, hicimos treking, pasamos lianas, llegamos a un lugarcito muy lindo y nos tomamos unos ricos mates, retomamos el camino, subimos árboles cruzados como puentes hasta que llegamos a la senda correcta, y Uff, volvimos a la civilización.

Fue una muy linda experiencia, cansados pero contentos.

Nora y Jorge