El Tren

|

Ya de chiquito me gustaba la bicicleta, pero no era lo cuidadoso que esta necesitaba y por eso no me duraban mucho.

Con el paso del tiempo me olvidé de esta actividad y muy de vez en cuando andaba sobre alguna de ellas. Cuando me metí de novio con  la que ahora es mi señora compré dos bicicletas en la vieja, querida y recordada bicicletería Algeri, (creo que se escribe así). Por un tiempo la usé bastante (era tipo mtb) hasta que se puso de moda la media carrera y la permuté por ésta a un bicicletero.

A partir de allí me manejaba con esa. Pasó el tiempo y la dejé de usar hasta que me agarró un ataque de vesícula y tuve que hacer una dieta. Aproveché que me había invitado mi amigo el “loco Pérez” a dar una vuelta por Gómez para hacer ejercicio y moverme un poco. El enamoramiento con el ciclismo fue tal, y como el “loco” no me daba bola, que busqué en Internet grupos para salir a pedalear. Me encontré con el grupo “Se nos salió la Cadena”, me puse a leer su página y en realidad, siendo sincero y sin conocerlos me pareció un grupo de otro nivel económico como para mí. Después de navegar por la web encontré al “Grupo La Loma” y me pareció un grupo más sencillo y más acorde a mí. Me miré todos los videos, leí todos los relatos, miré todas las fotos y estaba encantado por todo lo que hacían. En ese momento estaban los relatos de los chicos de Las Flores que hacían la recorrida por el mundo, los relatos de Nazareno que hacía la travesía por los parques nacionales y la del gran Julito Segura que estaba haciendo el Machu Pichu. Leía y releía los relatos sin cansarme, hasta que me decidí y le mandé un mensaje a Luis para que me acepte en el foro, una vez ahí leía los mails y veía las salidas y como no tenía mtb no me animé a realizar mi primer salida.

Fueron a Berisso y yo con mi media carrera me quedé con las ganas, pero me dije: el próximo finde voy, sea donde sea. jaja

Esperé con ansias que cuelguen la salida, llegó el miércoles y leo que iban a Mercedes, Provincia de Buenos Aires, 40 km de vía (después me entero que eran de ida solamente). Le pedí prestada la bici al loco Pérez y mientras leía los mails y veía como se preparaban apareció uno que decía que tenía un lugar para una persona y su bici. No lo pensé 2 veces y lo llamé. Esa persona era Gustavo Bórmida, al cual le dije que no lo conocía pero que quería ir, arreglamos y me pasó a buscar por casa, se juntaban en la bajada de la autopista a las 7 de la mañana.

Como chico con juguete nuevo casi no dormí la noche anterior. Con 15 minutos de atraso llegó y pusimos todo en la camioneta y salimos para el punto de encuentro. Llegamos y ya estaban esperando unos cuantos chicos y chicas, todos desconocidos para mí. Me presenté con tanto entusiasmo que a una chica casi la saludo 2 veces (jaja). El viaje fue muy ameno, la charla variada y distendida (por lo menos para mi). Llegamos a Mercedes tipo 9 de la mañana, mientras nos acomodamos salimos cerca de las 11, era un camino bastante complicado y yo sin experiencia y poco estado físico empecé a cansarme, mentalmente decía si van mujeres tengo que ir yo también, pero tenían un estado muy superior a mi. Los obstáculos que debíamos sortear a pie eran un bálsamo para mi porque los aprovechaba para estirar las piernas…

Hasta que llegamos a una estación: ESPORA (no la olvido más) donde paramos a comer, y dije bueno llegué, Luis me pregunta cómo estaba y le dije hecho m#$%& estoy, y recién habíamos hecho la mitad de la ida, cuando me entero de eso le digo a Gustavo que siga él que yo me volvía y lo esperaba en la camioneta y no me dejó y no me abandonó porque junto con Matías me acompañaron para el regreso pero cortando camino, me remolcaron, me dieron pasas de uva,  ánimo y fuerza mental.

Cerca de las 6 de la tarde nos habíamos quedado sin agua, buscándola llegamos a una estación del ferrocarril donde había una familia cantando y tocando la guitarra. Le pedimos agua y de la nada se siente una bocina de tren. Pregunto y era un tren de pasajeros que iba a Mercedes, les dije muchachos yo me voy en el tren así no los estorbo me subo y los espero en la camioneta. Estuvieron de acuerdo no sin antes fotografiarme a traición cuando subía la bicicleta al tren. Llegué a Mercedes y los esperé cerca de 2 horas hasta que llegaron todos de noche y sin luces, contando las vivencias sucedidas.

Gustavo […] junto con Matías me acompañaron para el regreso pero cortando camino, me remolcaron, me dieron pasas de uva, ánimo y fuerza mental.

Lo que me marcó esta salida fue una cosa que me dijo Isabel antes de su viaje a EEUU: ¿no vas a abandonar ahora no?

Y no abandoné.

Marcelo Toscani