OLIDEN, MIEL GALLETA Y ALGO MAS…

Escribió M.I.A

Los primeros rayos de sol pintaban el horizonte mientras pedaleabamos hacia la localidad de Oliden.

Partimos temprano, con el vapor de la mañana aún impregnado en el aire. Nuestras bicicletas se movían al ritmo de nuestras ansias de aventura.

Atravesamos el arroyo El Pescado, que durante meses estuvo seco, pero ahora, tras las últimas lluvias, fluía con una energía rebosante. El viento soplaba en nuestra contra, desafiándonos a seguir adelante. Sin embargo, nuestra determinación no flaqueó.

Nos aventuramos por caminos rurales, donde los árboles se alzaban majestuosos y el polvo del camino se levantaba a nuestro paso. Los paisajes se desplegaban ante nosotros como escenas de una película del viejo oeste. La emoción crecía en nuestros corazones a medida que nos acercábamos a nuestro destino.

Finalmente, llegamos a Oliden cuando el sol se encontraba en lo alto del cielo. El pueblo nos recibió con una mezcla de curiosidad y hospitalidad. Sabíamos que nuestra misión estaba por comenzar: el duelo de budines.

Diego Brynner y Miguel Eastwood, dos maestros reposteros con renombre en la región, desenfundaron de sus moldes lo tan esperado por nosotros, listos para enfrentarse en una competencia culinaria sin precedentes. El ganador se convertiría en una leyenda local, y las apuestas estaban en su punto más álgido.

El jurado, seleccionado cuidadosamente, estaba compuesto por una celíaca y un vegano, quienes, lamentablemente, no podrían degustar los productos debido a sus restricciones alimentarias. Sin embargo, su papel era fundamental para dictar el veredicto final.

La tensión en el ambiente era palpable mientras ambos maestros reposteros trabajaron sin descanso, mezclando ingredientes, amasando con destreza y horneando con precisión. Los aromas dulces llenaban el aire, tentando a todos los presentes, pero solo los jueces tendrían el privilegio de conocer el verdadero sabor.

Cuando llegó el momento decisivo, los moldes fueron presentados ante el jurado. El veredicto estaba por ser revelado, pero algo extraño sucedió.

El misterio se apoderó del lugar. La multitud estaba desconcertada, los apostadores inquietos y los maestros reposteros se miraban entre sí con respeto y admiración. El duelo había sido tan parejo que incluso los paladares más expertos se encontraban en un dilema.

Finalmente, se decidió que ambos maestros reposteros recibirían el reconocimiento que merecían. El premio fue compartido, y Oliden se convirtió en un lugar legendario por albergar un duelo culinario tan extraordinario.

La competencia había sido tan reñida que la decisión resultaba imposible. Los budines eran tan exquisitos que el jurado se encontraba en un aprieto. La vara estaba tan elevada que ningún veredicto podía ser emitido de manera justa.

Nos retiramos de Oliden con una sensación agridulce. Aunque no se determinó un ganador absoluto, el espíritu de competencia y la pasión por la gastronomía habían dejado una marca imborrable en nuestras memorias. Prometimos regresar, listos para enfrentar nuevos retos.

M.I.A

Nos cuenta Carlos

Domingo 4 de Junio
El destino de hoy Oliden una pequeña localidad rural perteneciente al partido de Brandsen y hacia allí partió La Loma. Después de no haber salido con el grupo las 2 anteriores salidas hoy retorne. Contento de poder salir nuevamente con el grupo,salí de casa al punto de encuentro,llegué temprano.
Al cabo de unos minutos llegó La Loma,salude a cada uno y arrancamos a nuestro destino. El día pintaba nublado pero sin anuncio de lluvia,con un poco de viento. Más adelante se nos unió uno más,Guillermo llegamos a 13 ciclistas con ganas de peladear y pasar un buen momento.
Comenzamos a peladear recorriendo la av.137 hacia Arana,se impuso un ritmo tranquilo.
Llegamos al arroyo El Pescado y pudimos verlo con agua nuevamente después de estar un tiempo seco.
Páramos en Ignacio Correas un pequeño receso,comer algo beber agua y continuamos con el recorrido,ahora comenzaba el camino de tierra,el cual por suerte se encontraba en buen estado.
Hoy cambiamos el clásico recorrido llegamos por atrás a Oliden,tomamos por el denominado camino de las vacas. Denominado así porqué en una oportunidad que pasaron por ahí se encontraba con muchas huellas en el camino y era bastante incómodo para los traseros que eran maltratados.
En fin llegamos a la ruta 36 y páramos en un autoservicio en el cual compramos y algunos aprovecharon ir al baño. Nos tomamos un descanso y continuamos ya el viento comenzó a hacerse notar había que esforzarse un poquito más, que lindo ver nuevamente espejos de agua en los campos.
Antes de llegar no zafamos de que alguien pinchara hoy fue Miguel, resuelto el problema continuamos llegamos pasadas las 13hs parando en la panadería La Olidense. Este comercio se destaca por producir sus panificados en horno a leña,donde la galleta es la protagonista.
Páramos en la plaza Los Angeles si mal no recuerdo a un costado de la parroquia Inmaculada Concepción, donde almorzamos y luego llegaron los mates pero antes estaba el duelo de budines,tamaño,sabor lo mejor degustarlo. Cuál sería el mejor eso estaba en el paladar de cada uno. Luego rematando aparecieron los chipa,ausentes en las últimas salidas.
Llegó el momento de las fotos y nos dirigimos a la estación de tren, lugar elegido para las mismas.
Era el momento de retornar, no sin antes tratar de comprar miel, pero no hubo suerte, se encontraba cerrado el local.
Con el viento soplando a nuestro favor avanzamos con más entusiasmo, está vez regresamos por asfalto hasta la ruta 36,para luego continuar por camino rural pasando por Poblet, caía la tarde.
Este camino contaba con algunos puntos con bastante barro poniendo un poco más de emoción a la aventura.
Llegamos a La Plata y comenzamos a separarnos, terminaba nuestra salida.
Hasta la próxima…..

CARLOS M