DOMSELAAR

Como ocurrió en todo el territorio de Argentina, muchos de los pueblos se crearon en las cercanías de las extensiones de líneas férreas de capital británico, donde hoy algunos de esos pueblos han prosperado, otros, luego de que el tren no pasara más por la zona, han desaparecido. Unos pocos, como es en este caso, han podido adaptarse y continuar escribiendo su historia.

Domselaar está situado en un terreno bajo, surcado por arroyos y cañadas que se originan en los bañados de San Vicente y forman uno de los brazos del río Samborombón. La cartografía del siglo XIX indicaba la presencia de una laguna, hoy inexistente, denominada de “Vargas” o también de “Almada”. Administrativamente Domselaar corresponde al Cuartel 3º del Partido de San Vicente, en el límite con el de Coronel Brandsen. Se accede por la ruta  210, la que fuera parte del viejo camino real a Chascomús y luego ruta a Mar del Plata, hasta la década del treinta.

En esta región las estaciones eran San Vicente (hoy A. Korn), Domselaar y Ferrari (hoy Brandsen), inauguradas el 14 de agosto de 1865. La estación Domselaar se ubicó en el Km. 52, en tierras donadas por Bernardino van Domselaar.

La estación ferroviaria fue el germen de un núcleo de población. Según el censo de 1869, vivían en su entorno sólo 9 personas: el jefe de estación, su esposa e hijo, Bernardino van Domselaar, 2 quinteros, 1 albañil, un trenzador y un jornalero. Por lo tanto, puede tomarse como fecha de creación del pueblo el 14 de agosto de 1865, cuando se inauguró la línea y, con ella, la estación Domselaar.

La epidemia de fiebre amarilla de 1871 trajo como consecuencia el cierre de los saladeros del Riachuelo. El puerto de la Ensenada cobró gran impulso con el traslado allí de los importantes establecimientos de Berisso y Cambaceres, y la inauguración, el 31/12/1872, del Ferrocarril Buenos Aires y Puerto de la Ensenada.

Es muy probable que las presiones del Gobierno hayan influido en la decisión de Don Bernardino de cerrar su establecimiento, vendiendo sus tierras en agosto de 1873 a la firma Miroli, Horner y Cía. y luego de una serie de sucesos, Adolfo Bullrich y Cía se encarga del remate de le terrenos. Siendo la traza del recientemente construido Ferrocarril Buenos Aires y Puerto de la Ensenada, la pieza clave del triunfo del remate.

Según el censo de 1869, vivían en su entorno sólo 9 personas: el jefe de estación, su esposa e hijo, Bernardino van Domselaar, 2 quinteros, 1 albañil, un trenzador y un jornalero

En este clima adverso, le fue imposible a la Compañía conseguir los capitales para la construcción del ferrocarril a la Ensenada, con lo cual Domselaar quedó relegado a un pequeño pueblo en torno a una estación de campaña.

Entre los patrimonios culturales de este pintoresco pueblo se destacan, además de la ya mencionada estación de ferrocarril, la Capilla Santa Clara de Asís y una vieja casona llamada “El Castillo Guerrero”, los que merecen una historia aparte.

Hoy en día Domselaar tiene alrededor de 2000 habitantes.