POBLET Y ALGO MAS…

Palabras de Adriana

Este domingo volvimos a Poblet, noble lugar que supo tener su estación del ferrocarril y a la que Diego nos llevó a buscar por el barro, pero a donde finalmente no accedimos…
Llevamos esta vez, unos cuantos compañer@s nuev@s y uno no tan nuevo, pero alguien a quien yo no había tenido aún el placer de conocer. A mi curiosidad por su nombre respondió con total seguridad como responde la “gente grande”… Fulano de Tal, pero casi sin mediar otra palabra se sinceró llamándose por el diminutivo de su nombre, Julito.
Cuando arrancamos se le notaba a la legua que era ya un hombre avezado en cicloturismo, pero no me imaginaba que era tan experimentado, que hasta había fundado un paraje a orillas del Samborombón. ¡Que ilustre compañía! ¡Un fundador vivo!!!!!!!!!!!!!! Entiendo que ésta era una más de las sorpresas del “algo más” que siempre nos da el Grupo La Loma.
El viaje transcurrió sin sobresaltos, a pesar de esos tramos de barro donde algunos compañeros esperaban ansiosos los espectáculos de otros. Estas ansias no eran sólo para divertirse sanamente, sino también para entrar a escena como actores de reparto que cual grandes héroes rescatan de las garras de la naturaleza a sus compañer@s! Esa es otra de las cosas que tiene La Loma, la solidaridad.
Ya en nuestro destino, mi bicicleta se inmoló para colaborar con la escenografía que necesitaba Martín para su anunciada charla sobre cicloturismo. En ese momento preguntamos todo lo que quisimos y entre mates, dulces exquisiteces y risas, varios aprendimos muchas cosas. En la charla no faltaron los punzantes comentarios de Guillermo, ni las acotaciones de Alejandro, todo esto quedó registrado por la cineasta suplente (Andrea) que en ausencia de Jorge, hizo sus veces.
Queridos compañer@s de ruta y amables lectorxs, cada salida nos lleva de alguna manera al niñ@ que llevamos dentro, esx que en las tardes salía por el barrio a buscar a los amig@s para dar una vuelta en bici. Cierro tomando las palabras de Gonzalo al recordar su primera salida con La Loma y la guía de Julito: “La infancia se termina cuando el charco es un obstáculo”. Que el ejemplo de Julito cunda entre nosotr@s!

ADRIANA M.

Nos cuenta MIA

En buena verdad, partimos rumbo a la localidad de Poblet, alzándonos en nuestras monturas veloces y pedaleando con brío por los caminos de la zona rural. Con júbilo en el corazón, compañeros ciclistas todos, llevábamos tortas exquisitas para saborear en el viaje, pues la frugalidad del manjar no menoscaba el deleite del paladar.

En el transcurso de nuestra cabalgata, platicamos animados sobre las glorias del cicloturismo, compartiendo anécdotas y consejos, como buenos camaradas de la senda. Así, con la cálida luz de la tarde acariciando nuestros rostros fatigados, emprendimos, a media jornada, el retorno a nuestro punto de partida.

¡Oh, cuánto gozo y deleite brindó esta excursión ciclística! Las veredas y prados testigos de nuestra travesía, y el sol, testigo fiel de nuestras hazañas pedaleantes. Y ahora, con las memorias impresas en el recuerdo, aguardamos ansiosos la siguiente aventura sobre ruedas, en este dulce y noble arte del cicloturismo.

Que la suerte y los vientos favorables nos acompañen siempre en nuestras futuras rutas. ¡En marcha, valientes corredores de dos ruedas! La senda aguarda con sus paisajes majestuosos y sus secretos por descubrir. ¡Pedaleemos con el ánimo intrépido de los caballeros de antaño y los sueños de infinitas travesías en el corazón!

MIA