Poblet, aljibe y algo más…

Mi señora me tiró por la cabeza la remera y las calzas y me dijo: “¡te vas!” y me fui nomás…
Qué bueno fue reencontrarme con el grupo y con Augusto Cerruti. Agradezco a Gonzalo la calidez con la que me recibió, ¡muy buena charla!

Lamentablemente no podía quedarme hasta el fin de la pedaleada y me volví antes.
Y para terminar el día, agarré el auto, esta vez con mi amada, mi niña y mi hermana y nos volvimos para el campo a tomar unos mates hasta que se puso el sol y se hizo de noche.

Saludos, Juan Matías