Roberto Payró y algo más…

Muchas felicitaciones a quienes hicieron sus primeros 100 kilómetros…
Acá copiamos algunos testimonios:

Roberto Payró… Hace rato quería conocerte, está salida no tenía pensado ir, tenía que cocinar. Un mensaje de mi hijo: “Che ma, no voy a usar la bici” y cambiaron mis planes al instante. Miré la temperatura una y mil veces, no sé para qué, con una vez era más que suficiente para saber que iba a ser una jornada de terrible calor. Es difícil de explicar y difícil de entender para quienes no sufren el calor como lo sufro yo. Mis piernas vencieron ese odioso sol y llegué gracias a ese baño con la regadera en Bavio (gracias Martín).
Regresé renegando y puteando ese sol que no me daba tregua pero nuevamente mis piernas lo vencieron. Voy a dejar de quejarme por el calor y el sol, fue una hermosa jornada chicos, como siempre, entre risa, comida, charlas, mates… Donde se van formando lazos de amistad.

pd: me olvidaba, me dolía mucho el culo (hablando en criollo).

¡Gracias Grupo La Loma!

Mabel

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Verdaderamente fue Payró con calor, mucho calor por caminos rurales sin sombra, pero con la alegría de sentirme agradecida por estar con el ¡Grupo La Loma!
Han sido mis primeros 100 km en bici y me da mucha felicidad haber compartido este día con ustedes. Sinceramente tuve dudas de concurrir a esta salida, escuchaba el pronóstico del tiempo, y encima no haber pasado mas de 60 km hasta el momento…
Gracias que pudieron mas mis ganas de pedalear y gracias a la magia de este grupo: Martín, cual coach, impulsando a que hay que salir de la “confortable” zona de confort, e ir por más; Gonzalo, tuvo su parte al asegurarme que al llegar a la histórica Pulpería de Payró, habría empanadas como no hay otras; Andrea, con sus palabras de aliento  y su compañía…

Durante el trayecto , descubrí que, casi la gran parte del recorrido serían por caminos rurales, también mi primera experiencia. Todas esas “limitantes” se atraviesan con el compañerismo de todos los que hoy fueron a esta salida, valores muy bonitos, de detenerse a mirar al otro y ver que necesita, como viene, ¿viene? ja ja ja o lo perdimos (con La Loma nadie, pero nadie se pierde)

Marcos, gracias por darme charla cuando sentía ya que no podía más, y explicarme la teoría de que el sol es energía y eso debía usarlo para impulsarme en el pedaleo, no para aplastarme como yo lo sentía. Mabel, con su “pedaleá Claudia” también fue de ayuda, esperándome en cada descanso. Andrea, que no me abandonó nunca en el trayecto, siempre atenta y generosa. Martín, con su pregunta, “¿y, como venís?” “Bien, bien…” por supuesto era mi respuesta: Se agradece también  la ducha con la regadera de la estación de servicio. También el consejo, del tío de Luciana, de que  yo estaba en lo cierto de seguir mi ritmo y no desesperarme al ver que el grueso del grupo desaparecía. Agradezco también que Marcos y el Tuku se hayan perdido por los caminos,  gracias a esa espera pude retomar fuerzas, aunque tuvieron que seguir emparchando o cambiando cubiertas. Tuvimos también un chico que llevo bici con carrito, en algún momento quise subirme allí, aunque él dijo que lo usaba para los perros. Y qué decir del descanso en la Pulpería, a la sombra de la arboleda, compartiendo historias del cruce, risas, empanadas, bondiolas, mates… Gracias a cada uno de los que hoy me acompañaron a superarme y llegar a los 100… ¡Voy por mucho más!

Claudia

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¡Buenas y Santas! Relato “mis primeros -falsos- 100 km”… ¡una MARAVILLA! Como no podía ser de otra manera con este grupo. No voy a ahondar en los temas superficiales como el calor… estamos en verano y si te gusta el durazno… ¡aguantate la pelusa! Así que pelusas afuera y tortas adentro, salimos para “los primeros 100”. Todo de 10 a la ida, llegamos temprano como para preparar el fuego en Payro y nos acomodamos plácidamente en el cementerio de animales (tanto literal como figurativo por las comidas degustadas). La comida, de 10 incluso los platos gourmet llevados por algunos de integrantes del grupo.
Durante el almuerzo se tocaron temas de mucha actualidad (léase anécdotas del Cruce 2020), se dirimieron viejas ofensas (ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja) que no viene al caso recordar porque ya han sido aclaradas in situ, bromas varias e intentos de conseguir tortas para la próxima salida, ¡ahí nadie se pierde la oportunidad de manguear!
Siempre se destaca en las salidas la súper buenísima onda al momento de ayudar cuando otro lo necesita, tanto para arreglar una pinchadura como para “regar al compañero acalorado”, ni que hablar si se necesita ayuda para comer lo que te pediste… más de uno es capaz de darle un mordiscón a tu sándwich antes de que vos se lo ofrezcas… ¡qué compañeros! ¡Qué calidad!
A la vuelta, dos ovejas que comentaban eran descarriadas demoraron bastante al momento de reagruparnos, todos pensaban o nos hacían pensar que habían tomado por otro camino, pero no…. ¡Pincharon! Así que luego de ese descanso reparador a la sombra de Arditi, seguimos camino ya con un clima más agradable.
Muchas gracias por todo, a todos. La pasé genial, disfrute mucho la pedaleada, me divertí mucho todo el día y aprendí de todo lo que comentaron sobre las bicis, me hubiera gustado escuchar más aún, pero no faltará oportunidad! Como tampoco faltará oportunidad para que vuelva con mi torta preferida…

Adriana

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100 km: Lo voy a resumir en una frase: encontré una actividad en grupo en dónde me siento muy bien y voy a seguir cumpliendo lo que serían para mí desafíos que me llenan el corazón, en este caso los primeros 100 km. Gracias La Loma. 🥰

Luciana

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Muchas gracias: mis primeros 100 km experiencia única. Gracias por la voz de aliento y compañerismo son unos fenómenos!

Alejandro

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Mis primeros 100 km (sin saberlo): Cuando vi la publicación del grupo que iban a Payro (97 Km) me pregunté: ¿Dónde será eso? Temí, tenía miedo de no poder llegar, pero necesitaba pedalear, alejarme de la ciudad en busca de paz y tranquilidad.  Así que lo tomé como un desafío personal y allí fui, al punto de encuentro (68 y 131). No voy a entrar en detalles del recorrido, previo paso por Correas y Bavio.
Una vez en el destino la pase espectacular como siempre, disfrutando a pleno con todos Uds. ¡Pero había que volver!
Y faltaba el “Algo Más “: Arditi, no estoy segura, porque al subir a la bici no respiraba oxígeno, sino FUEGO que emanaba del sol radiante y de la tierra. Ese nuevo recorrido hizo que llegue a mis primeros 100 km (engañada jaaaa).
La bici salvó mi vida. Ponerse nuevas metas te hace querer más y más. Reconozco que en todos mis logros, esta el Grupo La Loma. Me siento muy cómoda con la calidad de gente que lo compone. Es impresionante la garra que tienen, el compañerismo, la solidaridad y por sobre todo la muy buena onda. Así que les agradezco que me permitan formar parte, con o sin pastafrola (mita y mita).
Y desde ya les digo que voy por más de 100 km en compañía de todo el grupo.
Fabiana

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Como habrán leído… pedalear con La Loma. Hace bien.
Los esperamos para más caminos, más km y más pueblos a estrenar… preparen la bici, las alforjas y la cabeza.
Grupo La Loma.