El fin de semana disfrutamos de un campamento de La Lomita, en el Predio del Centro Basko Euzko Etxea, en City Bell.

Apenas llegamos, nos recibió Evangelina, la casera del lugar, que además de las indicaciones propias del caso, nos prestó alargues y tuvo una predisposición que agradecemos enormemente.

Los Cebad@s, siempre firmes, vinieron a compartir unos mates y algo más… Sampedro demostró su magia con el fútbol y Luisito con la coctelera, cada cual en lo suyo. Nos dejaron a dos de sus niños en representación: Emanuel y Alejandra, ¡gracias por compartir!

Además del fútbol, el armado de carpas y etc., los chicos tuvieron actividades fuera de lo común: expedición nocturna con linternas, reconocimiento de bichos, avistamiento de huevos de aves, misiones en grupo… uff y mucho más; todo, todo de la mano de Sofía Martínez; que les regaló tiempo y sapiencia. Y los chicos, imaginen: más que contentos. Así que mil gracias, Sofi.

Un gracias especial a Flavia, que se quedó en el acampe a disfrutar con chicos y grandes. Por que al fin y al cabo, así se pedalea también.

A las madres y padres que llevaron a sus hijos, gracias enormes. Se disfrutó mucho.

Y si no me cree, fíjese que lo cuenta Juliana, hija de Virginia:

Hace unos días mi mamá nos invitó a mi hermana y a mi, a un campamento. Le dijimos que si. Pero mi hermana al final no fue y yo no estaba muy convencida de ir… pero por suerte lo hice.
Llegamos al lugar y al rato nos fuimos de expedición. Dimos vuelta por el lugar con Sofi, volvimos y otra vez, con lupas y cosas emprendimos una nueva expedición para ver plantas.
Al volver, armamos las carpas y dejamos todo listo.

Y mientras algunos salieron de paseo, yo me quede armando trufas para la noche. En la parrilla cocinaban. Otros pusieron un parlante con luz y cantamos un buen rato.

Después comimos y jugamos a un juego en el que dibujábamos en un pizarrón y había que adivinar… Ya era muy tarde, así que a dormir.

Al día siguiente nos pusimos la malla y fuimos a un juego de agua que estaba re divertido. Nos empapamos, pero no importó, porque hacía mucho calor.
Comimos y empezaron a llegar los que venían en bici. Y al rato hicieron juegos y se tiraron con espuma y con agua.

Cuando nos fuimos, apenas arrancó el auto, me dormí. Y mi mama me conto al otro día que dormí ¡mas de 14 horas seguidas!

Lo que más me divirtió fueron las expediciones y también jugar con agua, ¡agarraban cualquier tacho para mojarse!

Juliana.

Gracias a todos,
Gonzalo LM

El elenco de La Lomita