EL DESTINO, UN JABALÍ Y ALGO MAS…

CHANCHO VA

Ahora quisiera olvidar lo sucedido,
creer que no ha pasado, que el jabalí
fue un sueño en el que perecí
y que aquello que fue, no ha ocurrido.

Voy a la historia por el principio:
fuimos alforjeados a El Destino
llevé carpa, bolsa, un vino
transitamos, tierra, puente, ripio

nos acompañó un apetito nefasto
bajo un cielo de nubes rastreras
Marcos quiso ir al Bar de la Palmera
y se encontró con ruta y pasto

entumecidos los muslos, las nalgas
Agustín se tuvo que poner a elongar
Martín se ofreció para masajear
pero de golpe le volvió la calma

llegamos por fin al campamento
mate, armar carpa, y rajar al río
olvidamos: al mosquito le va el frío
así que solo una foto del momento

y encaramos la vuelta al fogón
unos leños ardientes, unas matas
se planifica la nocturna caminata
se insinúa en la conversación

la existencia de un espíritu, un despojo.
en este punto es importante aclarar.
que nadie pensó en encontrar
lo que vieron esos lindos ojos:

un rostro apareció en las sombras
de la foto, “la tejedora”, dijo Eve
y al costado algo que se mueve
algo que aparece si lo nombras

apuramos el paso hasta el final
del arroyo, que navega Caronte,
la mayoría volvió al punto inicial
con Jorge nos fuimos pal’ monte

pasó lo inevitable: nos perdimos
no era una noche estrellada
las linternas fallaron, dijimos
“volvamo’, la suerte está echada”

un ruido en los matorrales
unos ojos que brillaron fiero
quien iba a correr primero
para ganarle a esos males

de pronto, la feroz estampida
sale un chancho salvaje, temor
miedo, cagazo sin medida
y a correr por nuestro honor.

un grito de pánico y placer,
porque el jabalí al parecer
estaba bien domesticado
y así, su amor fue entregado

volvimos cabizbajos, callados
como dos almas errantes
“chanchos eran los de antes”
pensé sin haber hablado.

en el campamento todo risa
hasta que nos fuimos a dormir
recién ahí pude distinguir,
uno sonido que traía la brisa

era el guarrido del salvaje jabalí.
me quedé quieto, sin respirar
y entonces pude escuchar
claro cómo decía: “¡Jorge, salí!”

pasan cosas cuando hay salideras
y acampe con el Grupo La Loma
se que puede parecer broma
es advertencia: prepará las asentaderas.

Gonzalo L.M