Cinco Estaciones

Relato de Luis Pela

Sabiamos de “las 7 maravillas del mundo”, “los 5 continentes”, “los 4 puntos cardinales, ” los 3 mosqueteros”, pero….. nada sabíamos de “las 5 estaciones ferroviarias”…

Hoy, gracias a nuestro querido Grupo, podemos decir que sabemos qué quiere decir, “las 5 estaciones ferroviarias”,

Buchanan, la primera, la que aún teníamos toda la energía y el viento que nos ayudaba nos hizo llegar enteros, disfrutando la arquitectura de la estación y viendo con cierta nostalgia y tristeza, cómo el paso del tiempo deterioró aquella vida tejida alrededor  de los trenes, hoy convertida en un monumento solitario en la inmensidad de la nada.

Allí, luego de la primer foto de rigor, alguna que otra fruta, galletita o liquido para beber, seguimos rumbo a la otra estación…

El viento seguía jugando a nuestro favor y el hambre acumulado hacía que uno apure el tranco para llegar lo más pronto posible.

Allí, nos esperaba Domselaar, pequeña ciudad del conurbano bonaerense, con su andar propio de pueblo del interior. Se armó el piquiniki cerquita de las solitarias vías y de la solidaridad por compartir nuestro alimento.

Aquí debo confesar mi pecado:: con otros viejos amigos nos alejamos por un ratito del grupo y nos fuimos a disfrutar las ya famosas pizzas de Domsselar !!!! Manjar, sin igual !! jaaaaaaaa (la rima suena melosa, pero les aseguro que ese alimento realmente era un manjar, digno de aprovechar jaaaaaaaaaa)

Y se viene la segunda foto, la del sol que picaba fuerte, la de las sonrisas compartidas por haber llegado, habernos alimentado y aún con fuerzas para seguir a pesar de la modorra post almuerzo….

Y se viene la próxima etapa, la de los pinchazos !!!!!!!!!!… el primero que los inaugura soy yo, que rodando en camino limpio la cámara hizo pifffffffffffffffffffffff, sin motivo aparente alguno, pero a reparar y…. como siempre, la solidaridad…. “que te presto mi inflador”, “que el tuyo es blando y el mío duro”, “que mi cuchara es mas grande que la tuya”, “que no embocaste con la válvula”, “que si, que no, la rueda se arregló y seguimos para alcanzar a los más veloces….

Veloces hasta que llegaron al “campo de las pinchaduras”….así, uno a uno supieron lo que es pinchar….. algunos, hasta dos y tres veces simultáneas, supieron lo que es batir record en el arte de pinchar…. jaaaaa..

La cosa, se empezó a complicar, el viento ya no ayudaba, los alimentos ingeridos, en lugar de bajar subían y el cansancio por la pedaleada y el esfuerzo en pasar las bicis entre alambrado y alambrado nos iba limando las piernas y los brazos…

Sin embargo, seguíamos avanzando y “entramos en la zona de vías”, la de la adrenalina, la de cruzar puentes, sea por arriba haciendo equilibrio por no caerse, sea por abajo mojándose las piernas (je, todavía, no sabíamos la sorpresa que nos daría el destino km adelante……jaaaa)

El paisaje, alucinante !!!!!!! daba para quedarse pero el sol seguía bajando y aún faltaban 3 3 estaciones !!!… Así que seguíamos sin prisa pero sin pausa….

Luego de un buen tramo de vías que daban para aflojar la mejor de las dentaduras y continuar en el proceso de “limado de piernas”, llegamos a Gómez !!!!!!

Entre soles que se exingían, esfuerzos que se hacían notar, llegamos a Gómez, la estación del pueblo de interior, la de la tranquilidad, la de la paz, esa que parece que el tiempo no ha pasado…

Tanto es así que tuvimos la suerte de disfrutar de un tranvía tirado a caballos para la alegría de los pobladores que lo iban disfrutando..

Allí, se hacia imperioso un rato de descanso, de mate, ese que tan bien sabe preparar Mariana, Raul y otros que ahora no recuerdo. Nuevamente, salieron a relucir las galletitas, los turrones y las medialunas de Augusto que estoicamente las traía desde la Ciudad de La Plata, anque la torta de Silvana,  que producto del traqueteo del viaje, se había convertido en un literal licuado de torta !!! jaaaaaaaaaaaaaaaa….

Y se viene la tercer foto!!!!!!!!!!!!!!!!, aún había sol, pero cada vez era más grande en dimensiones pero mas pequeño en calidez.

Y dale que va, nuevamente arriba de la bici, a esta altura el que te jedi  ya pedía descanso y de tanto en tanto lo aliviábamos parándonos sobre los pedales para darle algo de alivio….

Bueno, cruzamos la ruta 215, seguimos unos pocos km y encaramos, desde allí, la calle 62 que nos llevaría derechiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiito a la próxima…….

Todo bien, salvo el viento que se hacia notar contra nuestros rostros hasta que …………. llegamos a un punto en el que, si girábamos a la izquierda, volvíamos al punto del que habíamos salido, si seguíamos de frente, deberíamos enfrentar un campo que no sabíamos, a esa altura qué nos iba a deparar….

Y bueno, como al grupo no hay alambre que se le resista, lo cruzamos, y empezó la aventura….  aquellos que no quisieron mojarse los pies en el puente, no les quedó otro remedio pues TODO era agua!!!!!!!!!! Agua hasta los tobillos que por grandes tramos no nos permitía siquiera subirnos a la bici, por lo que tuvimos que hacerlo caminando !!!…

Realmente era conmovedor, ya con los rayos de sol casi en el horizonte, ser parte de esa larga fila de ciclistas embadurnados en barro, lodo, transpiración y muuuuuuuucho esfuerzo.

Estaba tan cerca la ruta dos, pero qué difícil fue alcanzarla!!!!!!! pero lo logramos!!!!!,  Y con ello, prácticamente estábamos cerquita de lograr nuestro cuarto objetivo….

Allí nos dirigimos por un buen camino hasta Esquina Negra, la cuarta estación…..

Nos preguntábamos, sin hallar respuesta alguna, “porqué esquina negra” y al mismo tiempo nos jodió bastante que un edificio histórico de esa naturaleza, estuviera librado al abandono total!!!!

De todas maneras eso no hizo mella para que con todo el orgullo sobre nuestras espaldas nos sacáramos la cuarta foto !!!!!!!!, la del atardecer en el campo, con la estación de testigo

Y ahora, ya parecía como que estábamos cerquita de nuestras casas…. pero no, aún faltaba la última….

Etcheverry, la mejor de las estaciones por sus cuidados. SI bien el tren, desgraciadamente ya no pasa por allí, los vecinos se esfuerzan en mantener la historia viva y es un placer apreciar la belleza de su edificación.

La última foto!!!!! la de las manos levantadas, la de los 5 dedos bien abiertos, como abierta estaba nuestra emoción por haber llegado, por haber disfrutado, aún en el esfuerzo, un día de travesía en bici, cerquita de la naturaleza, cerquita uno del otro….. con los últimos rayos de sol abrigando nuestros rostros.

Amigos, hemos vivido otra salida más, pero éste tipo de salidas es de las que, como siempre pone Luis ” …. y algo más”…… realmente esta fue una salida de …. “y algo más…… ese algo más que hace de este tipo de salidas, que nos ponga de novio con la vida y pasen a ser un recuerdo que perdurara por siempre en nuestras vidas.

Gracias Luis por haber programado esta salida, gracias amigos por esta maravillosa compañía, gracias por tantas emociones vividas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Los abrazo muy fuerte y……………….hasta “la próxima salida y algo más”

El pela

Relato de Daniel

El día arranco como yo espero. SOL.SOL.SOL.

Recordé el consejo “alimentación adecuada antes de iniciar actividades” y procedí.

Partí junto a mi fiel compañera – la bici no, la traffic-, al encuentro del pelotón.

El grupo muy nutrido, cerca de 35, se fue formando lentamente.

El horario de partida…

Salimos rumbo a las primera estación de Buchanan, por calle 42, hasta empalmar el viejo recorrido de El Rincón, sin novedades.

Apostados allí, Mariana y Julio, deseosos de vistas panorámicas ascendieron a las alturas de la vieja construcción pero, rápidamente, nos tuvimos que ir desandando el camino de entrada para acercarnos hasta la segunda estación de Domselaar.

Llegamos cerca de las 12 hs al pueblo. Unos decidieron probar pizzas y cervezas cómodamente sentados a la mesa de un bar, pero el resto no.

Recostados sobre el andén, en un ancho máximo de 1.5 mts, cerca de 30 integrantes mateamos-almorzamos sobre la tierra-pasto.

Resulta raro entenderlo, pero si no fuera integrante del grupo y me mostraran el lugar en el cual 30 tipos/as se tiraron a almorzar, le hubiera dicho que podrían haber buscado un lugar más decente, pero la verdad es que podíamos haber buscado un lugar más decente, no, no, estuvo espectacular: mate, sándwich, mandarina, mate, mate, mate.

Es más, tiré el ” ¿Y si lo dejamos en 2 estaciones en lugar de 5 ?”

Negativo.

Arrancamos nuevamente hacia la conocida estación de Gómez.

El trayecto se fue haciendo pesadito, cansancio, viento, pero lo recordaremos. Hermosa tranquera, hermoso bosquecito, hermosa sombra, hermosas espinas… Creo que no menos 6 ó 7 integrantes debimos emparchar no menos de 10 pinchaduras (Andrés 4, Luis 2, yo 2, Perla y otros que no vi). Muy hábil, Isabel lo atravesó caminando, pero se electrocutó en el alambrado final.

Las vías fueron superadas arribando al fin a la querida estación.

Recordé el consejo “alimentación adecuada durante el esfuerzo” y procedimos a darle duro al mate, galletitas, gomitas, caramelos, nueces, pasas. Muy bueno.

Lo bueno dura poco con Luis, así que partimos a la búsqueda de la cuarta estación que no conocía, llamada ¿Esquina Negra?

Es la primera vez que me toca participar en un chapoteo semejante. Gracias a los jóvenes (salvo Luis) héroes del grupo que ofrecieron sus patas para cruzar las bicis, muchos pudimos sortear el charco sin siquiera descalzarnos, semejando equilibristas sobre un endeble y serpenteante alambrado.

Tranqueras, pinchaduras, cadenas entreveradas entre platos, así llegamos, lamentablemente, al gran charco final que a nadie perdonó.

Siendo aproximadamente las 17.15 has y antes del desvió a la derecha, algunos sugerimos en voz baja ¿y si la vemos desde acá?

Inútil.

Fue un descanso reparador, de todos modos, pero el sol estaba cayendo y el frió empezaba a asomar.

Algunos no aparecieron más. Andrés, Diego, Mariana, Ernesto, Silvana y algún otro tomaron algún atajo y huyeron sin saludar.

Cerca de las 18 hs salimos rumbo a la 5º y última estación de Ángel Etcheverry, que varios desconocíamos. Foto de rigor y fuerte pedaleada, pese a las 6 horas de trajín, hasta llegar a 44 y 31.

La fiel compañera me esperaba.

Ya en casa, recordé el consejo “alimentación adecuada después del esfuerzo” y ahí vino lo mejor.

DV

Relato de Julio Fries

Todo comenzó, reunidos en un lugar poco frecuente, luego como ya algunos han contado, hasta Buchanan, mi pregunta, ¿acá vamos a tomar mate?, No, no, despues vamos a comer en la proxima, en eso veo que Marianita (cuando no) dice, ¡Por ahi se sube hasta arriba! vení vos (por mí) que sos medio aventurero, y yo dije, ma sí… y escale hasta el techo de lo poco que queda en pie de la construcción,¡ NO VALE CAERSE!!! Me decía Marian, en fin muy lindo todo, foto de rigor y a seguir para Domselar, llegamos y era medio dia así con las galletitas no alcanzaba, fui en busca de algun lugar para comprar comida, y Luis que lanza, ¿nadie fue al boliche? ¿adonde? digo yo, ¡Para que abri la boca!, gire y en la esquina estaba mi canario amigo (Ernesto) sali como flecha, y me pegue al lado de él que me dijo, ¡ya encargue tres pizzas y estoy yendo a comprar para tomar!, obvio que no era agua, así que nos acomodamos en el boliche despues llegaron Luis el pela, y otros parroquianos del grupo. Ahi probe las mas ricas pizzas de la tarde, una para recomendar: mpzarela y matambre casero, que delicia!!!!

Con la panza llena había que seguir, ah! me olvidaba, no me lo van a poder creer, en el medio del pueblo me encontré con la bibliotecaria de mi escuela!!!, bue, cosa de locos, sigo, foto de rigor y continuar hacia Gómez, esta parte fue la que más me gusto tuvo de todo, pinchaduras, bañados, arroyos y naturaleza… ah y menos piernas.

Llegamos a Gómez para esto eran las 3, 3 y pico, o más, estuvimos un rato, hubo mate y a seguir, y uno ya empezaba a mirar el reloj, la próxima era Esquina Negra, y fue tan negra que me pase de largo Ja!!, Todo por ayudar a uno que pincho, un breve comentario al pasar, hoy cuando limpie la bici, adivinen?, la trasera desinflada, prosigo, Pobre Mercedes, ella tan linda, me pregunto como así al pasar, ¿Qué te paso? y yo le sacudí ME PERDI!!, Sory Mer.

Ya estabámos en la cuarta, faltaba Etcheverry, y allá fuimos, como dice el pela la estación más cuidada, y había que volver y faltaba un trecho largo, así que le metí pata, pido perdón si no los espere, pero era tarde, y llegue a casita a las 6 y media más o menos, justo a tiempo para ver el gol del triunfo de mi querido Estudiantes de La Plata.

Agradezco como siempre al grupo por la gran compañía y la solidaridad, a Luis y a Matías por acordarse de saludarme, y al inmenso grupo de enormes valores que tengo al lado mío.

Los quiero mucho. Nos vemos.

Relato de Andrés

Este es el relato de la muy interesante salida de las 5 estaciones, que en mi caso particular fue de las 3 estaciones.

Llegando al punto de reunión y debido a que decidí el mismo sábado a la tarde realizar la salida no prepare vianda, así que en la estación de servicio de 141 y 44 arribo a comprar comestibles y encuentro algunos compañeros que no sabían donde era exactamente la reunión, me abastezco y consulto el punto de encuentro: 131 y 42, así que hacia allí partimos.

Llegamos y ya estaban Jorge, Nora y Luis, más tarde fueron acoplándose algunos amigos más y éramos un grupo bastante interesante y numeroso para una salida tan larga, lo que denota la madurez, preparación y coordinación del mismo.

Partimos por 42 hasta 173 y de allí pasamos por Romero y seguimos hasta 515, creo, y de allí salimos a ruta 36, ruta 2 y llegamos a Buchanan, hasta aquí todo normal, bien, sin incidentes remarcables, fotos en la estación (la primera de las 5), luego unas fotos y de reagruparnos partimos hacia Domselaar, llegando a ruta 53, Nora tuvo una caída, íbamos bastante rápido y en un huellón perdió la vertical y cayo, luego de ver que no había pasado nada grave, risas y al ruedo nuevamente.

En la ruta 53 hicimos unos metros para retomar el camino de la tierra y cruzar la ruta 6, donde nos esperaba Matías, así que seguimos por un hermoso camino que desemboca en un puente que sirve de entrada a la localidad y corre paralelo a la ruta 215 o 210, en este punto nos reagrupamos y entramos todos en tropilla a la localidad.

En la estación de tren hicimos almuerzo, algunos con frutas, algunos con emparedados y otros optaron por algo más sustancioso como unas pizzas con bebidas espumosas.

Retomamos la marcha con el estomago lleno y descansados, salimos de Domselaar y llegamos a un camino que transita por un bosque muy lindo de ¿confieras?, pasamos la tranquera en y mientras nos reagrupábamos disfrutamos del aroma a campo, de los ruidos y los aromas que nos regalan estas salidas agrestes.

Emprendimos la marcha de a grupos, y mientras íbamos pasando veíamos como el barro iba a ser una compañía durante casi todo el viaje, pasamos un par de tranqueras, algunas trampas de barro y agua, en mi caso intento pasarlas andando, y llegamos al alambrado eléctrico, o que lo parecía, ayudándonos a cruzar entre nosotros hicimos unos metros y llegamos a un cierre del campo, había que saltar e ir por el barro, después de este lindo trecho, nos reagrupamos y vimos el costo de nuestra aventura: mas de 8 personas habían pinchado en este trecho, mientras unos seguían otros nos dedicábamos a cambiar cámaras, esperando que sea la última vez durante el día.

Cuando estábamos listos para arrancar quedábamos Daniel, Luis, Leo (creo) y quien escribe, y Leo tenia un rueda pinchada, así que mientras lo ayudábamos Luis emprendió la marcha, dos manos ayudan bien para un cambio de cámara, así que cuando estaba lista la bici reiniciamos y antes de llegar al reagrupamiento divisamos una bici que estaba patas para arriba: era Luis, otro pinchazo.

Cambiamos y seguimos, en el punto de reagrupamiento dos bicis patas para arriba, partimos luego de los cambios y subimos a las vías, cuando estábamos pasando un grupo detenido: Daniel había pinchado de nuevo, nos quedamos Diego, Ernesto y yo a darle una mano, cambiamos la cámara y seguimos, ya en el paroxismo de las pinchaduras encontramos a Luis que había pinchado nuevamente; un día que será recordado por el barro, las estaciones y las pinchaduras.

Luego de el arreglo seguimos y llegamos a Gómez, donde mate de por medio y algo dulce recuperamos fuerzas para seguir el camino.

Saliendo de Gómez encontramos un “Tramway”, de más esta decir que estaba hermoso y muy bien conservado este tranvía tirado por caballos, hubo quien lo menciono como un viejo conocido, para preservar identidad dejémoslo como Quien.

Salimos de Gómez y cruzamos la ruta 215 o 210, y llegamos a un lugar que era la puerta de entrada a la ruta 2, y entre alambrados, barro y agua fue la parte más divertida del día, aquí también hubo contratiempos como pinchaduras (Perla y Mariana), mientras algunos nos retrasábamos otros seguían y se los veía bastante ocupados en no mojarse, aunque más tarde veríamos que fue una preocupación inútil, todos nos mojamos y bastante.

Cuando pudimos pasar el primer arroyito, donde Leonardo y su hermano nos pasaron las bicicletas a costa de mojarse ellos mientras los demás pasábamos por una pequeña franja de tierra, nos dimos cuenta que había otro alambrado donde nos entretuvimos para calzar la rueda de Perla, y después a cruzar y encontrarnos con que no había forma de cruzar sin agua hasta las rodillas, así que nos descalzamos y a pie desnudo pasamos el agua, para secarnos y volver a calzarnos y descubrir que había más o menos 500 metros de zona símil pantano, donde todos perdieron la vertical en algún momento y tuvieron que apoyar el pie en el agua, para este momento éramos solo Perla, Mariana y yo los que quedaban en el campo, así que llame a Diego avisándole que siguieran, que volvíamos por la ruta, ya que era tarde y el sol caería en unos momentos.

Cuando llego a la ruta además de Diego, Isabel y Matías me encuentro a Julito, que había venido a saludar junto a toda su familia, una sorpresa más que agradable a esa altura de la tarde.

En este punto Diego, Mariana y yo decidimos volver por la ruta 2 y la avenida 44 por la hora, este es mi relato de mis 3 estaciones, ya que Esquina Negra y Etcheverry no las puede ver, dejo la posta para quien lo haya hecho.

Muy buena la salida y como siempre el grupo bárbaro, saludos y hasta la próxima.

Andrés