Domselaar, la maldición de los pedales,
Samara 16, Felicitas, otros cuentos y algo más…

Hallo liebe Fahrradfahrer der Gruppe La Loma!

Diesen Sontag war Domselaar unser Zielpunkt! Der Hinweg hat uns keine Probleme gemacht, auβer Ana’s Sturz mit einer Dreck-Dusche und einem kleinen Umweg, den wir wegen eines Autorennens im Autodrom machen mussten.

Der Tag verläuft ruhig, zwischen Sandwich, Salat, Mate, vielen Anekdoten und viieeel Wasser & Limonade wegen der Hitze. Bis dahin war alles wie immer, aber hier kommt das “noch etwas” von La Loma: der “Jünger der Ninja” hahaha!! Ungefragt hat er der ganzen Gruppe seine eigenen Anekdoten erzählt. Worüber er gesprochen hat, würden wir euch gerne erzählen, aber leider konnten wir nichts verstehen … So müsst ihr es euch persönlich anhören – beim nächsten Mal.

Auf dem Rückweg gewinnt Martin die Meisterschaft beim Fahrrad-Platten – gleich zwei Mal muss er flicken – und nach einer langen Einfahrt nach La Plata genießen wir noch ein Eis in der Eisdiele an der Ecke 44 und 31, bevor wir uns in die verschiedenen Richtungen verabschieden. So endet ein schöner Sommer-Ausflug, bei dem wieder einmal die Solidarität der Gruppe ganz wichtig war für ein sicheres gemeinsames Erlebnis.

Adriana & Wolfgang


El ninja de otro planeta

Estábamos por salir de Domselaar, Martín estaba emparchando su bici y se nos acercó alguien que llegó en moto e iba a comprar el almacén de campo. Primero nos felicitó por nuestra actividad y comentó que él también andaba en MTB:

-Con una Ranger en el puente que está allá di tres vueltas en el aire, caí bien y seguí andando, no cualquiera hace eso con una Ranger, ¡pero soy ninja!

Nos dejó con la boca abierta y se metió en el almacén a hacer su compra (o a contar sus historias), nos quedamos pensando si la bicicleta Ranger era de Ford o la historia estaba algo distorsionada. Al salir seguíamos ahí porque el Tuku estaba “ayudando” a Martín y ante un público numeroso y cautivo el maestro ninja siguió predicando. Ahora el mensaje era de unidad universal porque él había viajado en una nave espacial de otra galaxia y los seres inteligentes le habían dado un mensaje ecológico. Ante tamaña aventura ninja-extraterrestre alcancé a grabar un fragmento con el celular.

Nuestro nuevo amigo antes de ponerse el casco terminó saludando con una frase que impone respeto:

¡Nadie se mete con los japoneses!

Y se fue dejándonos más confundidos que antes, algunos se reían, otros reflexionaban sobre el extraño mensaje y otros nos sentíamos satisfechos porque la pedaleada había valido la pena con ese espectáculo.

Guillermo Moreira